Will se maldijo a sí mismo.

-Sí. Lo siento.

-Está bien. Yo también habría desconfiado. Ahora puedes irte a dormir, yo me preparo la cena, me cambio y me acuesto.

Will sonrió.

-No. Ve a cambiarte antes que enfermes de pulmonía. Yo prepararé la cena y me sentaré contigo. Luego podremos irnos a dormir juntos.

Ella lo besó.

-Gracias.

-Te lo mereces porque desconfié de ti. Ahora ve.

Helena desapareció, mojada, por el pasillo.

Will calentó la comida y se acercó a su cuarto para avisarle a su novia que estaba lista la cena.

Nunca se le ocurrió que ella no se hubiese cambiado en todo ese tiempo, así que abrió de golpe y se la encontró en ropa interior, secando su cabello.

Will cerró los ojos avergonzado al percatarse de que la ropa interior estaba muy mojada por culpa de la lluvia y se había vuelto casi transparente.

-Will, ¿Qué haces?

-Iba a decirte que la cena está lista, pero no quiero abrir los ojos porque...

Ella suspiró profundamente mientras se cepillaba el cabello seco.

-Ya, ábrelos. Si acabas de verme, no hay diferencia.

Él se ruborizó.

-Lo siento, no quise...

Helena sonrió y se acercó a él.

-No importa. Venga, abre los ojos si quieres.

Él, aún sonrojado, abrió los ojos para encontrarse con los azules de ella.

-No es necesario tanto alboroto por lo que llevo puesto.-Ella acercó sus labios a su oído y susurró:-Al fin y al cabo, acabarás por ver lo que hay debajo...

Will se decidió. Helena parecía estar jugando con su cordura. Lo volvía loco y tenía que decírselo. Le tomó las manos y miró aquel azul profundo que lo llenaba de confianza.

-Helena...-Dijo bajando la voz hasta convertirla en un susurro.-Dime algo. ¿Has pensado en que nosotros...? Bueno, tú sabes de qué hablo. ¿Has pensado en eso... Alguna vez?

Ella se sonrojó y asintió con la cabeza.

-Bien. Y... ¿Qué es lo que te parece? Porque te lo dije una vez y varias veces, si no estás lista y quieres esperar...

-Will. No es que no esté lista.

-¿Es un sí?

-Sí. -Y añadió sin dudar.-Pero no quiero que sea algo pensado. Es decir, no ahora. Ni algo que un día decidamos. Prefiero que... No lo sé. Que surja. Que se dé el momento y la condición.

-Pero, ¿Y si nunca se da?

Helena sonrió.

-Oh, Will, encontraré un momento para acostarme contigo, no lo dudes. Pero mientras tanto, hay que esperar a que llegue. Y por ahora...-Dijo poniendo las manos de Will en su cintura.-Podemos dejarnos llevar un poco, ¿No lo crees?

Will asintió entre alegre y desilusionado antes de resignarse a cumplir con lo que ella había dicho y besarla.

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Emma estaba furiosa y realmente cansada.

¿Por qué? Por lo siguiente:

El miércoles era su cumpleaños. Ella quería pasar el lunes, el martes, su cumpleaños y esa semana en general, en su casa, con su familia. Pero el domingo, también molesta, la llamó Liz.

Junto al río Támesis (Emma Watson y Rupert Grint) [Grintson]Where stories live. Discover now