-¿Me acabas de regalar una sombra?- él asintió pero la chica seguía sin entender demasiado bien el regalo.

-Está a tu completa disposición, será una extensión de ti misma preparada para cumplir cualquier necesidad que puedas tener o similares, puedes mandarla a hacer recados, que te proteja, que vigile por ti...- un click sonó en la cabeza de la serafina mientras las palabras salían de la boca de su pareja.

-Pero... ¿Las tuyas también puedes hacer todo eso?- el ciervo se dio cuenta de que había hablado de más y cerró la boca- Al, respóndeme, las tuyas...- reformuló su frase- ¿Las sombras que veía desde mi llegada al Infierno eran tuyas?- el demonio no dijo nada mientras se mordía la punta de la lengua nervioso.

-No sé de qué me estás hablando- susurró tras unos segundos de silencio, ella se cruzó de brazos mientras lo miraba de arriba a abajo, sus orejas estaban temblando lo cual demostraba que estaba nervioso y pequeños sonidos de estática llenaron el ambiente.

-¿Estuviste siguiéndome durante meses con tus sombras y no me lo habías dicho hasta ahora?- preguntó esperando que el ciervo admitiese lo que había hecho mientras notaba una mezcla de sentimientos en su interior, él solo desvió la mirada esperando que no se acordase de más, pero para su desgracia, la chica sí que lo hizo- oh Dios mío, me espiaste mientras me cambiaba sucio pervertido- le gritó, una gran estática resonó en el balcón haciendo que la ángel frunciese el ceño al oírla, supo que estaba en lo correcto al ver como la postura ya de por sí erguida del demonio estaba más en tensión.

-Si te sirve de consuelo, no era yo, yo no vi nada.

-No me sirve, Al, no me sirve- dijo ella mientras notaba como su cara se ponía completamente roja- las conversaciones con Ángel, mis salidas, la noche de la fiesta- recordó- la sombra que vi en la calle fue la tuya, por eso apareciste- él asintió sin atreverse a mirarla.

-Efectivamente- admitió, nunca agradecería lo suficiente a sus poderes el haber sido capaz de interferir esa fatídica noche.

-Los meses que estuvimos separados, seguías comprobando que estaba bien mediante tus sombras, ¿verdad?- él asintió, la chica desvió la mirada cayendo en la silueta de Gato quien descansaba sobre la almohada- y Gato... ¿Fue cosa tuya?

-Me costó horrores traer un gato de la Tierra al Infierno, que lo sepas- ella volvió a mirarlo- querías un gato con el de las películas, esos no tienen cuernos ni colas de demonio como los que tenemos aquí, tuve que hablar con una empresa que se encarga de hacer viajes a otros planos para que te lo trajesen y todo.

-Y yo pensando que me estabas ignorando del todo- la mirada del ciervo volvió a posarse sobre la serafina mientras la veía con ternura.

-Esa era la intención, querida, necesitaba protegerte alejándome de ti, pero no pude por lo que fueron mis sombras las que me permitieron sentir que seguía cerca tuyo- ella sonrió mientras sentía que los ojos se le llenaban levemente de lágrimas, era una de las cosas más bonitas que había dicho y hecho alguien por ella.

-Eres un capullo, Al, que lo sepas- dijo mientras recordaba lo mal que lo había pasado esos meses alejada de él, sin embargo a pesar de la cara de desconcierto del demonio por el insulto, le agarró de las solapas de la chaqueta y lo besó con fuerza.

El demonio no tardó en corresponderle mientras pasaba las manos por su cintura, adoraba a su serafina y ahora que ya sabía más sobre los meses en los que la había espiado con las sombras, estaba más tranquilo, esperaba que se hubiese molestado, sin embargo se lo había tomado sumamente bien.

-Lo sé, querida, soy tu capullo- le sonrió mientras se separaba, la sombra se volvió a materializar mientras se colocaba al lado de la chica, adoptó la forma de esta antes de fundirse de nuevo con la ya existente- cuando la necesites, solo tienes que invocarla, ya sea mental, vocal o como quieras, está unida a ti, hará lo que desees- la chica asintió mientras miraba su sombra ya existente, no parecía que hubiese ningún cambio.

