Capítulo 31

380K 36.8K 10.5K
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


—¿Qué haces aquí? —le pregunto, sorprendida.

—Sí, hola, me alegro de verte también, Nat —responde con sarcasmo. Miro por encima de mi hombro y me encuentro un cuadro que me hace fruncir el ceño. Mi madre y mis hermanos contemplan la escena como si fuera un espectáculo, solo les faltan las palomitas. Escucho el gemido de frustración cuando cierro la puerta para que no puedan escuchar.

—¿Por qué estás tan enojado? —cuestiono ladeando la cabeza. Sus hombros descienden y hace una mueca.

—Me has estado ignorando. —Oh, mierda, no creí que se aparecería en mi casa o que le molestaría tanto—. ¿Hice algo malo? ¿Dije algo grosero? ¿Huelo mal?

Lanzo una risita de diversión al tiempo que niego con la cabeza.

—El día de hoy mis padres harán una cena en la casa, me gustaría que fueras conmigo —dice. Abro los párpados hasta que creo que se han pegado a mi frente, ¿una cena con su padre malhumorado porque ganó el segundo lugar? ¿Ese que me miró feo?—. Por favor, será divertido si vas.

Veo sus ojitos soñadores y no hay mucho que pueda hacer, me está haciendo la mirada del gatito tierno, ¿quién puede resistirse a eso? Ni siquiera el rudo de Shrek pudo, estoy perdida.

—De acuerdo. —Lanzo un bufido cuando sonríe de oreja a oreja.

Shawn insiste en saludar a mamá y desearle un feliz día de las madres, muy a mi pesar lo dejo pasar. Felicita a Lauren dándole un abrazo bajo la atenta mirada de mis hermanos, le pido al cielo que no digan nada inapropiado, que no se comporten como dos orangutanes drogados. Al final se va prometiendo volver para llevarme a su casa más tarde.

Lanzo un grito cuando se marcha y subo las escaleras corriendo, escuchando las carcajadas de Cecile de fondo. Tomo mi teléfono móvil y marco un número que ya me sé de memoria, así que ni siquiera abro la lista de contactos.

—Hola —contesta.

—Dime por favor que puedes venir, Shawn me invitó a cenar con sus padres y no sé qué mierdas ponerme, necesito que me des clases o algo para ser una linda señorita —digo atropelladamente, tomo aire y espero su respuesta. Jas lanza una risotada.

—Claro, no sabía que mi amiga se había convertido en un macho de pecho peludo, llego en quince, llevaré una rasuradora.

—Muy graciosa. —Suelto un suspiro cuando colgamos.

Jasmine llega justo a tiempo, el timbre suena, escucho que saluda a mamá y sube las escaleras corriendo. Entra causando un alboroto, avienta una mochila al suelo y corre hacia la cama, se deja caer en mi colchón como si fuera una gran montaña de hojas. Entrecierro los ojos al ver su atuendo, mi frente se arruga, luce como si acabara de salir del gimnasio, lo cual es raro porque el único deporte que Jas ha hecho en su vida es mirar a Greg jugar fútbol americano.

Miradas azucaradas © ✔️ (AA #1) [EN LIBRERÍAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora