Antes de una tormenta, siempre hay tranquilidad

2.8K 201 51
                                    

POV Will

Era un gran sueño, tenía que admitirlo. Nico apareciendo entre las sombras en mi habitación, era algo provechoso ser el líder de cabaña y no tener que compartir cuarto con nadie.

- Will... - Me dijo con calma mientras se aproximaba a mi.

Había tenido muchos sueños así, a decir verdad, eran cada vez más frecuentes. Me acomodé en un costado de la cama con una sonrisa.

- ¿Quieres venir? - Le invité.

Me miró con una ceja levantada, sorprendido, luego frunció el ceño. Eso era nuevo, en mis sueños siempre aceptaba mi invitación a dormir juntos.

- Corta el rollo, Will. Vine a hablar contigo -.

Lo miré con los ojos abiertos como platos, lentamente cayendo por la pendiente de la realidad. - ¿De verdad estás aquí? - Pregunté, tomando conciencia de mi situación. De pronto tenía el rostro rojo como un tomate. Me cubrí con las sábanas, notando que me encontraba en pantaloncillos.

Nico se acercó a la cama, estiró una mano y pellizcó mi mejilla. - Vine a hablar - Repitió, esta vez su voz tembló un poco, fácilmente podía imaginármelo sonrojado. Algo de confianza volvió a mi cuerpo.

- Claro - Le respondí con una sonrisa nerviosa, incorporándome en la cama y dejándole el espacio suficiente para que tomara asiento.

- Yo... Ammm - Comenzó a hablar, se sentó y me miró. Había poca luz en la habitación, a penas la poca iluminación que nos proporcionaba la luna. Me regañé, quería encender la lampara a un lado de mi cama para ver el rostro sonrojado de ese hijo de Hades que me tenía vuelto loco pero sabía que eso le molestaría. - Estuve pensando en lo que dijiste antes -.

¡Pum! De vuelta a la realidad; la confesión fallida, su llanto, su rabia y mi idiotez al robarle un beso, aunque muy en el fondo no me arrepentía de nada.

- Llegué a una conclusión -. Tomó mi mano y me obligó a verlo. ¿En qué momento había huido de su mirada? - Eres un idiota, rencoroso, infantil, escupido, me lastimaste, me mentiste, me ignoraste, me culpaste, me... -

- Wow, gracias por los halagos - Dije con una sonrisa forzada, sin intentar ocular el dolor que me estaba provocando; desde el inicio sabía que la forma en que actuaba era errónea pero en cierta forma, el escuchar la verdad saliendo de su boca dolía como poner limón a una herida abierta.

- Lo que trató de decir - Dijo y se aclaró la garganta. - Es que... Te perdono y entiendo porqué hiciste lo que hiciste... Por eso te pido perdón -. Lo miré cómo si le hubiera crecido una cabeza extra.

- No tienes que hacerlo, fui mi culpa. ¡Oh, Dioses! Nico, todo lo que pasó fue mi culpa - Le confesé dejándome llevar por el momento. - Tenía tanto miedo y significabas tanto para mí, no quería salir herido... ¡Soy un idiota! -. Me cubrí el rostro con las manos.

- Sí, eso ya lo dije yo -. Tomó mis manos, alejándolas de mi rostro y sonrío. ¿Cómo le hacían los chicos del inframundo para ser tan malditamente adorables? - Te perdono y si estás dispuesto a perdonarme, quisiera que fuéramos... - Se acercó peligrosamente a mi, entrelacé mis dedos entre los suyos y también me aproximé, a milímetros de sus labios. - Amigos, seamos amigos - Concluyó.

Por lo menos una vez (Leo Valdez)Where stories live. Discover now