Capítulo 43

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Es viernes y el señor Pimiento está más lleno que un hormiguero, el escándalo llega hasta la cocina, lo cual es bueno pues las ventas habían decaído un poco las últimas semanas. Los dueños del restaurante decidieron hacer algo para que el interés de las personas regresara. El señor Hest puso una nueva área de juegos en una de las esquinas, hay dos mesas de billar, el rumor se corrió rápido entre los jóvenes del vecindario, han venido toda la semana, son las mismas caras una y otra vez.

Yo me mantengo en mi lugar, escondida junto a la estufa llena de aceite con mi sombrero con doble queso porque temo que alguien conocido me vea en uniforme, sé que luzco apetecible vestida de hamburguesa, por eso no quiero levantar tentaciones.

El día de hoy me toca estar en la parrilla junto a uno de mis compañeros, él voltea las carnes y yo las lleno de queso, después de que se derrite las saco y se las paso a otro. Me concentro en lo que estoy haciendo hasta que una voz me hace saltar del susto.

—Nat... —Le doy una mirada de soslayo a Poppy una vez que me recompongo. El aro en su nariz brilla y el cabello negro custodiado por una red hace que su rostro se vea más fuerte, no sé cómo explicarlo—. ¿Podrías cambiarme el lugar?

Se nota que le incomoda pedírmelo, señala con su barbilla el área para hacer los postres, Jackson está ahí haciendo algo en la licuadora. Ahogó una sonrisa en mi boca aplastando mis labios.

—¿Recuerdas aquel lindo día que te pedí que me cambiaras tus mesas por las mías? —Su frente se arruga, chasqueo la lengua y me encojo de hombros con diversión—. Así que mueve tu culo, reina, ve a tu lugar si no quieres que le diga al viejo Hest que no estás haciendo tu trabajo.

Me siento mal haciendo eso, pero creo que es muy divertido que quiera alejarse de él cuando es más que obvio que se siente atraída. Mi compañero lanza una risa burlona, haciendo que Poppy golpeé el suelo con su pie como si fuera una niña pequeña haciendo un berrinche, se gira y camina con pasos apretados hacia la mesa metálica de los postres, separándose exageradamente de Jack, quien voltea a verla con insistencia e intenta acercarse a pesar de que Poppy se aleja cada vez que avanza. Es gracioso, como un baile.

Los minutos pasan y se convierten en horas, cuando es la hora de la salida, me quito el delantal y voy y lo cuelgo al armario. Me quito el sombrero y lo aplasto colocándolo entre mi brazo y mi costado, suelto mi cabello sintiendo que soy parte de un comercial de acondicionadores.

Salgo por la puerta trasera junto con dos empleados más, la mayoría ya se ha marchado, aunque no importa pues papá dijo que me recogería y me llevaría a casa de mamá, Jasmine y yo tendremos una pijamada más tarde. Voy distraída tarareando una canción, sin embargo, cierro el pico de golpe al escuchar un gritillo de frustración. Escondida entre las sombras, como un vampiro, observo a Jackson discutiendo con Poppy, él le agarra el brazo y ella se sacude para soltarse. Ladeo la cabeza con curiosidad, ¿por qué está tan enojada con Jack si es tan bueno?

Miradas azucaradas © ✔️ (AA #1) [EN LIBRERÍAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora