Capitulo 64

40 1 0
                                    

CAPITULO 64

SAMANTHA

Marcelo y yo teníamos las cosas listas para la siguiente fase del plan. Un mes conmigo actuando como idiota fue lo que nos ayudó a crear las estrategias con la información que recolecté de las personas en la ciudad. Ahora estaba por entrar a una fase peligrosa que no puedo revelarle a ninguno de ellos, solo a Mikhail. Marcelo fue muy claro en qué debo ser cuidadosa con esa información, además que lo que debo hacer es arriesgado.

Por eso le canjeé uno de mis favores, porque no sé lo que me depare mañana en este lugar, solo quería pasar veinticuatro horas con mi novio antes de lanzarme a un abismo cubierto de oscuridad del que no sé nada.

— ¿Qué estás pensando, princesa? — pregunta Gregor, acariciando mi brazo con sus dedos.

Hace una hora que terminamos de saciarnos, pero yo no podía alejarme más de él, por lo que me acosté en su regazo mientras Gregor dibujaba círculos o palabras que solo él entiende en mi espalda. Él tan tranquilo, disfrutando de esto, mientras yo estoy mirando la hora en el reloj de pared que no hace más que acortarse, quisiera tener más tiempo con él.

— En Vivianne. — dije una verdad.

Siempre pienso en nuestra hija, en lo que puede estar haciendo ahora y si nos extraña o ya nos olvidó. Cuando viajamos a Brasil era una nena de pocos meses que apenas y podía balbucear un par de letras llenándose los puños de saliva, ahora ya debe al menos balbucear una palabra entera o tal vez dos.

¿Cuál habrá sido su primera palabra?

¿Llamó a Gregor o a mi primero?

Esas son las preguntas que me hago antes de dormir, donde lloro en silencio en esta habitación y suplico al cielo que todo esto termine, que el plan de Marcelo funcione y yo vuelva a encontrarme con mi hija. Es lo que más quiero, volver a verla para llenar sus cachetes de besos y decirle lo mucho que la amo.

— Yo también la extraño. — dice con un suspiro, escribiendo algo en mi espalda con su otra mano. Cerré los ojos, disfrutando de la caricia — ¿Qué es lo que haces con Marcelo?

En algún momento lo iba a preguntar, me lo suponía, Gregor Castilla no iba a dejarse manipular hasta olvidar ese asunto. Pudo estar abrumado por la oscuridad y los celos, pero una parte de él siempre estará allí para decirle que falta información.

Información que no puedo darle.

— Busco la manera de sacarlos de aquí. — miento, sin atreverme a mirarlo a los ojos.

No podría seguir si lo veo, ya incluso me cuesta alejarme ahora.

— ¿Cómo...?

Como si viniera a salvarme, Marcelo abrió la puerta con una mueca de lástima que ya comienzo a conocer muy bien en él, diciéndome con su mirada que ya se terminó el tiempo. Gregor debe volver al calabozo y yo tengo que ir a cumplir lo que falta.

— ¿Qué mierda haces entrando así? — grita Gregor, molesto.

— Dame unos minutos. — dije, cerrando los ojos al respirar profundo.

— Veinte minutos, Samantha. — concede Marcelo, ignorando a Gregor.

Justo ahora es lo mejor, nunca ha sufrido de celos y tenerlos ahora es lo que lo vuelve volátil.

Escucho la puerta cerrarse, haciendo que me levante con la vista hacia abajo, sin poder observar los ojos que tanto amo por última vez.

— ¿Ese tipo entra así todos los putos días? — gruñe Gregor, señalando la puerta indignado.

Enamorada del CEO ImbécilTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon