Ella quiso quitarle el celular pero él fue más rápido, se puso de pie y salió corriendo al baño.

Emma no quiso salir de la cama, así como estaba, en ropa interior, Rupert la miraría como cada vez antes de...

-Sí. Entiendo perfectamente que estén atrasados. Pero es Nochebuena. Y además están los niños... Emma es su madre y quieren pasar las fiestas con ella. Considéralo, por favor... Veinticuatro de Diciembre. ¿Dónde está tu espíritu navideño? Seguro que tú también quieres estar con tu familia... Piensa en tus niños. Y tu esposo. Por favor... Por un pobre pelirrojo que se dedica a molestar... ¿En serio? Genial. Le diré. Gracias, Clary. Un placer. Felices fiestas. Adiós.

Rupert salió del baño con expresión triunfante y la miró estirando un brazo para devolverle el celular.

-¿Por qué me quitaste el teléfono?

-Seamos honestos, Emma, no ibas a convencerla nunca. Era mejor si me ocupaba yo.

-Pero ahora parece como si yo te hubiera mandado a hablar con ella...

-¿Y qué?

-Parezco una quejosa.

Rupert sonrió.

-¿Pareces?

La mirada amenazante de Emma fue suficiente respuesta.

-Bien, bien, no te enfades. Sólo bromeo.

-Pues es una broma de mal gusto.

Emma se acostó dándole la espalda. Rupert sonrió. Ajá, conque esas tenía...

Se acostó junto a ella y se acercó a su espalda.

¿Emma llevaba puesta sólo la ropa interior? ¿Y cómo era que él no lo había notado?

Sonrió pícaro. Aquello podría ser una ventaja...

Acercó sus manos al broche del sostén de Emma y lo desabrochó. Ella dio un respingo.

-¿Qué estás haciendo?

-Estaba mal enganchado. Estoy ayudándote.

Emma frunció el ceño.

-Rupert...

-Ya. Sólo ayudarte con esto. Prometido.

-Ajá. Está bien.

Emma cerró los ojos esperando sentir las manos de Rupert sobre su pecho, pero no fue así.

El pelirrojo acarició suavemente su espalda y abrochó el sostén. Luego acercó sus labios al hombro de Emma y la besó suavemente.

-Lo siento. ¿Puedes perdonarme?

Ella se estremeció.

-Yo...

Los labios de Rupert se acercaron a su cuello.

-Por favor...

Se perdió en sus caricias y aflojó un poco la tensión en sus hombros para dejar su peso en el pecho de él.

-Tal vez pueda...

Él sonrió.

-Lo sabía.-Susurró.-Ahora dime... ¿Cuándo quieres abrir tu regalo de Navidad? ¿Ahora o a la noche?

Ella sonrió.

-¿No puedes dividirlo en dos y me lo das las dos veces?

Rupert también sonrió. La tomó por la cadera y la hizo girar para quedar frente a él.

-Tal vez pueda...-Dijo Rupert imitando sus palabras.

-Demonios, debería haberte dicho que sí.

Junto al río Támesis (Emma Watson y Rupert Grint) [Grintson]Where stories live. Discover now