- ¿He hecho algo para ofenderte?- no quería responderle a la pregunta ya que para ella, la respuesta era demasiado obvia. Si no se daba cuenta de lo que la rubia sentía en realidad hacía él, era porque no se fijaba lo suficiente. 

    Bellamy apoyó la espalda en la silla, adquiriendo una postura más relajada y dibujando en su rostro una sonrisa burlona que no le hizo ninguna gracia a Clarke, que con cada segundo que pasaba, más ganas tenía de abandonar la mesa. 

   - Has pasado de mis consejos, como siempre- le contestó con dureza. - Pero no me sorprende. La poderosa Wanheda siempre hace lo que quiere, ¿no es así? 

    - Así que ese el problema- Clarke volvió a fruncir el ceño y se apoyó después en la mesa, acercándose a Bellamy para poder mirarle de una manera más intensa, más firme. - Te jode que haya hecho volver a Wanheda. Te jode que haya ido a Polis para traer a Lexa de nuevo- su tono se iba alzando con cada palabra que escupía de su boca. 

    Bellamy miró hacía otro lado, cogió aire y volvió a mirar a su amiga, que parecía estar apunto de explotar. Pero no iba a ceder. No en esa ocasión. Wanheda no debería de haber vuelto. Clarke estaba bien como estaba con los suyos, no tenía porqué haberse metido en asuntos de Polis y menos haber metido a Arkadia en eso. 

     - Me jode que hagas siempre lo que te de la gana sin tener en cuenta a nadie más que a ti misma- y sin más se levantó de allí para marcharse, dejando sola a Clarke. 

    Lexa se quedó en el umbral de la entrada, observando el final de la escena. Cuando Bellamy pasó por su lado, le echó una mirada cargada de rabia para después, chocar su hombro contra el de ella. En otra situación, Lexa habría ido detrás a plantarle cara, pero Clarke la necesitaba, podía verlo en su rostro, que estaba sostenido por sus manos en ese momento. Había agachado la cabeza después de la mala respuesta y el plantón que Bellamy le había dado delante de casi todo el bar, que miraban curiosos lo que había pasado. 

    La Ex Comandante comenzó a dar pasos firmes hasta llegar al sitio en el que el joven estaba antes sentado. Tomó asiento y puso su mano en el brazo de Clarke, haciéndole saber de su presencia allí. La rubia, inmediatamente alzó la cabeza y sonrió como medianamente podía después de saber que realmente, su amigo parecía guardarle rencor por lo que había hecho. No sabía si Bellamy tenía o no razón, sabía que si hacía lo que quería, era siempre bajo el hecho de hacer lo correcto para su gente. 

    Lexa fue bajando la mano, acariciándole el brazo hasta llegar a una de sus manos, que agarró y acarició después, sin posibilidad de hacer que Clarke cortase el contacto. La rubia agradeció el gesto y sin ninguna vergüenza, comenzó a acariciar también la mano de Lexa, devolviéndole el gesto. 

     - ¿Estás bien?- preguntó por fin la morena. Clarke asintió, pero la Ex Comandante podía ver la verdad en su mirada. Sabía que Clarke y Bellamy compartían una conexión que ella no podía comprender, sabía que realmente, la chica que tenía en frente, apreciaba y quería al joven y que esa situación, la ponía mal, por eso, comenzó a hablar de nuevo. - Dale tiempo. Aun tiene que asimilar mi presencia aquí. 

    Clarke negó con la cabeza. 

   - Tú no eres el problema. El problema también soy yo. 

   Lexa la miró interrogante. ¿Cómo podía ser Clarke el problema? Clarke se había limitado a poner a salvo a los suyos desde que sus pies tocaron tierra. Clarke era lo más puro y sincero que Lexa había conocido. 

    - Wanheda- se corrigió Clarke en seguida. 

    - Wanheda forma parte de ti. 

    - Él no lo ve así. Ve a Wanheda como una fiel a los terrestres y a Polis y...- cogió aire. -...y a ti. Capaz de anteponeros a los suyos. 

May we meet again. Where stories live. Discover now