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Soundtrack: Happier Than Ever- Billie Eilish

Tom cerró la puerta con las lágrimas corriendo sin control por sus mejillas, sentía una presión en el pecho que iba en aumento y las ganas que tenía matar a ambos chicos se multiplicaban a cada segundo.

Se acercó al espejo que tenía colgado en la pared para verse a si mismo con los ojos llenos de lágrimas y esbozó una sonrisa burlona al verse, en ese estado, completamente roto.

— Eres patético. — Se dijo a si mismo antes de darle un puñetazo al espejo con todas sus fuerzas, este se rompió en mil pedazos al igual que el corazón de Tom en esos instantes. — Nadie nunca va a amarte, no estás hecho para esto. — Se dijo mientras observaba como de las cortadas en sus manos brotaba algo de sangre, pero el dolor físico no se comparaba nada con el dolor que sentía en su corazón ese momento luego de ver aquella escena.

La escena se repetía una y otra vez en su cabeza, ¿Cómo había podido pensar que Matt ya no estaba enamorado de Charlie? Por supuesto que lo estaba... y ahora que Charlie se había dado cuenta de lo que sentía tendría que aguantar verlos todos los días, mientras el estuviera completamente destruido por dentro, simplemente no podría aguantarlo.

Apretaba los puños con fuerza, sabiendo que no iba a poder detener ese episodio. Estaba enojado consigo mismo por pensar que podría ser diferente, que tal vez podría enamorarse, ser feliz con alguien y romper con la maldición de su familia, pero... se había olvidado que no siempre que te enamoras se enamoran también de ti.

Sabía el riesgo desde el primer momento, pero jamás pensó que podría llegar a dolerle tanto, era mil veces que un dolor físico, y quería que se detuviera, pero no sabía cómo hacerlo, lo único que quería era golpear a algo o a alguien hasta el punto de que este quedara destruido o inconsciente.

Negó con la cabeza intentando ahuyentar esas ideas de su cabeza mientras tiraba de su cabello con rabia, mientras las lágrimas seguían corriendo sin control por su rostro soltaba leves espasmos por el llanto de a ratos, intentando respirar mejor pero no lo conseguía, solo conseguía soltar gemidos de dolor.

Su mundo entero se estaba viniendo abajo otra vez y no tenía idea alguna de como detenerlo, así que solo dejar

Observó la limpia y ordenada habitación, esbozando una sonrisa cínica, de las que tenía justo antes de que comenzara alguno de sus ataques de ira y luego de acercarse lentamente hacia su lado de la habitación comenzó a arrojar todos los portarretratos que tenía sobre un estante contra la pared mientras gritaba cada vez que uno se estrellaba contra la pared y se partía en miles de pedazos.



Michael bajó las escaleras con velocidad y saltó los últimos tres mientras corría con desesperación hacia el patio donde se encontraba el resto de la clase.

— ¡CLIFFORD, NO CORRA! — Exclamó el señor Honey desde el pie de la escalera, y luego de que el chico lo ignorara rotundamente solo rodó los ojos, dejaría que los otros celadores más jóvenes se encargaran, ya estaba viejo para andar persiguiendo niños.

— ¡JORDAN! ¡JOE! — Exclamó Michael mientras el celador que lo vigilaba lo frenó tomándolo de los brazos, se suponía que no tenía que dejarlo hablar con ninguno de sus compañeros. — ¡TOM! — Ambos chicos se miraron entre sí y se echaron a correr en dirección a habitación pasando casi por arriba al señor Honey, quien ya harto tiró su cuaderno al suelo, y siguió a los alumnos que no le prestaban atención alguna para ponerles algún castigo por su insolencia.

Good Boys » MukeWhere stories live. Discover now