Emma sonrió y soltó una carcajada.
-No arruina todo siempre. Definitivamente no arruinó mi vida desde que está en ella.
Bonnie sonrió.
-Es dulce que digas eso. Pero dudo que tu opinión me afecte. No eres imparcial. Eres su esposa.
-Tienes razón. Pero aún así opino eso.
-¡Llegamos!-Dijo Bonnie deteniéndose frente a un edificio.
-¿Dónde estamos?
-Es el apartamento de Arthur y Ally.
Emma frunció el ceño.
-¿No podías venir sola?
-No lo arruines. Te gustará esto...
Ambas subieron las escaleras hasta uno de los pisos más bajos.
Bonnie se acercó a una puerta. Golpeó y entró.
-Bien.-Anunció tomando aire.-Es hora.
***---***---***---***---***
Emma se sorprendió demasiado. No esperaba definitivamente encontrarse con Arthur llorando. Y evidentemente Bonnie tampoco porque se veía de lo más preocupada.
-¿Arthur? ¿Qué ocurre, hijo?
-Ally se fue.
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Rupert llegó a su casa muy cansado.
-Bien.-Dijo abriendo la puerta.-Espero que no esté lista la cena. Quiero cenar con mi familia, no en la cocina.
Pero Emma no se veía por ninguna parte. Madeleine se acercó a él.
-¿Papá? ¡Llegaste!-Dijo sonriendo.
Helena salió de la cocina.
-Hola, papá.
Rupert la abrazó.
-¿Qué haces aquí?
-Maisy quería ver a sus primos.
En casa de los Grint había una regla tácita pero que todos respetaban: Maisy era tratada por Rupert y Emma como una de sus sobrinas. Por Julie y Mark como una nieta. Y por sus tíos pequeños como una prima. La misma regla iba para Domhnall, Clémence y los demás hermanos de Rupert y sus esposas. Maisy era como su sobrina. Una más. Las relaciones de parentesco no iban a afectar al amor que Maisy recibía de su familia.
-¿Will está aquí?
-¿Qué cuentas, suegro?-Preguntó Will entrando a la sala.
Rupert frunció el ceño con desagrado.
-No me llames así, por favor. Me siento viejo.
Will y Helena rieron.
-Vale. Tío. ¿Mejor?
-Sí.
-Mamá nos llamó para que viniéramos porque dijo que llegaría más tarde.-Aclaró Helena.-Aún no hemos cenado. Te esperábamos.
-Genial. Muero de hambre. ¿Por qué Emma no ha llegado?
-No sé. Simplemente se le ocurrió llegar más tarde o algo así...
El celular de Will sonó.
-Debe ser el dueño del salón. Perdónenme un segundo.
Will salió a contestar.
Helena miró a Rupert sonriendo.
-La boda es en una semana. ¿Puedes creerlo?
El pelirrojo sonrió.
-Mientras tú seas feliz...
-Claro que lo soy.
Rupert asintió.
-¡Helena!-Llamó Will desde la cocina.-¡Ven, por favor!
Ella frunció el ceño y salió corriendo. Volvió a los pocos minutos con expresión preocupada.
-¿Quién era?-Preguntó Rupert.-¿Está todo bien?
-Era Daphne. Y no, no está todo bien. Parece que hubo un problema.
Rupert recordó la prueba de embarazo y rogó que no fuera por eso.
-¿Qué ocurrió?
-Resulta que Ally se ha escapado.
-¿Ally qué?
-Se escapó. Huyó.
-¿De Arthur?
-Sí.
-¿Por qué?
-Daphne acababa de enterarse. Dice que cuando Arthur llegó del trabajo no estaba. Y ni siquiera dejó un mensaje. Nada. Solamente algo que entendí como un candado sobre la cama. Aunque no entiendo por qué un candado. Y por qué sabe Arthur que eso quiere decir que no va a volver. Suena ridículo.
Rupert frunció el ceño.
-¿Un candado? ¿Como el del Puente?
-¡Maldita sea!-Exclamó Helena cayendo en la cuenta de lo que ese gesto significaba.
-¿Qué?
-Ally y Arthur colgaron un candado con sus nombres en la Pasarela de las Artes, en París. Si ella ha dejado el candado es porque no piensa volver a verlo...
Will entró al cuarto.
-Menudo día. ¿Justo una semana antes de la boda se le ha dado por salir corriendo?
Helena asintió.
-Esto va a ser un gigantesco problema. Pobre Arthur...
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Emma regresó a su casa mucho más tarde de lo que habría querido. Cuando abrió todo estaba oscuro. Claro, debían estar durmiendo ya.
Se dirigió a la cocina. Cenaría pronto y se acostaría. Estaba muerta de cansancio.
En cuanto acabó de comer, llevó los platos al lavavajillas.
-¿Em?
Sonrió y se dio vuelta. Rupert la miraba con una mano atrás de la espalda.
-Rupert. Lo siento, no quería despertar...
-No estaba durmiendo.-La interrumpió.-No sin ti.
Emma sonrió.
-¿Qué tienes ahí?
-Primero quiero mi beso de buenas noches.
Ella sonrió de nuevo y se puso de pie. Se acercó a él y lo besó.
Rupert sonrió y le tendió un ramo de flores. Emma lo recibió sorprendida.
-Hoy no es catorce de Febrero. ¿Por qué me regalas flores?-Preguntó con curiosidad.
Rupert le acarició una mejilla.
-No era catorce de Febrero cuando me enamoré de ti.
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Junto al río Támesis (Emma Watson y Rupert Grint) [Grintson]
FanfictionImagínense si estos dos actores de Harry Potter estuvieran juntos. ¿Cómo sería? Han pasado cinco años desde la última vez que se vieron, en la última filmación de la última película. Pero un día triste, se reencuentran y... Averígüenlo leyendo. N/A...
Flores
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