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— ¿Viste su cara Tom? Oh dios, no puedo creer que el idiota de Brad lo golpeó, voy a matarlo, ¡juro que voy a hacerlo! — Dijo Michael ingresando a su habitación prácticamente escupiendo fuego por la boca mientras que Tom cerraba la puerta para que ambos pudieran hablar tranquilos.

— Michael, siéntate, no vas a arreglar las cosas con Luke a golpes. Ambos sabemos que a él no le gusta la violencia. — El pelirrojo asintió con la cabeza y soltó un suspiro antes de sentarse sobre su cama, despeinando su cabello mientras las lágrimas comenzaban a deslizarse por sus mejillas.

— ¿Y si no quiere perdonarme, Tom? Realmente no quiero perderlo. —

— No pienses mal, está en shock todavía, recuerda que esos idiotas lo tuvieron casi secuestrado por horas. —

— No casi, lo secuestraron. — Aclaró en un tono molesto mientras Tom le alcanzaba un pañuelo de papel, para luego tomar asiento a su lado sobre la cama.

— Intenta dormir y no darle tantas vueltas al asunto, Luke está cansado, no debe querer lidiar con el problema ahora... Además, yo que tú ahora mejor pensaría en que mañana vienen nuestros padres y nos van a patear el trasero. — Ambos abrieron los ojos como platos, Mike mentalmente rezó para que fuera su madre quien atendió el teléfono mientras Tom ya estaba mentalizando el tirón de orejas que le daría su padre por lo que había pasado.


Sábado 08:00 AM [Charleston]

Michael bajó desganado las escaleras camino a la cafetería, en una hora sería la reunión con los padres y los tarados de Northwest y ya los celadores habían ido a despertarlos personalmente de una forma no muy amable, ya que era sábado y la alarma que los despertaba diariamente no sonaba los fines de semana.

Cuando estaba a punto de entrar a la cafetería una figura que se dirigía a la entrada del internado llamó su atención, al reconocer a Luke comenzó a caminar rápido detrás de él, pero notando que no iba a poder alcanzarlo solo gritó su nombre.

— ¡Luke! — El rubio frenó en seco justo en la entrada, maldiciendo mentalmente porque la protección de la capucha de su sudadera no había funcionado. Pensó por unos segundos en si darse la vuelta o no pero solo negó con la cabeza y siguió su camino, dejando a un triste Michael Clifford a unos metros de él, quien se acercó hasta la puerta y logró divisar como su novio subía a un lujoso auto negro. Rodó los ojos al reconocerlo, era el auto Jamie. Era sábado de carreras y Luke tendría que pasar todo el día con ese idiota.

— Buen día— Soltó Jamie esbozando una sonrisa que se borró al ver el estado de su ex novio, abrió los ojos como platos y frenó el auto bruscamente en la esquina, haciendo que Luke casi se golpeara la cabeza contra el espejo donde el copiloto se reflejaba.

— ¿Qué mierda, Jamie? — Preguntó molesto mientras se colocaba el cinturón de seguridad, por si a Bower se le ocurría frenar tan bruscamente otra vez.

— ¿Quién te hizo eso? ¿A quién tengo que matar? —

— A nadie Jamie, nada, solo intentaron robarme ayer. — Respondió el menor mirando hacia la ventana, esquivando la mirada de Bower.

— Eso es mentira. — Luke giró la cabeza bruscamente y observó al mayor confundido, ya que había escuchado como trababa las puertas del auto. — Te conozco lo suficiente como para saber que si solo hubiera sido eso no estarías así. Así que comienza a hablar porque no vas a salir de este auto hasta que lo hagas, ni tampoco nos vamos a mover de aquí. —

Good Boys » MukeWhere stories live. Discover now