Lujuria.

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Lujuria.

Kasa temblaba aterrado, mirando su cuerpo con asco y desesperación, llevando sus manos a la cadera de aquel dios, tragando un poco de saliva de nuevo, para llevar sus labios a esa zona, tratando de besarle primero, pero, el dios comenzó a molestarse, a desesperarse.

Asi que tomando el cabello de Kasa con una sola mano, abrio su boca con unos de sus dedos para empujar su sexo en sus labios, logrando que Kasa se sostuviera con fuerza en sus caderas, tratando de apartarlo pero no podia, jadeando con cada empuje del dios, que comenzo a moverse demasiado rapido, llevando su nariz hasta el vello blanco de su cuerpo.

Llegando demasiado profundo en su garganta, casi asfixiandolo con su sexo, jadeando su placer, sin importarle que Kasa trataba de apartarse, empujar sus caderas y respirar al mismo tiempo, siendole casi imposible.

Zeus cerró los ojos empujando con fuerza en la boca de Kasa, pronunciando sonidos desagradables a causa de su placer, una y otra vez, hasta que se vino en la boca del albino, quien fue forzado a tragar casi toda su semilla,

Dejando ir a Kasa que tosía tratando de recuperar la respiración y escupir esa semilla de sus labios, quien retrocedió con demasiada fuerza, así que cayó al suelo, mirandolo horrorizado, con las piernas abiertas, sus rodillas dobladas, apenas portando una camisa blanca mojada, que se le pegaba a su cuerpo.

-Eres hermoso…

Susurro Zeus, relamiendo sus labios, al mismo tiempo que Kasa retrocedía asustado, observando cómo de nuevo el dios comenzaba a erguirse, como si no hubiera tenido suficiente con ese horrible acto.

-No… no… tu me prometiste…

Quiso recordarle al dios, que simplemente comenzó a reírse, dejándole correr apenas unos metros, le gustaba la cacería después de todo, sosteniendo a Kasa por la cintura, para regresarlo a la playa, escuchando sus lamentos, sintiendo sus aburridos intentos por liberarse.

Acostandolo en la playa, con la marea sumergiendo parte de sus cuerpos, besando sus labios de pronto, su lengua apoderándose de su boca, sintiendo como el albino trataba de liberarse, empujando su cabeza, no obstante, no tenía la fuerza para eso y volteo su cuerpo, empujando su espalda con una de sus manos.

-No te muevas…

Zeus comenzó a acariciar su espalda en círculos, escuchando los llantos de Kasa, que jadeo cuando su mano comenzó a acariciar sus nalgas, apretando con fuerza y después con delicadeza, moviéndolas de forma circular.

-¡Basta! ¡Por favor!

Zeus comenzó a reír de nuevo, esta vez llevando sus dedos a la línea de sus nalgas, recorriendola varias veces, escuchando como la respiración de Kasa cambiaba de velocidad, e inmediatamente ingresó tres dedos en su cuerpo, en su humedad.

Escuchando un hermoso gemido del omega albino, que dejando de luchar simplemente se mantuvo quieto, pero eso no le gustaba, él quería escuchar sus gemidos, verle retorcerse e ingresó otro dedo en su cuerpo virginal.

Kasa gimió al sentir los dedos ingresar en su cuerpo, arqueando su espalda cuando Zeus encontró su próstata, la que comenzó a empujar lentamente, sintiendo un beso del dios en su cuello, lamiendo su espalda.

Su mano moviendose en un vaiven monstruoso, preparandolo para su sexo que yacia erguido esperando el momento en el cual penetraria en esa belleza albina, en la cual quiso ingresar otro dedo, abriendolo de forma dolorosa para el omega, que pensaba que iban a romperlo, quien lloraba para ese momento, sus ojos cerrados y sus dientes fuertemente apretados.

Zeus era adicto a esa sensación de poder, al saberse merecedor de aquellas hermosas criaturas porque era el único que podía tomar lo que deseaba, sin preocuparse por los demás, por sus deseos, únicamente satisfaciendo los suyos.

El Cáliz de Hera.Where stories live. Discover now