Los semidioses no se rinden

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POV Piper

La batalla fue rápida y lenta a la vez, la desesperación entre los campistas creció como un fuego tragándose un bosque en cuanto Annabeth y Jason descubrieron con qué espada luchaba Leo. Sin embargo, esa temible emoción que nacía en todos nosotros no se comparaba con el temor al ver los poderes de Zestia. Incluso Nico parecía sorprendido, ¿podría él provocar tanto miedo?

La parte final de la batalla se perdió entre los inútiles esfuerzos de Leo por liberarse, los gritos y amenazas. No, sabía que me había opuesto antes pero Leo no podía dejarla ir; nos habían bastado unos días para ver el amor nacer entre ellos; unos días más, meses, años, solo necesitaban tiempo y estaba segura que una maravillosa historia de amor nacería.

Las emociones estallaron, el campamento se dividía al igual que los dioses, todos coreaban y gritaban por el fin de la batalla.

- ¡Leo! - Gritó Calipso con desesperación, la daga corto el viento y se perdió entre ambos cuerpos.

Cerré los ojos con fuerza, por muy temporal que fuera la situación, no quería ver a mi amigo muerto. Sin embargo, su voz me obligó a mirar la escena. Por un segundo ambos cuerpos permanecieron inmóviles.

Hades, Zeus y Poseidón intercambiaron miradas, tras unos segundos, habían desaparecido. Mi madre, protestaba enfurecida contra Hera; Ares y Dionisio se dieron un apretón de manos. Los campistas no podíamos mover ni un músculo.

Quise correr hacia Leo pero Jaosn me lo impidió, lo mire con desesperación pero él solo bajo la mirada y negó con la cabeza.

- No, no puede ser - Susurré, las lágrimas a punto de salir y mi garganta ardiendo.

Leo se incorporó despacio, tomó el cuerpo de Zestia y lo abrazó con fuerza. Comenzó a mecerlo con desesperación, repitiendo su nombre, llamándola; pero la daga estaba clavada en el pecho de la chica, demasiado profundo como para tener esperanza.

Apolo caminó con calma hacia ellos, tomó la mano de Zestia y la arrebató de brazos de Leo. - ¡No! - Gritó él. - ¡No puedes llevártela! -.

- Oh, claro que puedo - Le contestó el Dios.

Percy corrió, espada el mano; los demás nos movimos unos segundos después, lo suficiente para ver cómo la espada que sostenía Leo era detenida por la espada de Percy centímetros antes de cortar a Apolo.

- Leo, no, no ganarás nada haciendo eso - Le dijo con voz tranquila.

Solo sonrió, dio un paso atrás, miró a Zestia y torció la boca. - Muy lista - Murmuró.

- Demasiado - Le reto Nico. - Te llevará un rato tenerla de vuelta -.

- Oh, hijo de Hades, subestimas mi título de Dios de la medicina - Le contestó con el odio cargado en cada palabra y desapareció.

Leo trato de cargar contra él de nuevo pero Frank y Jason lo detuvieron por los brazos. - ¡Déjenme! - Gritó desesperado, las lágrimas se formaban en sus ojos al igual que en resto de los presentes. Habíamos sido testigos de esa tontería y no habíamos hecho nada, confiados infantilmente en el rumbo de las cosas, olvidando lo injustos que podían llegar a ser los dioses.

Por lo menos una vez (Leo Valdez)Where stories live. Discover now