La serafina (Alastor y tu)

Cap. 71

-Mierda, el portal- dijo Charlie mientras miraba a su alrededor, su padre no estaba allí pero acababa de caer en que la chica sí. Por alguna casualidad del destino en ese mismo instante un gran círculo dorado se abrió ante los ojos de los presentes, al otro lado se vislumbraba una sala amarilla con muchas luces y varios demonios, una loba con una cresta azul y rosa y alas de avispa los saludo.

-Lucifer dice que siente la tardanza, al parecer los del Cielo se han adelantado- Raquel se giró hacia el ciervo, ambos sabían que había llegado el momento de despedirse, Alastor sonrió y le acarició la mejilla a la serafina.

-Nos vemos en unas horas- los ojos de ella se llenaron de lagrimas mientras los labios del ciervo se posaban sobre los suyos, no podía decir nada a causa del nudo que se le había formado en la garganta, sin embargo no hicieron falta palabras para que él supiese todo lo que sentía- todo va a ir bien, vete tranquila- aunque sabía que ella no se iría tranquila, a pesar de que no iba a luchar posiblemente estas serían unas de las peores horas de su vida pues todos los amigos y los vínculos que había formado en menos de un año estaban pendientes de un hilo.

-Se tiene que ir ya- dijo Husk mientras observaba como la primera línea de ángeles salía del círculo para dirigirse hacia ellos, Alastor empujó suavemente a la chica hacia el portal y se despidió con la mano. Raquel solo pudo ver entre lágrimas como todos sus amigos se preparaban para la batalla antes de que el portal se cerrase ante sus ojos.

-Raquel, ¿no?¿Qué tal preciosa?- la loba se acercó a ella con una sonrisa- soy Beelzebub pero todos aquí me llaman Bee... Bienvenida a mi territorio, el círculo de la Gula- señaló la sala en la que se encontraban, las paredes se asemejaban a las de un panal y una gran fuente de miel decoraba el centro de la sala- vamos a intentar que estas horas pasen rápido y pasárnoslo bien, ¿vale?- la serafina no le contestó, solo miraba al suelo tratando de calmar la ansiedad que estaba sintiendo en su pecho, notaba como iba a tener un ataque pero no quería dar una mala impresión a la loba.

-Bee, déjala unos minutos- una voz masculina se acercó y posó una mano en el hombro de la chica- necesita respirar, le está dando algo- Raquel levantó la mirada encontrándose con otro lobo pero este con un pelaje grisáceo, tenía una cicatriz en uno de sus ojos- me llamo Vortex, soy el novio de Bee.

-Encantada- susurró la serafina, Vortex la guio hasta unos sofás que había en la sala de al lado, apenas un par de demonios se encontraban ahí pero con un gesto el lobo los mandó salir, la ángel se sentó notando como él se quedaba de pie a su lado.

-Quédate aquí hasta que te encuentres mejor, le había dicho a Bee que no estarías de humor para una de sus fiestas pero ha insistido, ya la conocerás, estaremos todos en la sala principal por si quieres compañía- ella asintió mientras Vortex se dirigía a la puerta- sé que no debe ser agradable lo que está pasando con tus amigos... Si necesitas hablar, no dudes en llamarnos- dijo antes de salir y cerrar la puerta tras de sí.

Raquel se abrazó las piernas mientras trataba de respirar, sentía todos sus nervios de punta y la sensación de que algo horrible estaba pasando no se le iba del cuerpo, notaba como cada nervio de su sistema estaba en tensión esperando que el portal se abriese de nuevo, un reloj adornaba la parte de arriba del cuarto, apenas eran las 10:30, había pasado ya media hora y no sabía cuanto más le quedaba antes de ver a Alastor de nuevo.

Bee entró un par de veces en el cuarto comprobando si estaba bien, pero en ninguna de las ocasiones había conseguido más de dos palabras de la chica, la serafina escuchó como se refería a ella en una conversación como sabor amargo, algo que no comprendió del todo ya que en ningún momento la había probado. Le ofreció diversos tipos de comida y bebida, mucha de esta con alcohol pero la chica las rechazó todas, sentía que si comía algo terminaría vomitándolo y no le apetecía destrozar la dorada alfombra que tenía la chica en la sala.