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Narrador omnisciente:

La serafina se interpuso entre Lucifer y Alastor esperando poder detenerlo, las llamas que salían de los ojos del soberano avecinaban la pelea que se iba a desatar en la sala, sin embargo el ciervo no se movía, seguía sonriente observando como el rey perdía los papeles ante él e intentaba destruirlo.

-Lucifer, para- le dijo ella mientras extendía sus alas en un intento por abarcar más zona y apartar la silueta de su pareja de la vista del furioso ángel.

-Voy a partirte los huesos- rugió mientras trataba de esquivar a la chica, Raquel lo agarró de los brazos esperando que se recompusiese.

-Estoy deseando verlo, su majestad- la voz de Alastor sonó detrás de ella y la chica solo pudo gruñir.

-No ayudas, Al- a pesar de la poca altura que tenía, Lucifer poseía bastante fuerza por lo que agarrarlo le estaba resultando sumamente dificultoso.

-Papá, para, Raquel ha dicho que le dio permiso- Charlie entró en la pelea poniéndose al lado de la chica y tratando de calmar a su padre, no entendía porque se había puesto así por ver la mordida de la serafina.

Pero el rey no respondía, seguía tratando de liberarse del agarre de la chica mientras buscaba con la mirada los ojos del demonio para poder lanzarse a por él, sus cuernos habían crecido y una serpiente se enrollaba entre ellos, sus ojos completamente rojos lanzaban llamas al hablar al igual que su boca, era la digna representación del diablo que se mencionaba en el Cielo, aterrador; y sin embargo, Raquel no sintió miedo. Lucifer se sacudió fuertemente soltándose del agarre y lanzándose a por el ciervo quien solo desapareció ante sus ojos convertido en sombra, lo que Alastor no esperaba era que el soberano fuese capaz de introducir la mano en el mismo plano de las sombras y devolver al demonio al hotel.

-LUCIFER- gritó Raquel mientras veía como agarraba a su pareja de la camisa, sus alas se agitaron a su espalda y un destello de luz iluminó el cuarto mientras gritaba, la rabia le estaba consumiendo al ver como no le escuchaba y estaba a punto de matar al ciervo- PARA- el rey miró a la chica sorprendido de ver el fogonazo y soltó al demonio quien cayó al suelo aún confundido porque el rey hubiese sido capaz de traerlo.

-Raquel...- dijo mientras se acercaba a verla- ¿cómo...? ¿Aún...?- su forma volvió a ser la de siempre mientras se acercaba a inspeccionar sus alas- ¿Cómo has hecho eso si aún tienes la serpiente?- vio como el grillete seguía adornando su espalda, ella solo se encogió de hombros.

-Desde que me peleé con Ángel parece que se ha soltado un poco, no sé... También puedo moverlas ligeramente aunque sigo sin elevarme del suelo- el rey tocó suavemente el objeto notando como aún seguía agarrado al nacimiento de las alas a pesar de que ya no se ajustaba tanto.

-Voy a tener que investigar más sobre esto- dijo dejando las alas de la chica y volviendo con el grupo- y ya que no me dejáis acabar con el puto ciervo ese- miró mal al demonio quien solo le sonreía a pesar de seguir en shock- creo que me iré ahora antes de que quiera volver a intentarlo- sonrió a su hija para posteriormente sonreírle a la serafina para a continuación envolverse en llamas doradas y desaparecer ante la vista de todos.

-Como le gusta hacer salidas triunfales- mencionó Ángel ante el asentimiento de Husk- pero bueno... Se ha puesto un poco tensa la cosa, ¿no creéis?- la única respuesta que obtuvo fue el silencio de todos los que estaban en la sala, aún seguían tratando de procesar lo que había pasado, Raquel se giró a Alastor.

-¿Estás bien?- preguntó mientras se aseguraba que no lo hubiese herido, unas ligeras manchas de sangre aparecieron en su pecho, en la zona por donde Lucifer lo había agarrado.

-No es nada serafina, ese rey de pacotilla no podría hacerme daño- dijo con una sonrisa de soberbia.

-Para no poder hacerte nada, te ha sacado de las sombras como si no fueses más que un diablillo- gruñó Vaggie desde las escaleras, no había querido involucrarse y ahora los miraba con los brazos cruzados. Alastor produjo una pequeña interferencia mientras la miraba.

La serafina (Alastor y tu)Where stories live. Discover now