¡Oh, rayos!

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POV Jason

Caminamos a través de la multitud entre empujones y separando a las parejas cuyas bocas parecían pegadas pues no quería alejarse ni un segundo. La chica nos notó de inmediato porque se levantó, hizo un ademán con la mano y dejó atrás su grupo de amigos para ir a nuestro encuentro.

Si lo admitiera en voz alta alguna vez Piper me mataría, pero esa chica era realmente hermosa. Con rasgos finos y suaves, un cabello largo del color de mismo sol, de piel pálida y con esos grandes ojos dorados rodeados por unas hermosas pestañas largas. Incluso sus delicados labios del color de un durazno maduro te impedían quitarle los ojos encima. Quizá tendría unos 18 o 20 años, no podía ser mucho mayor.

- Pensé que era una semidiosa, esos ojos no son nada humanos - Susurró Percy y tuve que darle la razón. Su belleza tenía algo extraño, era como la de un dios.

- Habría que idear otro plan - Les susurré a los chicos pero antes de si quiera poder dar la vuelta, la chica tocó el hombro de Nico.

- Nico... Tanto tiempo, haz crecido mucho - Su voz era dulce y tranquila. Percy y yo miramos a nuestro amigo con sorpresa. Ella nos recorrió a los tres con la mirada y sonrió. - Hijo de Poseidón, hijo de Hades y vaya... Un chico romano, hijo de Júpiter. Supongo que no han venido a bailar, ¿no? -.

Negamos con la cabeza, sentía un nudo en la garganta y supongo que los chicos estaban igual; en cierta forma se sentía igual que cuando vi a Piper con la bendición de Afrodita, era tan bella que intimidaba.

- Tenemos que hablar contigo - Percy habló con una voz un poco demasiado chillona.

- Claro, hablemos - Contestó con tranquilidad.

- Vamos a nuestra habitación - Siguió Nico quien se veía aún más pálido y malhumorado que de costumbre.

Zestia nos miro durante un largo rato y siguió hablando. - Claro, los acompañaré a su habitación si me dan una de las pulseras de Ares -

- ¿Cómo lo sabes? ¿Cómo sabes quienes son nuestros padres? ¿Cómo sabes que soy romano? - Mi lengua se movió más rápido de lo que mi cerebro pudo procesar. Pero la rubia se limitó a mirarme como diciendo "¿Estás bromeando?".

- No necesito magia para saber que el chico de ojos verdes y olor a mar es hijo de Poseidón, que el emo guapo es hijo de Hades y que el rubio con ojos del color del cielo con un gigante tatuaje en el brazo es un romano hijo de Zeus, es decir Júpiter - Suspiró. - Ahora... ¿Quién me dará su pulsera? -.

- ¿Para qué la quieres? Es obvio que la magia del hotel no funciona en ti - Puntualizó Percy.

- Mmm supongo que sería un buen regalo de bienvenida, los dioses no les explicaron mucho por lo que veo. No soy un monstruo ni una diosa, para tratar conmigo hay reglas - Se encogió de hombros y siguió. - Algunas reglas debieron decirles -.

- Sí, nos dijeron algunas - Contesté con un poco más de desconfianza. Había demasiados secretos, el comportamiento de Nico era extraño, todo sobre Zestia me daba un mal presentimiento.

- Toma - Dijo Percy al tiempo que le ofrecía su pulsera y tomaba mi mano.

- ¿Hermano? - Le miré con sorpresa.

- No me sueltes chico volador y cuando todo esto acabe sácame de este hotel -.

A penas dijo eso, Percy comenzó a mirar al rededor como si viera todo por primera vez, una sonrisa se formó en su rostro y comenzó a caminar en dirección a la pista de baile. Por mi parte apreté un mano y mire con el ceño fruncido a la chica.

- Vamos rápido -.

Nico me ayudó a arrastrar a Percy hasta el elevador. Zestia nos siguió con una sonrisa.

- Annabeth va a matarme - Suspiré mientras comenzábamos a ascender.

Por lo menos una vez (Leo Valdez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora