Emma sonrió.

-Jamás dejaré que te alejes de mí. Me lo has hecho a propósito. Me hiciste sufrir.

-¿Sufrir? ¿Por qué ibas a sufrir?-Dijo ella.

-Porque no iba a estar cerca de ti.

Y volvió a besarla.

***---***---***---***---***

Un par de horas después, Emma dormía con su cabeza apoyada en el pecho de Rupert.

Rupert sonrió al verla dormir tan tranquila. Ella tenía sueño y estaba cansada, pero aún así no le había negado una oportunidad de estar con ella.

Emma se movió un poco. Unos cabellos castaños cayeron sobre su rostro. Rupert se los apartó con una suave caricia.

La miró dormir tranquila. Ella tenía una expresión de paz en su rostro, y una sonrisa lo coronaba. Rupert era consciente de que él había sido quien la había dejado allí. Le acarició el cabello castaño con delicadeza.

-Te amo, Emma.-Susurró.

Ella no abrió los ojos, pero él escuchó claramente su voz:

-También te amo, Rupert.

-Creí que dormías.-Dijo acariciándole el rostro.

-Lo hacía. Pero escuché tu voz. Tenía que contestar.

Él sonrió. Ella sacó la cabeza de su pecho y la puso a la altura de la de él.

Rupert le dio un suave beso. Emma sonrió arrugando la nariz.

-Me encanta tu sonrisa, Em.

-Y a mí que me beses.

-Pues entonces tendré que hacerlo de nuevo.

Eso hizo.

-¿Sabes? He estado pensando.

-¿Sobre?

-La luna de miel. Julie tenía razón. No hemos organizado nada. ¿Tú habías pensado en algo?

-Pues... A decir verdad, no.-Admitió él.

-Yo tengo un par de ideas.

-¿Cuáles?

Emma las resumió.

-¡En todos los casos tenemos una cita! Ya estaremos casados, ¿Para qué quieres que tengamos una cita?

-Si lo piensas, nunca tuvimos una antes de ponernos de novios. En realidad, puedes contar el día que nos reencontramos como una cita, pero fue un poco...

-Déjame adivinar. ¿Te parece extremo llamarla 'cita'? ¿Por el modo en que terminó?

-Pues... Sí...

-Estoy de acuerdo.

-¿En serio?

-Sí. Excepto en algo. Sí tuvimos una cita una vez, ¿lo recuerdas?

-Ahora que me lo dices, sí. A decir verdad, no pensaba mucho en ella porque fue la semana en que...

Rupert sabía a qué se refería. Fue la semana en que Stanislav le había pedido que fuera su novia. Ella había dicho que no, y entre las cosas que ella dijo para que la dejara tranquila, fue que Rupert y ella tenían una cita esa semana. Por supuesto que Rupert, al oír eso, había salido a decir que era cierto. Habían tenido una cita, pero al día siguiente Stanislav había vuelto a insistir, y había ocurrido lo de los golpes.

Sin embargo, Rupert atesoraba aquella cita como una ocasión muy especial, en su corazón.

-Te entiendo. No piensas en eso por lo que nos llevó a tener la cita. Pero a mí me gustó, y, de no haber sido por los paparazzis y Viktor Krum...-No quiso decir el nombre del actor-...Ya estaríamos casados y con ocho hijos.

Ella rió.

-No lo creo. Tendría que haber tenido mi primer hijo a los diecinueve, y créeme cuando te digo que eso no hubiera pasado. Estábamos filmando. Si yo hubiera quedado embarazada, David Yates me hubiera matado personalmente. Y luego a ti.

-¿A mí?

-Te recuerdo que para tener un hijo se necesitan dos personas. Siguiendo tu lógica...

-Está bien, ya entendí. Pero de todos modos amé nuestra cita.

-Y yo. Aunque recuerdo que estaba nerviosa, porque tú habías oído la discusión y... Me defendiste. Accediste a salir conmigo para que yo no tuviera que salir con alguien más.

-Para eso están las personas que te aman.

Ella lo besó.

-Nuestra primera cita... ¿La recuerdas?

-Claro que sí. Me llevaste a un bar a cenar.

-Tenías ese vestido azul...

-Uno de los que conseguiste gracias a tu amistad con modistas y sastres. Ahora está en el armario.

Él sonrió.

-Ese fue el vestido que tenía más ganas de conseguir... Me recordaba a nuestra cita.

Ella lo besó.

-Eso es muy romántico. ¿Recuerdas? Allí cenamos algo mientras charlábamos.

-Recuerdo que no sabíamos bien de que hablar. Éramos amigos desde hacía años. Pero jamás habíamos salido si no era como amigos...

-Lo sé. Pero cuando me dijiste que me veía hermosa, logré sonreír y el ambiente se volvió menos incómodo, ¿Recuerdas?

-Claro que sí. También recuerdo que jamás lo había pasado tan bien hasta ese momento...

-Ni yo.

-Luego salimos a caminar. De la mano. Fue ahí cuando aquel paparazzi oculto nos sacó un par de fotos.

-Sí. Y luego llegamos al parque.

-Y estabas tan linda...

-Y te me acercaste...

-Y tú también...

-Y justo cuando íbamos a besarnos el paparazzi cayó del árbol.

Ambos rieron ante el recuerdo.

-Sí. Y eso arruinó el momento. Luego salimos de nuevo, también de la mano, y te acompañé hasta tu casa. El apartamento, claro.

-Recuerdo que no te dejé entrar. Luego de eso me arrepentí mucho...

-Sí. Aunque a los dos días lo conocí, porque allí cuidaste de mí.-Él la tomó por las manos.-Fuiste la enfermera más cuidadosa, buena y linda del mundo. Me encantó estar enfermo. Cuando despertaba en la noche y te veía durmiendo en el piso, en la bolsa de dormir... Sentía ganas de besarte. Justo como antes de que entraras a tu casa cuando te dejé allí. Nos despedimos diciendo que lo habíamos pasado muy bien, y que ambos lo habíamos disfrutado mucho.

-Sí... Pero cuando nos despedimos, sentí el impulso de darte un beso en la mejilla. Y eso hice. Sólo que...

-Hubiese deseado que accidentalmente se rozaran nuestros labios. De haber sido así, no habría tenido vergüenza en besarte y, como estábamos frente a tu casa, tal vez todo hubiera terminado distinto...

-Lo sé. Pero, aunque hayamos sufrido la separación, creo que es mejor que nos hayamos puesto de novios luego. Tal vez, si lo que dices hubiera pasado, al crecer y tener otros trabajos, tendríamos que habernos separado.

-Pero por suerte...-Dijo él besándole la nariz.-...Eso no ocurrió. Y, considerando que nos casamos en tres semanas, jamás ocurrirá.

-Lo sé.

Ambos se besaron.

-Emma...

-¿Qué?

-¿Te he mostrado ya lo que quería hacerte cuando estabas usando aquel vestido en nuestra cita?

-No.

-Pues déjame que te muestre.

Emma sonrió y se lanzó a besarlo. Aquello era un sí.

Junto al río Támesis (Emma Watson y Rupert Grint) [Grintson]Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