Capitulo 7

148 5 1
                                    

CAPITULO 7

GREGOR

—Meses atrás—

Estar en una fiesta no me parece algo necesario o por lo que mataría a alguien para hacer; pero a mis dos chicas favoritas les encanta salir de fiesta y yo vengo por compromiso para cuidar que nada les pase. Así que siempre termino en lugares como estos, bebiendo en un rincón del lugar mientras ellas se divierten.

Hace dos años y medio que ayudé a Margery con el problema de las pastillas antidepresivas, y gracias a eso poco a poco la he visto volver a ser ella misma. Incluso ahora tiene un nuevo novio — más imbécil que Strauss, pero sigue siendo un avance —, lo que me calma ahora que la veo reír y bailar en la pista de baile junto a Sam.

Volverá a ser ella misma, tomará su tiempo, pero lo hará. No es fácil estar en la situación de mierda en la que la dejaron sus padres a su suerte cuando se fueron de la casa luego del accidente y no volvieron. Ella trata de fingir que todo está bien y tiene una vida de ensueño, pero a mí no me engaña, sé que está triste en su interior. Siempre ha odiado estar sola y por eso he tratado todo este tiempo de pasar por su casa cuando tengo libre para hacerle compañía. La presencia sosa y disfrazada de James no me es suficiente.

Ahora al menos se viste de manera decente, tal vez su amigo le haya dicho lo que pienso, pero sus emociones siguen siendo una mierda. Tiene novia pero a mí no me miente, solo buscó a la chica porque Margery está con Joey, es como cuando un niño en primaria tiene mejores colores que tú, buscas igualarlos, pero es inútil porque nunca serán esos.

Es lo que veo en su cara siempre que está con su supuesta novia, la ve pero no ve en ella a Margery y eso lo hace sentirse insatisfecho. No debería emocionarme, pero lo hace y disfruto mucho el ver a los cobardes sufrir en su sufrimiento auto impuesto.

Y para los que piensan que estoy como él, están equivocados, yo sí puedo estar con otra mujer sin buscar el fantasma de Sam en ellas. Son pasajeras porque me terminan aburriendo al hablar de cosas absurdas de moda o porque solo vienen por mí dinero, pero al fin y al cabo son algo con lo que puedo estar.

La pelinegra que me guiña el ojo y me invita a un polvo rápido en el piso de arriba con su cara es una prueba de ello. Le aseguro que iré en unas horas y sigo bebiendo mi trago con una sonrisa.

Dentro de nada seré mayor de edad y podré disfrutar de clubes que me satisfagan en lo que quiero, mientras tanto pasaré el rato con las chicas de secundaria que me encuentre en el camino.

— Ven a bailar con nosotras, gruñón. — me jala Margery, haciéndome reír mientras me arrastra al interior de la pista improvisada de la casa donde estamos.

— De seguro estaba buscando un buen polvo. — habla Sam riéndose a carcajadas, cuando llego a donde estaban hace rato.

Está bebiendo mucho hoy, ya está al borde de no saber lo que hace borracha. Me preocuparía por si alguien se sobrepasa con ella de manera sexual, pero con el perro rabioso que tiene de novio sé que sola no va a estar.

Steve sigue teniendo miedo de que algún pobre diablo se la quite. Como si la diosa que tiene a su lado fuera un puto objeto. Los bastardos con suerte se quejan siempre.

— No voy a ser el único que no se divierta. — digo en voz alta para que me escuchen sobre la música.

Margery y ella se ríen a carcajadas, producto del alcohol y yo las sigo. Poco a poco en estos tres años hemos vuelto a ser los de antes.

— Vamos, tú sabes bailar. — me insta Sam, recostando su trasero en mi entrepierna mientras baila.

Yo trago hondo pensando en los horarios infernales para que no me afecte el movimiento de su cuerpo junto al mío y bailo con ella con los ojos cerrados. Soy su mejor amigo y estoy enamorado de ella, pero la amo y la respeto como mujer y no voy a hacerla sentir mi polla caliente solo porque no pueda controlar mis impulsos.

Enamorada del CEO ImbécilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora