Daniel decidió tomárselo con humor y rió.

-Bonnie, no seas ridícula. Es sólo una vieja superstición. En primer lugar, Emma fue la primera en casarse luego de la boda de Evanna. Y en segundo lugar, la boda de Emma ha sido hoy. No creerás que ibas a casarte el mismo día que ella, ¿cierto?

Bonnie rió.

-Vaya, tienes razón. Tal vez exagero. En fin, tengo mucho sueño. Me iré a la cama. Hasta mañana.

Dan vio desaparecer a la pelirroja por las escaleras. Aún era pronto, se dijo. Pero eso no impediría lo que quería hacer...

Subió al segundo piso.

-Bonnie.

-¿Sí?

-¿Estás muy cansada?

-Bastante, sí.

-¿En serio? ¿Mucho mucho?

Bonnie adivinó sus intenciones.

-Estoy cansada, sí. Pero para estar contigo, jamás.

Se acercó a él para besarlo. Daniel le sonrió.

-Eres increíble. Te amo, Bonnie.

-Y yo a ti, Dan.

***---***---***---***---***

Emma y Rupert se bajaron frente al edificio.

Emma subió primero, abrió y entró a su cuarto.

A Rupert le extrañó esa actitud.

-¿Emma? ¿Todo bien?

-Yo...

Emma parecía nerviosa y agitada, miraba sin cesar de un lado al otro.

-Emma. Emma. Tranquila, amor.-Rupert se acercó a ella y le acarició ambas mejillas con suavidad.

La tomó de las manos y la obligó a mirarlo. Emma lloraba.

-Emma... ¿Qué pasa, cielo?

-Yo... Yo...

Emma se echó a llorar y le echó los brazos al cuello.

-¿Qué ocurre, mi reina?

-Yo... Tengo miedo.

-¿Miedo? ¿A qué? Nada va a ocurrirte. Estoy contigo.

-Yo... Estoy asustada.

-¿De qué?

-Yo...-Repitió ella.-Yo... Yo... Rupert...

-¿Qué pasa, mi cielo? Cálmate, nena.-Le dijo con suavidad.-Actúas muy extraño.

-Rupert, qué he hecho. Es una locura. No... Yo jamás... Jamás podré hacerte feliz como tú lo haces conmigo. Mereces a alguien mucho mejor que yo. Tal vez... No lo sé... Rupert, tú no me amas. Lo dices porque yo lo digo. Algún día te cansarás de mí y me dejarás. ¿Qué haré entonces? Yo...

Rupert la cargó hasta hacerla chocar contra la pared. Luego la besó.

-Te lo prohíbo. Te lo prohíbo terminantemente. Te prohíbo que digas que no te amo. Que te dejaré. Que merezco a alguien mejor. Que me cansaré de ti. Eso no va a ocurrir. Jamás. Voy a quedarme a tu lado. No puedes decir eso, Emma... Te lo prohíbo. Jamás vuelvas a decirlo. Ni siquiera lo pienses. Nunca. Yo te amo. De verdad. ¿Entediste o te lo explico de otra manera? Por favor, deja de llorar por eso. Me rompes el corazón. Si estás arrepentida, dímelo. Pero no quiero que pienses eso de mí, ¿de acuerdo?

Emma lo abrazó y enterró el rostro en su hombro.

-No me arrepiento. Claro que no. Jamás lo haría. Te amo. Pero... Tengo miedo. A algo que no sé muy bien que es. Temo no poder hacerte feliz...

-Si todo sigue como ha sido hasta ahora, piensas irracionalidades.

Emma sonrió. Rupert le corrió un par de cabellos del rostro y la besó.

-Emma, acabamos de casarnos. No deberíamos estar tristes. Ni asustados. Deberíamos estar muy felices.-Le dijo sonriendo, con sus frentes y narices juntas.

Emma tenía cerrados los ojos, pero sonrió.

-Tienes razón. Lo siento. Pero siento tantas cosas a la vez que creo que explotaré.

-Piensas eso porque tienes la sensibilidad de una piedra.

Emma rió.

-Lo siento. Lo siento mucho. Pero, temo un poco, es todo.

-Te entiendo. Tú debes creer que yo no. Pero no es así. Estoy aterrorizado. Pero la perspectiva de un futuro juntos alcanza para mí, y cubre cualquier otra emoción. No me importa nada más, sólo que te amo.

Emma lo besó.

Las cosas fueron subiendo de tono, como siempre que dejaban de tener compañía. Rupert quedó sólo con sus pantalones puestos.

-He estado todo el día fijándome en que tienes un vestido muy bonito. Pero, justo aquí...-Dijo Rupert dándoselas de sastre profesional e inspeccionando a ocho ojos el vestido de Emma en la espalda.-Sí. Justo aquí. Si alguien ve esta parte del vestido, lo mataré.

Emma rió.

-¿Por qué?

-Porque se ve que tienes un sostén nuevo.-Dijo Rupert abriendo el cierre del vestido para verlo mejor.

Aunque, por supuesto, a él le interesaba más la espalda de Emma que cualquier otra parte que tenía a la vista.

Ella se ruborizó.

-Yo...

-No me dirás que tienes miedo. Esta no es la primera vez que veo tu espalda. Ni será la última, te lo aseguro.-Dijo Rupert acariciándola suavemente.

Ella se ruborizó aún más al sentir su aliento en su oreja.

-Mmm...-Dijo Rupert poniendo sus manos en la cintura de ella para quitarle el vestido.-No lo sé. Creo que tendré que confiscar este vestido. Te queda demasiado bonito...

Ella rió y volteó a besarlo.

-Te amo, Rupert.

-Te amo, Emma.

***---***---***---***---***

-No lo sé. Aún creo que tendré que confiscarte ese vestido.-Dijo Rupert horas más tarde, cuando Emma, soñolienta, descansaba sobre su pecho.

-Tal vez. De todas maneras no puedo volver a usarlo. Lo guardaré para cuando renovemos nuestros votos.-Le respondió entrelazando sus manos con los anillos de compromiso.

Él sonrió y le besó la frente.

-Me encantó tu discurso. Fue muy conmovedor.

-También el tuyo.

-Me gustó la parte de: "Sí, tú, Grint, aún tendrás que soportarme por mucho tiempo".

Emma rió.

-Pues así será.

-Créeme, tengo toda mi fe puesta en ello. De veras quiero tenerte a mi lado por mucho tiempo. No hay manera de que sea un padecimiento.

Emma sonrió y le besó suavemente los labios.

-Te amo.-Dijo mientras sus párpados comenzaban a pesar.

-Emma...

-¿Mmm?-Preguntó ella semidormida.

Ya se había acomodado mejor en el pecho de Rupert y abrió los ojos para saber qué quería preguntarle.

-Dime la verdad. ¿Aún tienes miedo?

Ella sonrió y cerró los ojos.

-No. No lo tengo. ¿Sabes por qué?

-No...-Dijo él viéndola bostezar y dejar caer sus párpados.

-Porque ahora te tengo a mi lado. Ya no tengo miedo porque estás conmigo.-Susurró antes de caer en un sueño profundo.

Rupert sonrió y le acarició el cabello antes de susurrar:

-Tampoco tengo miedo. Estás conmigo. Y yo también te amo, Emma.

Y luego se dejó caer en un profundo sueño.

Junto al río Támesis (Emma Watson y Rupert Grint) [Grintson]Where stories live. Discover now