Capitulo 18

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CAPITULO 18

GREGOR

Al final, terminé pasando más de un mes en Italia debido al deterioro de mis fuerzas y mi estado de salud. Por haber tenido esas heridas infectadas tanto tiempo aún seguían monitoreándome por si la fiebre regresaba, el doctor no estaba seguro de haber eliminado todos los sujetos extraños de mi cuerpo, ya mucho había podido hacer eliminando algunas de las cicatrices con el ungüento que les facilitó Mikhail.

Ahora se veían como si hubiesen sido cortadas un poco más leves de lo que fueron, y con la ausencia de los puntos dejé de verme como un muñeco mal armado hace dos semanas.

Mikhail se ocupó que mi rehabilitación física fuera lo más rápida posible, contrató a los mejores fisioterapeutas y les ordenó tener los resultados a la brevedad si no querían morir en una semana. Lo cual me ayudó bastante a recuperar movilidad y fuerza en mis músculos. En todo este tiempo no había notado lo débil que me encontraba luego del secuestro, jamás las hubiera podido proteger en ese estado.

Ya hace dos días Mikhail me anunció que debía ganarme mi libertad con una prueba final ahora que estaba recuperado, y si lo hacía bien tenía una recompensa extra para saber la situación con ellas mientras me regresaba a España con mis padres.

Por eso acepté, sin importar lo extraño que fuera mucho menos chisté cuando llegaron algunas estilistas con un tinte en color plata y unas lentillas negras que me ordenaron usar. Las respuestas las iba a recibir más allá de esa puerta de hierro frente a mí.

— Quiero asegurarme que estás listo para regresar, por eso hago esto. — me explica Mikhail con calma, mirándome desde el piso superior vestido con su traje táctico — No me defraudes, niño.

El barullo de gente se hizo más fuerte más allá de la puerta, los sonidos de golpes contra el piso se hizo potente y la mueca en el rostro de Mikhail solo avivó mi ansiedad con toda esta situación.

Llegué aquí como lo hice en cada ocasión que salí de la mansión de él, drogado, el jefe de la mafia italiana no dejaba cabos sueltos sobre la ubicación de su hogar temporal, es algo que repitieron muchos de sus empleados domésticos. Incluso a ellos los droga para trasladarlos a otra casa.

— ¿Me dirás algo para motivarme al menos? — pregunto con una ceja elevada, apretando mis manos vendadas en puños a mis costados.

— Esa amiga tuya...

Mierda... ¿Qué le hicieron?

— Margery Bolton. — dice, hundiéndome el corazón en el pecho por lo que está a punto de decirme — Tiene a Diego muy cerca, incluso le habla, eso no es bueno.

La ira en mi interior creció, imaginé el rostro de ese malnacido y comencé a golpearlo en mi mente con todas mis fuerzas. Luego que Mikhail me mostró una foto de quién era toda mi atención se fue a destruirlo, a acabar con él de una peor forma a como lo hice con los que me secuestraron.

Abrieron las puertas con el sonido de una campana, las personas en los pisos superiores vitoreaban de euforia con un inmenso reflector apuntando al centro de la arena, justo donde estaba un sujeto de cabello negro que me sonreía con ansias de golpearme.

— Sí le ganas, yo mismo te llevaré a donde decidas ir. — dice Mikhail en voz alta, desapareciendo del lugar donde me estaba hablando, seguramente para ver la pelea.

Así que una fosa de pelea... interesante.

El sujeto frente a mí es dos dedos más bajo que yo, pero los músculos y la mirada me indican que se la pasa en este lugar seguido lo cual no es bueno para alguien como yo que solo ha peleado con personas que le pagan para no lastimarme de una mala forma. Sí, peleé con uno de los hermanos de Mikhail un día, pero fue tan fácil ganarle que no creo que con este sujeto sea igual.

Enamorada del CEO ImbécilWhere stories live. Discover now