Cap. 20

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Narrador omnisciente:

Las sombras rodeaban a la serafina mientras esta trataba de correr hacia el fondo de la sala, la única luz que podía ver provenía de ahí y sentía miedo por lo rápido que se acercaba la oscuridad a ella, estaba aterrada pues conforme más avanzaba más parecía alejarse el pequeño punto brillante que se esforzaba por alcanzar, corrió con todas sus fuerzas hasta que notó como sus pies se enganchaban con algo y caía al suelo, perdiendo de vista la luz y siendo devorada por las sombras.

Raquel abrió los ojos de golpe analizando donde se encontraba, las pesadillas seguían siendo recurrentes y cada vez eran más extrañas; se sentía cansada pues no le dejaban descansar del todo pero ya se había acostumbrado a esa sensación de fatiga que notaba cada mañana al levantarse. Se puso el batín junto con las zapatillas de andar por casa y se desperezó mientras se dirigía al lavabo, por el rabillo del ojo vio una sombra pasar, pero desde hacía un par de semanas había dejado de darles importancia, no sabía que eran pero debían ser habituales en el Infierno.

Abrió el grifo y se lavó la cara mientras trataba de borrar esa sensación de vacío que le había provocado la pesadilla; miró su reflejo tras secarse y vio de nuevo sus ojeras, por lo menos no habían aumentado aunque seguía sin dormir bien. Mientras se observaba el reflejo le vinieron recuerdos de la noche pasada y su cena con Alastor, su corazón dio un brinco en su pecho y una pequeña sonrisa apareció en su rostro.

-Pareces tonta- murmuró mientras trataba de borrar el gesto pero no podía, el hormigueo que sentía en el estómago había vuelto y sentía una genuina felicidad al recordar las palabras que este le había dedicado junto a esos momentos que habían compartido. Terminó de arreglarse y salió del baño para vestirse, pero unos golpes en la puerta la desviaron de su propósito.

-Buenos días- dijo cierta araña entrando en su habitación, ella lo siguió con la mirada mientras se tumbaba en la cama con mala cara- Dios, ¿por qué todo sigue dándome vueltas?- dijo mientras se tapaba la boca con una mano, la serafina se acercó a darle una papelera.

-La pregunta es porque has venido a vomitar a mi habitación- se apoyó en una de las mesitas de noche mientras miraba a su amigo con una ceja levantada.

-Mi cuarto de baño ha quedado inservible, posiblemente Niffty me mate cuando lo vea- puso cara de asco- y el olor se ha extendido al resto de la habitación- Raquel asintió mientras sentía un poco de desagrado por lo que contaba Ángel.

-Parece ser que la noche fue divertida- él sonrió aun con una de sus manos cubriendo sus ojos.

-No te haces una idea, nos invitaron a copas y rayas, fue una puta pasada, perdí a Cherry en las salas X durante cerca de una hora pero ya me encargué yo de no aburrirme, ya sabes a lo que me refiero- la ángel se encontraba de espaldas mientras miraba que ponerse hoy- ¿y tú? ¿Qué tal tu cena con Míster Educado?- ella se rio.

-Fue genial- dijo sin girarse- fuimos a cenar, la música era increíble y luego en el camino de vuelta me llevó a ver el Puente de las almas- la araña soltó una carcajada.

-Vaya par de abuelos- Raquel le lanzó uno de los libros que tenía en la mesita de noche, pero la araña lo cogió al vuelo- pero bueno, me alegro que tu cita saliese bien.

-No fue una cita- dijo sonrojándose mientras dejaba la ropa encima de la cama y se sentaba al lado de él- solo salimos como amigos.

-Claro... Y se supone que me debo creer que el Sr. Sonrisas te ha llevado a cenar y a un espectáculo de música solamente porque sois amigos... Que curioso que en todo el tiempo que ha estado en el hotel, que no es poco, nunca nos ha ofrecido a nadie más ir a cenar por ahí- Raquel sintió el rubor subir a sus mejillas.

La serafina (Alastor y tu)Where stories live. Discover now