Puedes hacerlo dos veces

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POV Leo

- ¡NO! - Gritaron con la misma fuerza y al mismo tiempo, Apolo y Zestia.

Vamos, sé que no soy un modelo y tampoco quisiera casarme solo porque sí pero... ¿Era para reaccionar de esa manera? Pensé que si quiera tenía algo de atractivo. Bueno, estar en la misma habitación que Don Percy Guapo y Don Jason Dientes Perfectos, cuando se estaba eligiendo marido para una chica linda, no ayudaba mucho.

- Sí, el destino de dos almas nuevamente juntas y sin que un dios las separe. Me encanta la idea - Dijo Afrodita con una sonrisa soñadora que cambió a un ceño fruncido dirigido hacia el dios del sol.

- Yo no quiero casarme - Les conteste aunque nadie me había preguntado. Mi padre me miró con el ceño fruncido o al menos eso creo, era difícil distinguir algo en ese rostro lleno de acné.

- Mi hija no se casará con... Eso- Habló Hades mientras me señalaba con el dedo. Auch, esa mirada dolió.

Todos los dioses comenzaron a discutir, de nuevo, incluso mis amigos hablaban entre ellos. Me limité a mirar a Zestia y ella me devolvió la mirada. Pensé que nos estábamos llevando mejor después de toda nuestra conversación en la camioneta y mentiría si dijera que la chica no me gusta nada pero de eso a que los dioses decidieran una boda, no, la idea era aterradora y por la manera en que me miraba, sé que ella pensaba lo mismo.

- ¡¿Qué destino se rompió y por qué Leo?! - Levantó la voz Annabeth, parecía molesta igual que su madre, supongo que a los cerebritos no disfrutan de los cotilleos tanto como el resto.

Artemisa suspiró. - ¿Por qué Leo se parece tanto a su abuelo? No. Sería incorrecto decir que se parece, es igual. Y antes de Sami hubo otro más -. Pude ver cómo Hazel se tensaba, todo el asunto de mi abuelo aún le era difícil de tratar. - Cuando un amor tan puro se rompe... Bueno, digamos que hay amores tan puros que las misma diosa del amor los bendice para la eternidad - Termino la pelirroja mientras hacía un ademán hacia Afrodita que parecía una fanática adolescente a punto de ver a su banda favorita. Incluso tenía paletas de colores frente a ella y muestras de tela. Decidí que lo mejor sería ignorarla.

- En un niño, lo que se ha roto no puede ser unido a la fuerza. Leo, no es Alein - Comentó Zestia, me miraba con tristeza.

- Zestia debe casarse conmigo, ese es su verdadero destino - Dijo Apolo quien comenzaba a parecer molesto. Siempre pensé en él como el dios más agradable aunque algo raro. Ahora sí daba miedo, bueno todo el miedo que un chico con pintas del popular de la universidad puede dar.

- ¡Nunca! - Gritaron Hades y Nico. 

El chico sombras parecía estar a punto de saltar y darle un puñetazo al dios del sol. Aunque cuando nuestras miradas se cruzaron, pensé que también me podría dar un golpe a mi.

- Yo tengo dos propuestas - Hera habló con tranquilidad. Esa señora me ponía los pelos de punta. - A los semidioses les gustan las batallas. Una lucha entre ambos sería lo ideal -.

- Explícate - Indicó Zeus a su esposa.

- Si Leo gana, la rubia se marchará con Apolo y se perdonaran sus pecados. Si Zestia gana, se casara con el chico y dirigirá el campamento, además en su época de nacimiento, podrá visitar a su padre -. La diosa sonrió.

- ¡Absurdo! - Contestó Poseidón, ni siquiera había notado lo callado que había estado. - En cualquier caso Zestia perderá; no es una prisionera, no ha cometido ningún pecado -.

- ¡Enamorar a un dios es un pecado! - Gritó Hera, perdiendo la cara de tranquilidad. - Que se honre al matrimonio que no por nada es la más sagrada de las instituciones. Que se case con Apolo -. ¿Era yo o esa señora acababa de mostrar sus verdaderas intenciones?

Por lo menos una vez (Leo Valdez)Where stories live. Discover now