Rupert frunció el ceño.

-¿Crees que te dejaré salir?

Emma lo imitó y cruzó los brazos.

-Rupert, ya te dije que soy perfectamente capaz de...

-Pero no quiero que salgas.

-Bien. Voy a proponerte un trato. Iré a una cita con el doctor. Ahora. Si está todo bien, me dejarás hacer lo mismo que hacía antes de que lo supiéramos.

Rupert lo pensó un poco.

-¿Y si no?

-Y si no, te haré caso y haré reposo.

-Mmm... Hecho.

Emma sonrió y fue al cuarto. Se vistió y regresó al comedor. Se sentó en la isla. Rupert acababa de sacar las galletas del horno y se las sirvió en un platito.

Ella comió rápidamente y se preparó para salir.

Rupert, descalzo y sólo con un par de jeans, se acercó a darle un beso antes de que saliera.

-Rupert...

-¿Qué?

-¿Por qué no te has vestido?

-¿Vestido? ¿Para qué?

-¿No vas a venir?

-¿Quieres que vaya contigo?

-¡Claro! Rupert, será nuestro pequeño, no es sólo mío. Yo quiero que me acompañes...-Dijo tomándole una mano.

Rupert sonrió.

-De acuerdo. Enseguida regreso.

***---***---***---***---***

Aún no le habían comentado a nadie la noticia por dos razones: Todavía no estaba del todo confirmado y querían hacerlo en persona.

Emma tuvo mucha suerte. Elizabeth, la amiga de Bonnie, estaba pasando una temporada en Italia. Cuando Bonnie se lo había comentado apenas le prestó atención. Pero ahora le parecía importante encontrarla. Ambos eran muy conocidos y aquello sería la noticia del año. De modo que necesitaban contar con la discreción de alguien de confianza. Y Elizabeth era justa para eso. La conocían un poco y tenían confianza en ella.

Cuando por fin ubicaron su consultorio, les abrió sonriendo.

-Recibí el mensaje que me enviaste, Emma. Pasen.

Ambos se sentaron.

-No fuiste muy expresiva. Cuéntame qué ocurre.

-Yo... Creo que estoy embarazada.

-Ajá. Bien. Si no te molesta te haré un par de preguntas. Dime, ¿por qué no estás segura?

-Bueno... En realidad me he hecho la prueba.

-¿La trajiste?

-Aquí está.

-Ajá.-Dijo Elizabeth mirando la prueba atentamente.-Bien. Sigue. ¿Hay algún otro motivo?

-Pues... He tenido un retraso.

-Bien.-Elizabeth cerró los ojos y entrelazó sus manos.-Dime. ¿Con qué, o en qué te basas para afirmar eso?

-Hace un par de semanas que tengo el retraso. Y creí que sólo era eso.

-Jamás te había ocurrido.

-Nunca.

-¿Y no fuiste a ver a nadie?

-No. Estaba ocupada con lo de la adopción, la boda, la recepción... Muy estresada y nerviosa. Una vez leí que con emociones que alteren las hormonas...

-El ciclo puede alterarse. Así es. Y creíste que era eso.

-Sí. Eso creí.

-Bien. Ahora, por favor, ve tras aquel biombo y ponte esta bata. Te haré un par de observaciones.

-Tomé líquido antes de venir porque creí que iba a necesitar una ecografía.

-Entonces mucho mejor. No te cambies. Ven.

Elizabeth trabajaba en un centro de estudios. Cada ala del edificio se ocupaba de una especialidad diferente.

La amiga de Bonnie los condujo por un pasillo hasta que llegaron a una zona que decía:

Controles. Ecografías.

Rupert miró a Emma. Se veía entre triste, asustada, nerviosa y entusiasmada.

-¿Estás bien? ¿Qué pasa?

-Yo... Debí haberle dado más importancia al retraso. Ahora estoy un poco asustada.

-¿Asustada? ¿De qué?

-Rupert, ¿Qué pasa si no estoy embarazada? ¿Si en realidad no puedo tener hijos? ¿Qué ocurrirá entonces?

Rupert la abrazó.

-Todo estará bien. Ya lo verás. Nada malo ocurrirá. Estoy contigo...-Le susurró suavemente.

Elizabeth había oído todo, pero no dijo nada. Años de trabajo en ese campo le habían enseñado que era mucho mejor no decir nada.

-Bien. Llegamos. Es aquí.

Los hizo pasar e hizo que Emma se acostara en una camilla. Rupert se sentó junto a ella en una silla y le sujetó la mano. Elizabeth comenzó con su tarea.

El pelirrojo tuvo una idea. No era muy positiva.

-Doctora...

-Por favor, llámame Elizabeth. Considérenme sólo como una amiga de Bonnie.

-Elizabeth...-Dijo Rupert nervioso.-Yo... Si Emma está embarazada y nosotros... Es decir... el bebé... ¿No ocurrirá nada si nosotros...? Porque si se quedó embarazada antes de la boda, nosotros hemos...

Elizabeth sonrió discretamente. No era el primero que preguntaba eso.

-A decir verdad, no es recomendable pasada una determinada cantidad de tiempo. Pero si ya está hecho, no existe peligro. No a esta altura. No aún. No tienen que preocuparse por eso.

Rupert sonrió aliviado. Y Emma también.

-Bien. Aquí está. Justo. Todo en orden.

-¿A qué se refiere con que todo está en orden? ¿Crees que estoy embarazada o no?

-A decir verdad-Dijo Elizabeth mirando con los ojos entrecerrados la pantalla.-No lo creo. No, no lo creo.

Emma se echó a llorar.

-No me dejaste terminar. No creo que estés embarazada. Estoy completamente segura de que lo estás. Ven, Rupert. Mira.-Elizabeth le enseñó un punto en la pantalla.

-Aquí. Ese pequeño puntito que ves. Ese es tu hijo. Creo que tiene un poco más de un mes. No lo veríamos si no fuese así. Y el retraso no se habría producido.

Emma sonrió. Rupert se acercó a ella y le besó las lágrimas.

-Me haces tan feliz. Te amo, Emma.

-También te amo, Rupert. Y acabo de notar algo.-Dijo Emma mirando a la doctora.-Elizabeth...

-¿Sí, querida?

-¿De veras está todo bien? Es decir, ¿Puedo moverme? ¿Caminar, correr... hacer turismo?

Elizabeth sonrió.

-Por ahora puedes. Te diría que mejor si no corres. Pero por lo demás no debes preocuparte.

Emma cruzó los brazos.

-Te lo dije, Grint.

Él le sonrió.

-Vale, tú ganas. Con seguridad puedes moverte. ¿Feliz ya?

-Sí. Mucho.

Junto al río Támesis (Emma Watson y Rupert Grint) [Grintson]Where stories live. Discover now