Boda.

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Boda.

Hades trató de besarle de nuevo, pero Radamanthys lo empujó colocando ambas manos en su pecho, tratando de separarse de él, sintiendo como el dios de la muerte tiraba de su cadena de oro, para acercar su rostro al suyo con una sonrisa sádica.

-Esperaba no tener que llegar a esto, Radamanthys, pero no creo que comprendas tu situación...

Radamanthys la comprendia bien, estaba encerrado en una jaula en compañia del dios de la muerte que no era aquel al que servia, sino un monstruo mucho mas parecido a Zeus, que no se tocaría el corazon en el momento de forzarle a tener sexo con él.

-Por el contrario, estoy encerrado con un monstruo que planea violarme...

Hades negó eso, llevando una mano a uno de sus muslos, el que comenzó a acariciar con delicadeza, su dedo pulgar moviéndose de forma circular, viendo como Radamanthys se estremecía, sosteniendo con ambas manos su muñeca, tratando de apartarlo de su cuerpo.

-Quiero que seas mi esposo Radamanthys, que realices los votos para eso... y estaba dispuesto a realizar un trato contigo.

Radamanthys no deseaba realizar ningún pacto con el dios Hades, sin embargo, lo escuchó, dejando de luchar con él, permitiendo que acariciara su muslo, jadeando cuando subió un poco más su mano, recorriendo ahora el interior de su muslo.

-Muy bien, parece que ya vas comprendiendo la situación en la que estás...

Radamanthys desvió la mirada cuando Hades llevó su mano a su muslo, subiendo por su pierna, casi deteniéndose en sus nalgas, algo que esa túnica le permitía con demasiada facilidad.

-Tu amiguito esta con mi hermano... aun esta en celo y Poseidon ha esperado tanto tiempo para estar a su lado, para tomar su cuerpo...

Hades simplemente ensanchó su sonrisa, que era casi imperceptible en su rostro inexpresivo pero para Radamanthys era el equivalente a una de las peores sonrisas de Minos, haciendo que dejara de luchar con él, liberando su muñeca.

-Sálvalo...

Fueron sus palabras, sintiendo como Hades cambiaba la postura de su mano, sentándose junto a él, sin detener sus caricias, pero aún sin ingresar a la barrera de ropa de la que se trataba su túnica, pero sí acercando su rostro a su cuello, su nariz casi pegandose a su yugular.

-Eso no es suficiente para mi Radamanthys... aunque, en este momento estoy seguro que ya lo ha hecho suyo...

Radamanthys no podía dejar a Kasa con ese monstruo, él era demasiado delicado, era un omega más bien bajito, delgado y su psique, eso le preocupaba mucho mas, apenas se había atrevido a confiar en esos alfas, el que lo violaran, le haría perder la fe en todos los demás.

-Aunque... si tu no deseas ser mi esposo, bien puedo utilizar el cuerpo de Degel para mi placer, es realmente hermoso y me encantaría poder romper esa fachada de indiferencia...

Negó eso, no podía dejar a Kasa solo, a Degel apenas lo conocía, pero Kasa le había demostrado amabilidad, era su amigo y no podía dejarlo solo, comprendiendo lo que le harían, aun así, no iba a pronunciar ese pacto, no estaba dispuesto a unir su eternidad a la del dios Hades, de nuevo.

-Aunque de lo que no estoy seguro todavía, es qué hacer con estos de aquí...

Hades dejó de acariciar sus piernas, llevando su mano a su vientre, señalando a los futuros niños que estaban gestándose en su cuerpo, esta vez con una expresión molesta, porque sabía que estaba embarazado de uno de esos alfas, de allí que se desvaneciera la manzana, sin embargo, estaba dispuesto a dejarle proseguir con esa traición si a cambio unía su vida a la suya, en una pequeña e insignificante ceremonia.

El Cáliz de Hera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora