Good Boys » Muke

113.

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— Maia estoy cansado, no quiero entrar a ni una tienda más — Michael soltó un suspiro mientras se sentaba en un banco frente a otra enorme tienda de vestidos en la que seguramente su hermana pasaría la siguiente hora y terminaría saliendo sin nada diciendo que ninguno le gustó.

— Luke, ¿entras conmigo? — preguntó la chica haciendo una cara de perrito mojado ante la negativa de su hermano, haciendo que el rubio asintiera con la cabeza sonriendo. A él siempre le gustó ir de compras con Lauren y Emily, las chicas creían que Luke tenía un buen sentido de la moda.

— ¡Yey! — exclamó la chica emocionada entrando a la tienda.

— Oye, ¿eres mi novio o el de mi hermana? — preguntó Michael molesto.

— No tengo a tu papá de mi lado, tengo que asegurarme a las mujeres de tu familia— Mike asintió con la cabeza, dándole la razón. Aunque Luke ya tenia al abuelo Stan de su lado.

— ¿Pues a quien puedo asegurarme yo? Liz no sabe que somos novios y si lo supiera me odiaría y haría que me expulsen de Charleston.

— Tienes a Andrew, no cuenta porque no es mi padre, pero... es la pareja de mi madre.

— Entonces vuelvo a cero personas de mi lado en tu familia.

— ¡Luke! — el chico se sobresaltó al escuchar el grito de Maia desde el interior de la tienda.

— Tu novia llama — el rubio se acercó a su rostro, tomándolo de la nuca.

— Greg estaría de tu lado — esbozó una sonrisa y le dio un fugaz beso ante de correr como un niñito al que había llamado su madre molesta.

Michael esbozó una sonrisa pensando en la frase que Luke la había dicho, por lo que él sabía, Greg era un gran chico, que adoraba a su primo y siempre lo apoyaba en todo. Sabía que el perder a su primo hizo que Luke perdiera un gran pilar y soporte emocional en su vida, por lo que el rubio había tenido que madurar y afrontar la adolescencia sin ese soporte, pero que encontró a otras personas que lo amaban y lo apoyaban siempre en el camino que lo ayudaron a seguir.

— Siempre cuidaste de él, supongo que ahora puedo hacerlo yo por ti — dijo Michael en voz alta esbozando una sonrisa, esperando que en donde sea que estuviera Greg lo hubiera escuchado.

Los Hamptons.

— ¿Qué haces? — preguntó Matt acercándose a su novio, quien estaba sentado en una de las reposeras debajo del porche, ya que estaba lloviendo en los Hamptons.

Antes de que Tom pudiera responder el menor se sentó a horcajas sobre él, ambos quedando de frente.

— Estaba leyendo — esbozó una sonrisa mientras dejaba su libro sobre la mesa a un lado para prestarle atención.

— En pasado, porque ahora estás conmigo — el menor sonrió mientras Tom llevaba una de sus manos a su mejilla, acariciándola y observándolo con detenimiento.

— ¿Chocolate? — preguntó enseñándole la taza que tenía entre sus manos. Tom asintió con la cabeza y Matt con delicadeza posó la taza sobre los labios de su novio, esperando a que tomara el chocolate caliente que acababa de preparar.

— Tienes frio — el mayor pasó la manta que tenía en los pies por sobre los hombros de Lacroix. Había tocado sus brazos y estaban helados.