1. ¿Qué fue lo que pasó después?

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*Nota* Dejo de nuevo este relato breve, como primer one shot*

Blanca le miró a los ojos e inmediatamente dirigió su mirada al exterior. Todos celebraban que Cristina hubiese arrojado el ramo, que había terminado en manos de la señorita Patricia. Dio un paso adelante, pretendía marcharse, pero Max la cogió del antebrazo, acercándola a él de nuevo y envolviendo su cintura con su brazo derecho. La volvió a besar, fue un beso rápido, muy distinto al primero.

Blanca se separó, colocando sus dedos, cubiertos por aquellos guantes color verde oscuro, sobre sus labios. Se giró de nuevo y salió de la iglesia a toda prisa, como atacada por una vergüenza y una timidez repentinas. Max permaneció allí durante un instante, totalmente confuso, aquel apasionado beso robado por la jefa de taller le había pillado totalmente desprevenido. Sonrió irónicamente y salió. Del brazo de Don Emilio, la vio subirse a uno de los coches negros. Pegada a la ventanilla, vio como sus mejillas seguían coloradas y sonreía ligeramente. Estaba preciosa. Y sin más, la vio desaparecer.

Max puso rumbo a las Galerías, no tenia nada más que hacer allí. Al llegar se cruzó con alguno de los dependientes y un par de costureras que tampoco habían sido invitados a la boda. Todos en círculo comentaban algún acontecimiento del día, algo destacado de la boda como que que guapa iba la novia, lo que había costado de hacer el vestido y demás banalidades a las que Max no prestó especial atención. Solo se detuvo cuando uno de sus compañeros exclamó su nombre cuando ya había alcanzado la mitad del pasillo.

-Max, ¿quieres venir a cenar con nosotros? Quizá luego vayamos al Pausa

Max se giró y le observó de arriba abajo, puso sus manos en los bolsillos del pantalón y se acercó a ellos.

-¡Claro! Pero lo del Pausa me lo pienso-sonrió Max

*******

-Doña Blanca, ¿está usted bien?

Blanca, con la mirada perdida en algún punto de aquel salón enorme, completamente lleno de gente que animadamente conversaba, comía o bebía más de la cuenta, removía lentamente con el tenedor los pequeños trozos de guarnición que había dejado en su plato.

-¡Doña Blanca!

Rápidamente levantó la mirada. Don Emilio, desde el lado opuesto de la mesa, la miraba intrigado.

-¿Eh?

-Decía la señora Prats que el vestido de la novia es maravilloso.

-Oh si...es exquisito...

-Así es, mi más sincera enhorabuena por el trabajo. De verdad, les felicito.

A Blanca le daba la sensación que aquella señora que había pasado toda la cena sin cerrar la boca solo hablara entre murmuros. Todo sonido le parecía lejano. Durante toda la cena había estado aislada de todos, solo tenia una cosa en su mente. En su cabeza repetía una y otra vez lo que había hecho horas antes. La escena se repetía y hasta parecía cobrar vida, las manos de Max en su cintura, su mirada incrédula, ella acercándose a él sin pensarlo dos veces, sus labios juntos, ese beso, esa pasión que tanto tiempo había permanecido encerrada, su corazón acelerándose...

Abrió los ojos y volvió a la cena en el momento en que un camarero, ataviado con chaqueta blanca, pantalones oscuros y un perfecto y engominado tupé, se acercó a ella para dejarle su plato con el postre.

*******

-Max, ¿estas seguro que no quieres venir al Pausa?

-Muy seguro-rió-Estoy algo cansado, preparar la boda ha sido un trabajo duro.

One shots!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora