Alein

3.6K 289 15
                                    

POV Annabeth

Nos encontrábamos en medio del bosque. Afrodita había hecho aparecer una mesita de té junto con pastelillos y tazas para cada uno. Will había vuelto a su cabaña, parecía de mal humor y no podía culparlo. Nico, por otro lado, había seguido a Zestia. Travis y Dakota también nos dejaron, no parecían demasiado entusiasmados por la idea de escuchar más historias y el transporte de vuelta al campamento romano para uno de ellos, ya estaba listo. El águila no parecía contenta de estar en territorio griego.

- ¿Bueno... Madre, nos explicaras mejor que ha pasado? - Preguntó Piper con una ligera sonrisa. Ninguno de nosotros terminábamos de estar cómodos con la presencia de nuestros padres.

- Tú no me hables - Le contestó con un tono de niña malcriada la diosa. - Votar en contra del amor, pufff-.

- ¿En contra del amor? - Continuó mi amiga. - Obligar a Leo a casarse, eso es ir en contra del amor -.

- Leo y Zestia están destinados, tanto como Zestia y Alein lo estuvieron. Si tan solo Apolo no hubiera intervenido - El rostro de la diosa  se volvió rojo. Estaba muy enojada y eso no nos gustaba a ninguno de nosotros.

Sólo diré que agradezco no ser la galleta que Afrodita convirtió en menos que polvo mientras apretaba el puño con una fuerza inhumana.

- ¿Estamos predestinados? - Leo comenzó a reír, era una risa amarga. Cosa que nos sorprendió a todos. - ¿Así como lo estaba con Calipso? No me malinterprete señora pero el único romance real que he tenido es el de las máquinas - Se levantó de la mesa y se marchó.

- Leo - Comenzó Hazel pero guardó silencio al tonar que este no pensaba volver.

Todos sabíamos lo dura que había sido para Leo la partida de Calipso y aunque como sus amigos no podíamos más que pensar mal de ella, la verdad es que siendo inmortal y poder ver el mundo por primera vez, ella tenía el derecho de desear más que una vida mortal.

- Necesito una explicación, una buena. No historias a medias -. Dijo Thalía, tratando de desviar la atención del ausente Leo. Se lo agradecí con una sonrisa.

Afrodita suspiró con tristeza, por lo menos estaba más tranquila. - Los mortales nunca le dan tiempo al amor, quieren cosas inmediatas -.

- La historia... - Apresuré. Traté de sonar educada pero no me gustan tener lagunas, mucho menos si eran problemas tan graves.

- Ok, ok... Pero no pienso contar nada; me aburre ser la única que habla - Dijo la diosa con un gesto de fastidio. Era asombroso que incluso así seguía viéndose perfecta. - Lo mejor será que lo vean -. Nos indicó las tazas de té y cada uno tomó la suya.

Intercambiamos miradas de alerta pero sabíamos que no teníamos muchas opciones. Todos tomamos un trago y el mundo se disolvió.

Al abrir los ojos, nos encontrábamos al borde de un risco. Se podía oler el mar y sentía la yerba entre mis pies. Cuando  reparé en lo que pasa, noté que estábamos usando ropas griegas.

- ¿Dónde estamos? - Preguntó con alarma Frank.

- En el campamento, esto es un recuerdo... Puedes pensar que es un sueño también - Nos explicó Afrodita que también había cambiado sus ropas. Señaló con una gran sonrisa hacia nuestra derecha. - Miren, allí están -.

Al voltear, estaba viendo a Leo. No, sabía que no se trataba de él pero por más que traté no encontré ninguna diferencia. Piper y Hazel comenzaron a acercarse al Leo 2. Pero era como si una pared de cristal nos cerrará el paso. Sólo podíamos observar.

Por lo menos una vez (Leo Valdez)Where stories live. Discover now