-Dices que darías la vida por mí, ¿Cierto?

Asentí.

-Mmm... Veo. Oh, bien. Imagina que tu y yo tenemos un hijo.

No podía estar pasando... ¿En serio Emma había dicho eso?

-No creo poder hacerte eso.

Sonrió.

-Tú siempre el mismo malpensado.

Me sonrojé aún más.

-No estaba pensando en eso...

Ella rió.

No, Rupert, no ahora. Contrólate, ¿Quieres?

Me miró.

-Te decía. Imagínate que tenemos un hijo. Y que alguien quiere matarlo. ¿No darías la vida por él? Piénsalo, es nuestro fruto de amor. Nuestro futuro.

La miré.

En este momento lo único que haría es besarte...

Espera, no dije eso. Rupert, contrólate, dije. No dejes que te altere.

-Bueno, supongo que sí.

Me tomó la mano con delicadeza.

-¿Y si fuese un hijo con otra mujer?

No. Definitivamente no. No porque jamás tendría un hijo con una mujer que no fueses tú. Emma, estoy enamorado de ti. Por favor no me odies...

Siempre fui un cobarde. ¿Por qué no le dije eso?

-No lo sé. Si la amase mucho, tal vez.

Volvió a mirarme. Sonrió.

-¿Estás diciendo que darías la vida por uno de mis hijos pero no por uno de los tuyos?

-No. Dije que si fuese nuestro lo haría.-Hice énfasis en "nuestro".

-¿Y eso es para que tu respuesta me deje feliz?

-No. No sabría qué hacer porque no tengo hijos ni esposa ni novia ni nada. El día que los tenga podré responderte.

Emma rió.

-Tu imaginación no es muy buena. En fin. Supongo que tú no harías lo mismo que yo respecto a los hijos. Pero he decidido que este libro tiene razón en lo que dice. Sobre los niños y todo eso. Y aún así yo preferiría morir antes que lo hiciesen mis hijos.

Suspiré. David Yates, el director, pasó por allí y nos miró.

-Chicos, terminó el descanso. Es hora de la siguiente escena. Emma, te toca. ¿Vienes?

-Sí.

-Rupert, tú entras en diez minutos.-Dijo David yéndose con Emma a su lado.

Ella volteó y me guiñó un ojo antes de seguir su camino.»

Rupert recordó la escena con nostalgia y suspiró. Realmente luego de eso había comenzado a leer toda la saga, para ver por qué a Emma le gustaba tanto. Y no negaba que eran libros espectaculares. La vida y la realidad de una forma sencilla y cruda. Pero eran un poco viejos. Sin embargo, es una lástima que libros así se dejen de leer por la antigüedad que tienen cuando muchas veces son mejores que los actuales.

El pelirrojo pensó todo eso en menos de un segundo y medio y salió corriendo del cuarto. Bajó las escaleras a la velocidad de la luz hasta llegar a la sala. Temía encontrar el cuerpo de Emma en alguna parte. Y recordar todo eso no lo hacía sentir mejor.

Junto al río Támesis (Emma Watson y Rupert Grint) [Grintson]Where stories live. Discover now