Capitulo 61 (Gregor)

31 3 0
                                    

GREGOR

¿Cómo no excitarme con tremenda mujer que me gasto, carajo?

Dejo caer mi cuerpo contra la pared, sentándome en el piso en la celda oscura, sin poder creer aún los alcances que pueden tener las mentiras de Sam como para que Diego no las note incluso luego de tres meses.

Ella es... increíble.

Estoy perdido en mis pensamientos sobre ella, viéndola entrar con Margery aquí con seguridad, sin tenerme miedo con toda la sangre que tengo encima y luego desarmando el arma del mismísimo Marcelo Ferro sin dudas frente a él.

Todos creímos que ella no era peligrosa, pero las advertencias nunca fueron en vano, mi mujer si es capaz de destruir con solo usar mentiras.

Por poco y me creo por completo lo del bebé, pero el anticonceptivo que se aplicó en Brasil es lo que me hacía dudar de la vialidad de esa declaración. Ver qué es ella jugando con Diego, entregando cartas inexistentes, joder, me excita demasiado.

— Arriba. — ordena uno de los hombres de Diego, encendiendo la luz.

No sé cuánto tiempo ha pasado, pero ya mis ojos se habían vuelto a acostumbrar a la oscuridad y me cuesta hacer otra cosa que no sea enfocar a la persona que viene acompañada para sacarme de aquí. Tienen el uniforme con calavera en el pecho, son los del foso de pelea, fue lo último que me explicó Mikhail antes de que nos separaran ayer.

De seguro vamos a ser entretenimiento para los invitados de Diego nuevamente, para posicionarse como alguien poderoso por tener un foso de pelea similar al de Gael Jaeger. Lástima que este no le llega a los talones y la ausencia del engendro que pelea en ese lugar se hace notar con los peleadores inexpertos con los que me he enfrentado.

En el pasillo, Mikhail ya está listo para ser trasladado y eso es una sorpresa para muchos, ya el italiano no se ve con ánimos de matarlos como al inicio ¿Qué le dijo el heredero de la calabresa para mantenerlo pensativo?

— Hoy entendí por qué te tienen agarrado de las pelotas. — comenta el italiano, hablando español, burlándose. Sonreí — ¿También te someten así en España?

— Si te descuidas, serás el siguiente. — me burlo, entrando a la jaula móvil con mejor ánimo que hace dos días.

Mikhail se sentó detrás de mí con una sonrisa, entretenido, mirando los ventanales con una diversión oscura que no veía desde esa vez cuando me reclutó en Italia.

Al parecer recibió buenas noticias por parte de Marcelo.

Es de noche, lo que quiere decir que desde la última visita de Margery han pasado siete horas completas. Ella es la que nos mantiene actualizados en el tiempo en esas celdas, dice el día y la hora al entrar y luego se va corriendo para no ser descubierta. A veces creo que sin ella yo ya me habría vuelto loco en ese lugar.

¿Dónde está Sam? Tenerla aquí, tan cerca de ser dañada por Diego, me preocupa, ese sujeto es capaz de todo para joderla. Lo sé.

— El lobo está disfrazado de oveja, guarda tus fuerzas para el final, Castilla. — me ordena Mikhail, mirándome con la seriedad del líder de la Camorra que veo cuando está preparándose para derrotar una base — Nuestra oportunidad es ahora, cuento contigo para sacarla.

— Tú también te vienes con nosotros. — le advierto con el ceño fruncido, mirándolo — Así te arrastre, nos vamos todos.

— Mi vida no vale más que la de ella. — sentencia.

Las puertas del patio de la mansión se abrieron delante de nosotros, Mikhail tomó una respiración profunda con la mirada puesta en el camino de piedra y yo hice lo mismo, preparando mi mente para los combates.

Enamorada del CEO ImbécilWhere stories live. Discover now