Silencios letales

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POV Nico

- ¿De verdad te vas a casar con Leo? -.

- Deberías estar más preocupado sobre si lo pienso asesinar o no - Contestó la rubia con una sonrisa.

- Lo haría si fuera fuera a morir realmente -.

Era raro ver a Zestia ahora. No podía negar que todo ese asunto me había sorprendido pero... De alguna forma era como si lo hubiese sabido desde siempre. Aún así, era difícil pensar en ella como una hermana mayor cuando no solo era más baja sino que lucía ligeramente más joven. Agradecía su honestidad al contarme toda su historia aunque eso no me ayudara a detener el horrible enojo que crecía en mi estomago hacia los dioses; las palabras de mi padre, esa petición de protegerla todavía rondaba mi mente. Muy tarde había entendido a que se refería, no debí traerla al campamento.

- Yo... Sobre todo el asunto de la misión y traerte aquí... Si hubiera sabido... -. Las palabras parecían estancarse en mi garganta. No había disculpa lo suficientemente poderosa para borrar lo que habíamos hecho, su libertad ya no existía gracias a nosotros.

Antes de poder seguir hablando Zestia se detuvo y me abrazó. Sentí mi cuerpo temblar, era ese sentimiento de impotencia que me había agobiado hacía unos años. No poder proteger a Bianca, poner a Hazel en peligro y ahora Zestia. Era como si mi destino fuese ser un pésimo hermano.

- El destino siempre oculta sus verdaderos motivos, he vivido lo suficiente para verlo con mis propios ojos - Me dijo como si hubiera leído mi mente. Correspondí a su abrazo y me sentí como un niño de nuevo. - Ahora, pequeño hermano, tengo un favor que pedirte -.

Me separé ligeramente de ella y la vi sonreír, me besó en la mejilla y me arrastró hasta mi cabaña, es decir, nuestra cabaña.

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POV Leo

Sabía que estaba soñando pues no había manera en que estuviera caminando sobre las nubes. Mirara a donde mirara sólo había nubes blancas y un vacío infinito.

- Leo, amigo, camarada, el chico genial, el gran señor del fuego -. Giré en dirección a la voz solo para encontrarme con Apolo, lo miré con una ceja levantada, sé que soy genial pero de eso a que un dios me alagarse, en especial uno al que engañe en el pasado, había mucha diferencia. - No me mires así, somos amigos ¿no? -.

- Al grano -. Le contesté, no estaba de humor para una plática de "amigos". Si bien los sueños de semidiós no son lo mejor, me hacía falta dormir un poco.

Apolo se acercó a mí, movió una mano y las nubes tomaron la forma de un sofá, el dios se sentó y me indicó hacer lo mismo. Suspiré y obedecí.

- Sé que no quieres participar en todo este asunto de la hija de Hades, la chica maldita que quieren que se case contigo y todo eso. Así que vengo a hacerte una propuesta -. Sonrió, tenía un extraño brillo en su mirada.

- Te escucho... Amigo -. Traté de no sonar tan molesto como me encontraba.

- Zestia es una chica bastante sensible; como todos los hijos de Hades, parecen fuertes y peligrosos pero en realidad tienen un corazón más bondadoso que la mayoría. Ganarse su confianza es fácil, si te haces su amigo, mi futura esposa, quiero decir, Zestia no podrá matarte -.

- Viejo, ¿por qué tanto interés en la chica? - Le pregunté. - Es decir, eres un dios y todo eso, ¿no puedes buscarte otra rubia y ya? -.

Apolo me miró durante un largo rato, quería pensar que no estaba decidiendo sobre si me mataría ahora o no. Finalmente, suspiró.

- El primer amor nunca se olvida, chico -. Se estiró en el sillón y continuó: - Sigue mi consejo y engañala, no dudes al matarla y te ayudaré a cumplir ese sueño tuyo. El Garaje de Leo no se va a construir solo -.

Por lo menos una vez (Leo Valdez)Where stories live. Discover now