Capitulo 76

29 2 0
                                    

CAPITULO 76

SAMANTHA

Hoy no hubo pesadillas, no hubo gritos, nada...

Solo éramos Gregor, mi niña y yo, en nuestra habitación, en la mansión que mi novio compró para nosotros. Donde veo a mis dos personas favoritas del mundo dormir frente a mí. Viéndolos con una amplia sonrisa, la forma en la que ambos duermen igual con la boca ligeramente abierta, acostados en posición fetal viendo en mi dirección.

Desperté hace unos minutos porque sentía que era demasiado bueno para ser verdad, pero joder... no puedo dejar de mirarlos, a los dos, a esta casa.

Estoy a salvo.

Logré salir de ese infierno y ahora...

Acaricio la mejilla de mi hija, de mi pequeña no tan pequeña que ahora usa ropa cinco veces más grande a cuando me fui. Con un body color rosa pálido con ositos y con su hermoso cabello rubio que le llega hasta el cuello, brillante y sedoso, como siempre imaginé que sería.

Es toda una princesa, mi princesa.

Le aparto un par de mechones de su frente, haciendo que se remueva un poco, preocupándome porque no despertarla, quiero que duerma tranquila como lo ha hecho todos estos meses; que no sea perturbada por nuestros demonios. Se gira en su puesto, acostándose con la espalda en el colchón, estirando sus brazos como si fuera un pequeño gatito, tomando con fuerza la camisa de su padre a su lado, tratando de asegurarse que no se mueva de su lugar.

Miro al techo, abanicando mi rostro con una mano para espantar las lágrimas, intentando calmar mi corazón de tan bella escena. De ver a mi familia así, en paz...

Primero ayer en el aeropuerto cuando vi a mi padre llorar por primera vez, viéndome con alivio al cruzar la entrada, viendo a mi hermana junto a mí luego de todos los años separadas; y ahora esto, despertar así... con ellos. Con mi familia.

¿Papá? — pregunté con un nudo en la garganta, mirándolo sorprendida mientras busca algún signo de herida en mi rostro.

Se veía más viejo con las arrugas de preocupación en todo su rostro. Además que no llevaba traje del todo, solo una ropa formal y sencilla, muy similar a la que Gregor solía usar en España antes de marcharnos. Se ve... diferente...

Mi pequeña. — murmura con voz ronca, trayéndome a su cuerpo con un abrazo fuerte, con Katie llorando junto a nosotros — Mi niña...

Veo a mi hermana, confundida, sintiendo algunas lágrimas deslizarse sobre mis mejillas por verlos, por tenerlos conmigo como si de verdad fuéramos una familia. Como si la herida hubiese sanado con lo sucedido.

Luego que Lourdes nos traicionase para ir por ti, papá y yo hablamos, Sammie. — explicó mi hermana, limpiando mis lágrimas con sus manos temblorosas — Supe la verdad y... — papá se aleja de mí con una sonrisa, limpiando sus propias lágrimas. Parecía humano — Comenzamos a buscarte, los que tenían a los Castilla fueron por nosotros, nos dijeron que volverían, pero no lo creía hasta hoy...

Giovanni.

Él lo supo todo este tiempo, que mi familia estaba aquí, a mí lado...

Los abrazo a ambos con fuerza, tratando de borrar de mi memoria esa traición de Lourdes para sanar con esta imagen. Con ellos, mi verdadera familia.

Me levanto con cuidado de mi lugar, tratando de no despertar a mis acompañantes, saliendo de la cobija calentita y suave de la cama, tocando mis pantuflas junto a la cama, cómodas y suaves. Diferente también, ahora todo lo es.

Enamorada del CEO ImbécilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora