Hermanos.

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Hermanos.

Poseidon llamó a su hermano con la voz de su cosmos, no aquel que habitaba el castillo Heinstein, enfocado en sus pinturas, como Julian Solo estaba enfocado en su riqueza, en sus obras de caridad, sino aquel que estaba encerrado en el Inframundo, durmiendo en un féretro.

Quien aún se veía joven, hermoso e inocente, al menos esa era la imagen que deseaba proyectar a sus aliados, a sus soldados, quienes estaban enamorados de su belleza.

-Hades...

Hades no respondió en un principio, haciéndole pensar a Poseidon que tal vez su hermano había fallecido después de todos esos siglos encerrado en el Inframundo, custodiado por los dioses gemelos, que al ser los hijos de Nix la noche y Erebus la oscuridad conservaban su apariencia juvenil.

-Poseidon...

La voz de Hades era profunda, como estalactitas cayendo en el interior de un pozo, pequeños estallidos en medio de la nada, como un iceberg chocando contra otro sin un testigo para verle.

-Tu dijiste que nos ayudarías, es el momento de que despiertes...

Hades no quería participar en esa guerra, pero esos planes que le tenía a su elegido le molestaban, no estaba dispuesto a que ese humano, ese pintorcillo cualquiera tomara aquello que deseaba para sí mismo.

-Alone posee una parte de la centella, está en su espada, quiero que se la arrebates, regresasela a Zeus como una muestra de mi buena fe y así podré despertar, ese maldito mocoso ha logrado repelerme.

Poseidon comenzó a reírse, pensando en lo maravillosa que era la fuerza psíquica de Alone, que era tan poderosa como aquella de la muchacha que mantenía encerrada a la diosa Athena, pero como él pudo destruir a Seraphina, esos humanos terminarían por ser destruidos.

-Yo mataré a Alone, y tu le regresaras esa centella a Zeus, pero debes presentarte, necesitamos los tres ejércitos bajo nuestro mando.

Había nuevos dioses y en su pasado, los nuevos dioses destruían a los antiguos, eso eran ellos, pero no se dejarían destruir, ellos eran los Olímpicos, ellos eran los amos de ese mundo, serían los dueños de esos omegas.

Hades ya no respondió y el convocando a dos caballos marinos, formados de agua, decidió iniciar su viaje al castillo Heinstein, donde encontraría a ese muchacho, al que destruiría con su tridente, el era un dios completo, no un envase tratando de usar el cosmos de Hades a su favor.

Aunque, debía llamarle a su hermano, por lo cual eso hizo, provocando una explosion de cosmos en el cielo, la que vería Zeus, ya que si no estaba follando con un hermoso humano, estaba surcando los cielos con su forma de águila.

Quien al ver la explosion, a pesar de ser un águila, sonrió, dirigiéndose al castillo Heinstein, comprendiendo muy bien qué era lo que iba a suceder, Poseidon y él salvarían a su hermano de las garras de ese humano de nombre Alone.

La triada volvería a formarse y eso le daba esperanza de recuperar su centella, de ser poderoso de nuevo, así como de tomar al hermoso príncipe para él, ya veía que sucedía con los demás omegas, primero tenía que recuperar a su Ganimedes.

Recuperando su forma humana cuando el castillo estaba cerca, viendo a Poseidon saltar de su carro tirado por caballos marinos, de aquellos seres que gustaba alimentarse de la sangre de los humanos.

Aún se veía demasiado joven, algo delgado, pero al usar su cosmos tarde o temprano recuperaría su esplendor, al igual que Hades, que era utilizado como un vil esclavo por un humano común y corriente, el mismo que le arrebató su centella con una maldita treta.

El Cáliz de Hera.Where stories live. Discover now