Por lo menos una vez (Leo Valdez)

Tienes que estar bromeando

POV Nico

Grande, gigante, inmensa, horripilantemente llena. La habitación de Zestia, no, eso no era una habitación, era un ala del palacio o quizá un palacio completo; estaba tan llena de cosas que no podía ni siquiera ver el suelo.

- Sí, estoy arruinado - Dije sin dirigirse a alguien en particular.

Trataba de abrirme paso y encontrar la daga pero era difícil caminar allí sin pisar todo. Había cientos de pequeñas montañas con objetos acumulados. - Esto es un almacén - Renegué con el sueño fruncido.

Mientras más me adentraba en la habitación, de mayor antigüedad eran los objetos. Pude ver de todo, desde pósters de bandas musicales que escuchaba actualmente, pasando por rifles antiguos y uniformes de la Segunda Guerra Mundial, hasta fotografías y pinturas de mi hermana acompañada de personas desconocidas. Incluso había ropas de la antigua Grecia.

Suspiré y comencé a rebuscar entre la pila de cosas más viejas que encontré. Al final el favor que me habían pedido me lo contaría caro. De eso estaba seguro.

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POV Hazel

- No me lo creo - Dije tomando aire. - ¡Leo, sal de ahí inmediatamente! - Grité.

Silencio.

- ¡Leo Valdez, sal ahora mismo! - Repetí mientras golpeaba con fuerza la puerta del Búnker 9.

- ¡Déjame solo! - Se escuchó desde el interior.

Estaba a punto de perder los estribos y tirar la puerta de una sola vez pero sentí una mano sobre mi hombro tratando de calmarme.

- Hazel, tranquila, no podemos obligarlo a salir y si derrumbas el búnker, lo matarás - Me dijo Frank con una sonrisa rígida. Podía notar lo molesto que estaba con Leo y entendía que quisiera calmarme pero era frustrante la actitud de ese chico.

- ¡Ash! Me dan ganas de matarlo - Le respondí con frustración.

- Lo sé - Me contestó atrayéndome hacia él y abrazándome. Tenía suerte de tener un novio así. - Trata de entenderlo, no sabe por qué están pasando todas estas cosas y bueno... - Dudó unos segundos. - No sé, supongo que no sabia como desahogarse -.

Escondí mi rostro en su pecho, estaba tan furiosa que podía sentir las lágrimas en mis ojos. - Pero eso no le da razón. ¡Frank, él quemo media cabaña de Apolo! - Le grité encarándolo.

Me abrazó con más fuerza, mis grupos crujieron un poco y él me miró ligeramente avergonzado. Eso me sacó una pequeña sonrisa; Frank era demasiado tierno y demasiado fuerte al mismo tiempo, una combinación tan rara que me sentía afortunada de poder disfrutar de ella.

Me besó la frente y me arrastró de regreso pabellón, donde los demás campistas escuchaban a Percy, quien trataba de convéncelos de que todo el asunto del fuego había sido un accidente.

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Percy y Annabeth estaba de pie frente a Will. El resto de los presentes miraban entretenidos, otros preocupados y algunos más muy pero muy molestos.

- Will, amigo, sabes que Leo no puede controlar bien el fuego. Ya sabes, se emociona y puff hay fuego por todos lados, fue un accidente, compréndelo - Decía Percy con una sonrisa, ni siquiera así podía ocultar su preocupación.