Recuerdo.

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Recuerdo.

Manigoldo asintió, recordaba esa batalla, la forma en que Thanatos parecía estaba jugando con él, aunque le cortó una pierna, pero eso no fue del todo cierto, el dios de la muerte no violenta no le hizo daño, fue su error al tocar esa extraña dimensión.

Además era su enemigo y no iba a escuchar sus palabras, pensando que solo eran locuras, después sabía que Thanatos enloqueció a causa de la furia, pero fue derrotado por su padre, por su querido maestro.

-Así que… yo le pedí a la diosa Hera que volviera a elegirte… quería recuperarte… y le ofrecí la vida de otro más a cambio de la tuya, pero… de nuevo, no sabía qué implicaba eso, solo pensé que sería elegido como un omega, que Hades perdería a su soldado favorito, nada más.

Eso del soldado favorito llamó la atención de Manigoldo, porque eso no era lo que pensaba Radamanthys que era, y si Thanatos o Hera pensaban que alejar a ese tipo del ejercito del dios Hades era un castigo, eso podría significar algo muy malo para él, con esa manzana en sus manos.

-Yo solo quería recuperarte… yo he sufrido estos mil años sin ti a mi lado… no lo toleraba más…

Susurro Thanatos, angustiado, convenciendolo de su amor, así que meditando aquellas palabras, quiso saber si había alguna forma de ver lo sucedido.

-¿Podrías mostrarme?

Pronunció seguro, esperando la respuesta de Thanatos, que le veía fijamente, como esperanzado, al ver que no le odio desde un principio, como era su temor.

-Podrias mostrarme tu pérdida, como es que sucedió todo esto hace mil años…

Thanatos sabía de dos formas de lograrlo, la primera se trataba de su hermano, por medio de sueños podía mostrárselo, la segunda, usando la calavera que le regaló.

Pero temía que las dos formas pondrían en peligro su psique, porque era muy doloroso para cualquier omega recordar los hechos transcurridos durante aquel ritual monstruoso.

Ahora que entendía que era lo que implicaba todo ello para su cangrejo, en el pasado, su bella amapola, que era todo menos femenino.

-Temo que eso te pondría en peligro Manigoldo, esos recuerdos son demasiado dolorosos.

Pero sabía que eso no iba a interesarle a su amor, que siempre había sido demasiado arriesgado, por lo cual respirando hondo, tomó la decisión de ver lo que sucedió en el pasado, para así poder prepararse.

-No le temo a los recuerdos, enseñame lo que sucedió en el pasado.

Thanatos asintió convocando la calavera con la cual le había hecho ir a él en el pasado, esperando que la tomara de su mano, algo que hizo.

-¿Ahora que?

Pregunto ansioso, viendo la sonrisa de Thanatos, sonrojandose, este era otro alfa loco que lo deseaba se dijo, pensando que por alguna extraña razon que no alcanzaba a descubrir, le gustaba lo que hacia, justo como con Albafica que actuaba como un tonto enamorado.

-No vayas a empezar tú también.

Se quejó sosteniendo la calavera en sus manos, con algo parecido a un puchero, logrando que Thanatos solamente sonriera, encogiéndose de hombros.

-Lo siento, pero eres simplemente perfecto… demasiado lindo a decir verdad,  simplemente adorable.

Pronunció con la misma clase de sonrisa que usaba Albafica, cada vez que lo veía, sus ojos fijos en cada uno de sus gestos, especialmente sus manos y sus ojos, los fuegos fatuos que convocó como por reflejo para tratar de activar esa calavera.

El Cáliz de Hera.Where stories live. Discover now