Capitulo 52

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CAPITULO 52

SAMANTHA

Mi cumpleaños resulta mejor de lo que habría imaginado en un principio. No había podido dejar de sonreír después de todo lo que ha pasado entre ambos, me sentía ligera, plena y feliz de estar pasando estos momentos a su lado.

Además que el sexo...

Joder, con Gregor no parezco tener suficiente y él de mí tampoco, salir de nuestra habitación para comer fue un proceso que todavía me trae buenos recuerdos de solo volver a pensarlos.

— Deberías decirle a mi madre lo de la niña hoy, tu pasarela es dentro de poco. — comenta él.

Trayéndome de regreso al ahora donde estamos sentados en su auto, sin chofer, de camino a la casa de sus padres para terminar este día con nuestra hija. Sinceramente, no me arrepiento de haberlo decidido así, sí, amo estar con Gregor y recibir los beneficios de ser su mujer, pero también extraño a mi pequeña.

No sé cómo vivir sin estar cerca de ella ahora, es una parte fundamental de mí ser incluso cuando no la esperaba tan pronto.

— Lo hablaré con ella entonces. — digo con media sonrisa, mirándolo.

Se veía más calmado ahora, con la ropa que usa fuera de la oficina y el celular olvidado en algún bolsillo de su ropa. Un simple pantalón negro ajustado, camisa de manga larga de lino blanco y una chaqueta de cuero negro que le queda al guante con ese cuerpo de infarto que tiene, joder, me encanta. Mientras está mirando a la carretera al manejar se ve poderoso, como si el mundo estuviera a sus pies siempre que así lo quiera.

— Si me sigues mirando así voy a detener el coche para terminar lo que empecé. — advierte, sonriendo divertido.

— ¿Todavía quieres seguir? — pregunto sorprendida y sonrojada a partes iguales — Lo hicimos durante horas, Gregor, horas.

— Fueron muchos meses de celibato. — responde levemente sonrojado mientras gira en la esquina a la casa de sus padres.

¿Podré seguirle el ritmo a mi prometido en un futuro?

No soy muy diestra en esto y tengo miedo que mis limitaciones lo terminen aburriendo.

— Llegamos. — dice, dando un apretón a mi mano antes de apagar el coche — ¿Estás bien?

— Sí, solo un poco sorprendida. — admito, apretando su mano con la mía — ¿Te molesta que sea tan inexperta? En... eso.

— Para nada. — asegura con el ceño fruncido, mirándome confundido — No pienses eso, Sam, me encantas, toda tu. — acerca su frente a la mía con una sonrisa — Soy yo el que debería molestarte, parezco un adolescente teniendo su primera vez.

— Me gusta eso, he de admitir. — respondo divertida, dejando un beso en sus labios — Vamos por nuestra bebé. — suspiré.

— Vamos. — acepta, sonriendo.

La mansión de los padres de Gregor es hermosa, fue remodelada hace poco y es como un palacio minimalista que te hace sentir en un ambiente de plenitud total. Incluso el jardín del frente está tan perfectamente cortado que cuando te paseas por el camino de entrada te entran unas ganas enormes de acostarte y mirar al cielo por horas.

He venido pocas veces aquí, normalmente es la madre de Gregor la que viene a visitarnos y no le he visto necesario venir, no quisiera incomodarlos en su espacio. Supe que este año Gabriela también se fue a vivir sola en un departamento en el centro de la ciudad y supongo que ellos necesitan sus momentos a solas, fueron veinticuatro años cuidando a sus hijos.

Enamorada del CEO ImbécilWhere stories live. Discover now