Despertar

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Despertar.

Sage seguía buscando información, pero no habia nada, quien decidio esconder la verdad lo hizo de una forma eficiente y comenzaba a desesperarse, pero aun había una manera de encontrar alguna pista, convocando a los fuegos fatuos, que en esencia eran almas, esperando que ellas con su lazo con la muerte pudieran encontrar algo, cualquier cosa.

Uno de los fuegos fatuos se quedó volando enfrente de uno de los estantes más altos, donde había unos cilindros de oro, eran escritos antiguos, que no deberian estar alli se dijo, tomando el cilindro en donde había documentos narrando la guerra, nada fuera de lo común.

Nada excepto algunas páginas sueltas, con una caligrafía demasiado antigua, refinada, por alguna razón sabía que era de un santo dorado, tal vez alguno de los dueños de las manzanas.

"El espectro de Hades se negó a aceptar esa manzana, dijo que no vio nada, aunque la diosa Hera le amenazó por eso, él era el segundo de ellos, el primero era el espectro de la amapola, una estrella de rango bajo, demasiado hermoso"

Sage sabía que Radamanthys no quiso esa manzana, era una historia que ya les contaba como en reproche, no sabía porque en realidad, creyendo en sus mentiras, en la romantización de ese castigo.

"Fue el único que comprendió lo que esas cosas significaban, fue el único que mostró sabiduría, porque esto es una maldición"

Sage cerró los ojos, para abrirlos de nuevo, enfocándose en esas letras escritas por uno de los omegas que habían sido secuestrados de sus ejércitos, preguntándose entonces si era cierto que sus armaduras cambiarán por aquella del alfa que hubiera obtenido esa manzana para ellos.

"Estas manzanas... estas cosas, nos han debilitado, algunos hemos logrado darle nuestro afecto a quién amamos, pero él ha sido asesinado por Hera, por Ares, por los dioses que sirven a Zeus"

Su alumno había mencionado eso, que estaban matando a sus elegidos, a los alfas que ellos amaban y para quienes en teoría era esa manzana en sus manos, pensando aun en las historias de amor narradas por mil años, pero era una mentira, una fábula creada por la diosa Hera.

"Se que pronto vendrá por mi, se que Zeus pronto vendra por mi usando esta manzana, que he tratado de destruir, que he tratado de olvidar en alguna parte, pero al despertar, esta cosa siempre esta a mi lado"

Zeus, el dios del trueno, patrón del Olimpo, padre de su diosa benevolente, pero debía recordarse que ella siempre peleaba a su lado, era su hija favorita, a pesar de que decían, sí la profecía era cierta, era la unica que podria destruirlo, al nacer de su primera esposa, cuando Hefesto golpeó la cabeza del regente de los dioses.

"Y aunque quise creer en el amor, se que moriré pronto, no dejare que ese dios monstruoso de conmigo, pero les advierto, en el siguiente ritual, destruyan a la diosa Hera antes de tomar una de sus manzanas"

Sage llevó la carta a su pecho, pensando en que hacer, pero Zeus estaba encerrado en una vasija, Hades, Athena y Poseidon habia peleado con él para lograrlo, sus muchachos estaban a salvo, sin embargo, necesitaba acudir con su diosa, tal vez ella podría confirmar estas palabras, que de ser ciertas, necesitaría una explicación, algo que le hiciera comprender porque permitía que este ritual se llevara a cabo.

Pensando en su cangrejo, en su pequeño en las manos de ese dios monstruoso, algo que no iba a permitir, aunque no sabía cómo evitarlo.

-Hakurei...

Susurro, pensando en su hermano, necesitaba saber lo dicho en esa carta, así ambos podrían proteger a sus alumnos y acudir con su diosa no sería tan peligroso.

El Cáliz de Hera.Where stories live. Discover now