-Cada día me parezco más a ti- rio mientras miraba a su pareja- solo me falta empezar a hacer pactos con demonios o conseguir almas- Alastor se rio mientras la veía con una sonrisa en el rostro, la quería demasiado y eso le provocaba un nerviosismo interno que le hacía pasarlo mal, sentía que si algo le pasaba él se moriría y eso era una debilidad que no podía afrontar, pero tampoco conocía ninguna forma de librarse de ese miedo.

-En nada serás una Overlord, estoy seguro- se rio mientras la cogía de la mano entrando de nuevo a la habitación- quien sabe, igual me destronas a mí o incluso a Zestial, ese carcamal ya está para la jubilación- ella le sonrió ante la ocurrencia.

Era imposible que Raquel se convirtiese en una Suprema o al menos eso pensaba ella, pues era consciente de todas las cosas horribles que estos hacían y lo que conllevaba ser una de las figuras de más poder dentro de la ciudad, sabía a lo que se tendría que enfrentar y como debería luchar por mantener su puesto, eso era algo que no iba a hacer, se negaba a pelear contra otros y menos por un título, era consciente de que Alastor lo hacía y era feliz haciéndolo, para él ser Overlord lo era todo, parte de su personalidad incluso y estaba feliz por él.

-Ya lo veremos- le sonrió sentándose en la cama- de todos modos, a mí el único Supremo que me interesa eres tú, querido- le dijo con una sonrisa, Alastor se acercó a ella dándole un suave beso en los labios.

-Como te gusta halagar mi ego cuando quieres, serafina- ella se rio mientras veía como él se incorporaba y se quedaba mirando algunos de los dibujos que ella tenía encima de la mesa, había de todo, desde diseños de ropa a paisajes o incluso algunos retratos de los miembros del hotel- ¿esto es el Cielo?- preguntó enseñándole un paisaje estrellado con diversas constelaciones, sumamente similar a la decoración que la chica tenía en su cuarto, ella asintió.

-Es uno de los miradores del universo, ese en concreto era el norte, esa es la estrella polar, la cual forma parte de la constelación de la osa mayor- se acercó a su lado para señalárselo dentro del dibujo, el demonio asintió mientras prestaba atención.

-En la Tierra también podíamos ver las constelaciones y las estrellas ¿lo sabías?- ella negó, pensaba que la vista del cielo estrellado era solo cosa del Cielo pues en el Infierno no existían las estrellas, por lo que pensaba que en la Tierra tampoco- es más, esa en concreto era una de mis favoritas, mi madre de pequeño siempre me señalaba las estrellas cuando no podía dormir y me indicaba las constelaciones, igual que tú ahora.

-No me habías hablado antes de tu madre- dijo ella mientras miraba como el ciervo no apartaba los ojos del dibujo.

-No sé que te puedo decir, fue una mujer maravillosa, tal vez por eso ella fue al Cielo, la busqué cuando morí, pero era obvio que su lugar no estaba en el Infierno- Raquel no supo que hacer, por primera vez veía al demonio triste con su sonrisa temblando, lo abrazó mientras veía como no apartaba la mirada del dibujo.

-Si lo quieres, te lo puedes quedar- le dijo esperando que le sirviese de algo, él le acarició la cabeza sin apartarla del abrazo, no lo diría nunca en voz alta pero había ocasiones en las que la serafina le recordaba a ella, la bondad que tenía y la ilusión en sus ojos eran dos de los rasgos más destacables de la mujer que le había dado la vida, y conforme había ido conociendo cada vez más a la ángel se había dado cuenta que su forma de ser dulce aunque en ocasiones se dejaba llevar por sus emociones era algo que también tenían en común.

-Gracias, preciosa- le dio un beso en la parte de arriba de la cabeza antes de seguir observando los dibujos, sin embargo un largo vestido blanco le llamó la atención, un vestido precioso que cuando la chica se dio cuenta de que el ciervo lo había encontrado, se lo arrancó de las manos escondiéndolo en su espalda.


Bueno, mis queridxs lectorxs, lamento informar que estamos llegando al final de la novela...


Que no... El final oficial no, solo es de la primera temporada porque efectivamente, habrá segunda temporada, no sé como la voy a titular, si queréis dejarme sugerencias en los comentarios os lo agradeceré.

También informar que no la empezaré nada más acabar esta, sino que tardaré un pelín porque la universidad me está amargando la existencia.

Un besito para ustedes y espero que les guste el capítulo (y sí, en la segunda temporada aparecerá una escena X de Raquel con Alastor en celo, la tengo ya escrita :))

La serafina (Alastor y tu)Where stories live. Discover now