Cuando desperté de nuevo, el sol había bajado bastante dejando mi habitación en la semi oscuridad, me levanté y me dirigí a la bañera, la cabeza ya no me dolía tanto; esta vez fue una ducha rápida, quería bajar para comer algo ya que mis tripas empezaban a sonar y tenía bastante hambre.

Tras vestirme me encaminé hacia el piso de abajo, entrando a la cocina y viendo a Niffty cazar un par de bichos, ella me sonrió mientras mostraba un pequeño cuchillo con dos cucarachas ensartadas, mi estómago se revolvió al ver que una aún movía las patas... Le sonreí y me dispuse a ir a la nevera para buscar algo comestible que no tuviese que preparar, la mayoría de las cosas eran carne que debía ser cocinada y un par de verduras... En uno de los estantes de arriba vi un sándwich, me sorprendió pues habitualmente se hacía una comida común para el hotel y las sobras se tiraban, pero al ver que no había nota de propietario ni nada me lo apropié.

-Niffty, ¿sabes de quién es esto?- pregunté antes de salir al comedor- ella me sonrió.

-No...- notaba en su voz el tono agudo que usaba cuando mentía- pero creo que te lo puedes quedar- levanté una ceja y salí sin darle más importante, si alguien me reclamaba más adelante le prepararía uno, pero ahora mismo, este me lo iba a comer yo. 

Al entrar en la sala vi a Husk en la barra, le saludé mientras me dirigía a la mesa principal, él sonrió de lado.

-Me han contado que la noche fue bien- era de esperarse que ya todos supiesen la borrachera que me había pillado.

-Cállate, no me lo recuerdes- traté de evadir el tema.

-Si es que... Hay que aprender a beber con moderación- observé la botella casi vacía que tenía al lado mientras me hablaba esperando a que se diese cuenta de que no era el más adecuado para hablar pero no lo hizo.

En los sofás estaba Ángel sentado, solo le veía la parte de atrás de la cabeza debido a que se encontraba de espaldas, por lo que decidí acercarme a pedirle que se sentase conmigo mientras comía y así hablar de anoche.

-Ángel- dio un salto asustándome a mí también, se giró y vi el miedo en sus ojos- cariño, ¿estás bien?- su mano se dirigió a su pecho mientras hiperventilaba.

-Sí, sí, estoy bien- respiró hondo tratando de recuperar el ritmo habitual, pero miraba a todos lados con un aire un poco paranoico- pensaba que eras otra persona- levanté una ceja.

-¿Quién iba a ser?- él negó mientras seguía observando hacia las escaleras, Val no podía ser ya que jamás había puesto un pie en el hotel y tampoco creo que se atreviese después de la amenaza que le hizo Alastor la última vez que se vieron. Ángel negó mientras me intentaba sonreír.

-Déjalo, ¿necesitabas algo preciosa?

-Te quería proponer que vinieses a hacerme compañía para no comer sola, y de paso hablar de lo que pasó ayer- su rostro cambió por un instante pero no fui capaz de descifrar lo que pasaba por sus pensamientos, sin embargo al momento me sonrió mientras se levantaba.

-Por supuesta serafina- se sentó enfrente mío en la mesa y observé como miraba a la mesa fijamente, evitando mi mirada- antes que nada...- dijo tras unos momentos de silencio- quería disculparme por lo que pasó ayer, no debí dejarte sola y lo sé, entiendo que no quieras volver a salir de fiesta conmigo, pero si sales, prometo que no volverá a pasar... -se notaba la angustia en sus palabras, él seguía mirando hacia abajo por lo que aproveché y puse mi mano encima de una de las suyas.

-No te preocupes, cariño- empecé mientras trataba de encontrar las palabras- al final no pasó nada y pasaste una muy buena noche por lo que pude ver...- una pequeña sonrisa apareció por un momento en sus labios- accedí a salir de fiesta, pero como amigos, no para que fueses mi niñera.

La serafina (Alastor y tu)Where stories live. Discover now