Capitulo 27

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CAPITULO 27

SAMANTHA

Odio a Gregor Castilla, odio a toda la mierda que rodea el instituto y por sobre todo odio mis estúpidas emociones alteradas que me hacen sentir como un maldito osito cariñosito que cree en el amor eterno y que una amistad no siempre será una amistad.

¡Soy una estúpida!

Ya mis pensamientos negativos no es por miedo, ansiedad o cualquier problema psicológico que haya traído consigo el shock emocional del embarazo. No. Ahora son porque estoy furiosa con Gregor y nada de lo que me diga me va a calmar.

Un error... ¿Soy un puto error?... ¡Él es un imbécil!

— Sam, por favor deja de refunfuñar. — dice él, recordándome que por desgracia es quien debe llevarme a casa ahora que terminamos de estar con Margery en el hospital — Haz tenido muchas emociones fuertes hoy.

— No quiero hablar contigo. — le gruño, mirando por mi ventana de brazos cruzados.

Soy una niña infantil, sí. Pero no me pueden pedir que esté calmada luego que mi amor platónico acaba de decirme en mi cara que fui un ¡Estúpido error!

— ¿Por cuánto tiempo estarás molesta conmigo? — pregunta con un suspiro, cansado.

Imagino que no ha dormido bien desde que regresó, pero eso me importa un bledo ahora. Yo no lo mandé a decir que lo que pasó entre nosotros fue un error, por mí que se muera del sueño.

— Sam, por favor. — se queja, estacionando el coche frente a la entrada de mi casa. Mis papás están dentro por lo que puedo ver con las luces encendidas en la cocina — No me gusta estar peleado contigo.

— Gracias por traerme. — digo, ignorando sus palabras mientras abro la puerta del coche con molestia.

Estaba a punto de bajarme del coche, ya mis pies habían rozado el suelo con la planta del zapato, cuando su brazo rodeando mi cuerpo debajo de mi pecho me detuvo en mi lugar, sintiendo su respiración junto a mi oído trayendo problemas con mi propia respiración y escalofríos a mi cuerpo.

¿Por qué está tan cerca?

Non è stato un errore. — murmura junto a mí oído, hablándome en italiano.

Malnacido.

No sé si se ha dado cuenta de mi debilidad al escucharlo hablar en otro idioma, pero está usándolo perfectamente a su favor ahora que sabe que no puedo entenderlo. Además que me trajo problemas en mi entre pierna, como si la estuviera reviviendo después de todo este tiempo.

¡Lo odio!

Sogni d'oro, mia bellissima principessa. — sonríe, dejando un beso en mi mejilla, sonrojándome — Mañana vendré por ti para ir al doctor. — habla finalmente en un idioma que entiendo, soltándome.

Salgo del coche furiosa, cerrando la puerta con rabia a mis espaldas y caminando a mi casa con los brazos cruzados, sintiendo placer a la vez que mi corazón está a punto de salirse de mi pecho de la emoción.

Quiero aprender a hablar el maldito italiano ahora ¿Qué fue lo que me dijo?

Las voces de mis padres en la cocina al entrar fueron las que me guiaron en la tenue oscuridad de la entrada, atenuando cualquier vestigio de emoción en mí. Pasé el pasillo que da a la lavandería y se ve desde las habitaciones arriba — desde que intenté suicidarme no puedo verlo por mucho tiempo —, vi las cosas de trabajo de papá en los muebles de la sala y caminé en silencio hacia el comedor, donde mamá arregla la mesa mientras papá verifica el guiso en la cocina.

Enamorada del CEO ImbécilWhere stories live. Discover now