—¡Vaya! —exclamo, todavía asombrado. Sé que Liam es un patán, que coquetea con otras chicas, que la ignora en las fiestas, a veces no le hace caso en la escuela, le exige cosas que sabe que Han no puede darle; pero también he visto que se preocupa por ella, nunca la deja sola—. No tenía idea de que fuera así, me alegra que te hayas decidido, no puedes luchar toda la vida contra la corriente. Es bueno para ti que respires otro aire, que conozcas a más personas. Estamos a punto de graduarnos, entraremos a la universidad, eres joven, él se está perdiendo a una gran chica, algún día se va a arrepentir.

Sus comisuras tiemblan, así que sonrió.

La verdad era muy cansado verla en esa relación, y no solo porque sentía algo por Hannah, primero que nada era mi amiga, no me gustaba que sufriera tanto, que diera todo por alguien que prometía y al final le daba la espalda. Yo también detesto que mis padres me digan qué es lo que tengo que hacer todo el tiempo, que no me dejen tomar mis propias decisiones y quieran gobernar mi vida, pero jamás podría hacerle algo malo a alguien, de todas formas no soy nadie para juzgarlo, no cuando sé lo que se siente la presión cuando esperan que hagas lo que ellos creen correcto; es un círculo difícil de romper.

—Hay otro motivo —murmura. Veo cómo traga saliva y vuelve a retorcer sus dedos. Ladeo la cabeza, curioso por su comportamiento.

—¿Sí? ¿Cuál? —Suelto una risotada—. ¿Qué ocurre?

—Que me he dado cuenta de que he sido una estúpida al dar todo por un chico que no siente nada por mí en vez de dar todo por alguien que siempre estuvo a mi lado en los buenos y en los malos momentos. —Entrecierro los párpados, ¿es mi imaginación la que ya está delirando o de verdad está hablando de nuestra situación? Es un tema que siempre evita—. Me arrepiento mucho de no haberte dado una oportunidad, Shawn, no tienes idea de lo mal que me siento ya que no pude darme cuenta antes de lo que tenía frente a mis narices. Todos estos días te he visto con ella, sin ti a mi lado compartiendo los auriculares mi vida es vacía, me siento sola y te extraño. No es sencillo decirte esto porque no tengo idea de qué sientes en este instante, tal vez ya no me ves de esa forma, pero me gustaría que nos diéramos una oportunidad para averiguar si debemos estar juntos. Te quiero, Shawn, sabes que siempre me has gustado, solo que estaba perdida por otra persona, ahora quiero estarlo por ti. Creo que es mi turno de pedirte que tengamos una verdadera cita,  que hagamos eso que siempre me pediste. Vamos a intentarlo, si todavía sientes algo por mí, un pequeño grano de arena, vamos a hacerlo. No quiero quedarme con la duda porque sé que podemos hacer que funcione.

Me quedo en shock.

Permanezco quieto y enmudecido, mirando sus ojos, sin poder creer lo que acaba de decir. Es que es demasiado irreal. Estuve esperando durante tanto tiempo que dijera algo así, que ahora que ha sucedido no sé qué mierdas hacer. No sé, no tengo idea, el impacto hace que mi mente se quede en blanco.

—No sé qué decirte, Hannah —digo porque es verdad, no puedo encontrar nada coherente en mi cerebro, solo puedo regresarle la mirada.

—No hace falta que digas nada, sé que te he lastimado muchas veces, que me he portado muy mal contigo, estoy arrepentida, quiero enmendar el daño que te hice.

Mi corazón empieza a latir muy rápido, tanto que creo que va a salirse de mi pecho, sin embargo, no estoy convencido de que me agrade esa sensación. Estoy muy confundido como para tenerla alrededor, necesito estar solo y calmar todos estos pensamientos que parecen huracanes en mi cabeza. Intento alejarme, quiero hacerme hacia atrás, sin embargo, no puedo hacerlo ya que antes de que pueda moverme, Hannah se hace hacia adelante y me besa.

Toma mis labios con los suyos, no sé cómo reaccionar. Es lento y suave, pero por algún motivo no puedo disfrutarlo, no siento lo que una vez sentí, no es como creí que sería. Sin embargo, tampoco puedo separarme, le sigo el beso.

Cuando el intercambio termina, abro los ojos y lo primero que veo son los suyos celestes. De pronto, unos marrones se me vienen a la mente y eso es como un balde de agua fría. Me hago hacia atrás, confundido. Necesito irme, necesito respirar, pensar y calmar estos nervios que están creciendo con cada segundo que pasa.

Entonces llevo mi vista hacia otro lado, el alma se me va a los pies, la sangre se me congela al ver a Natalie en la entrada de la biblioteca con el rostro pálido y los ojitos heridos, mirándome.


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Miradas azucaradas © ✔️ (AA #1) [EN LIBRERÍAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora