-¿Las consecuencias por descubrir lo que os traéis entre manos Adán y tú? No puedo apartarme sabiendo que extermináis demonios cada cierto tiempo, que bajáis y matáis por diversión, eso va en contra de lo que predicamos Sera, no podía omitirlo- la encaró Raquel en un intento por mostrar su punto de vista y hacer entrar en razón a la adulta.

-Entiendo entonces que no vas a apartarte, que vas a seguir indagando y buscando información sobre los exterminios- Sera la miró desde arriba, ya no había simpatía en sus ojos- ¿vas a rechazar los dictámenes de tu superior para defender la causa de los pecadores?

-Sera, yo no he dicho eso...- pero la mujer se levantó y se giró, Raquel comprendió que daba igual lo mucho que se hubiese preparado durante la noche la conversación, pues conforme la Alta Serafina salía por la puerta, también lo hacían sus oportunidades de ser escuchada- Sera, por favor... Escúchame...- oyó que al salir daba unas órdenes a algunos arcángeles y a los pocos segundos entraron en el cuarto- ¿Qué está pasando?- con un movimiento rápido inmovilizaron a la serafina y le pusieron algo en las alas, evitando su movimiento, cada uno la agarró de un brazo y se la llevaron por los pasillos hasta llegar a una sala con un gran círculo mágico al cual la tiraron- SERA- gritó esperando que apareciese para ayudarla, trató de escapar pero era imposible, el círculo la mantenía dentro y lo que fuese que llevaba en las alas le impedía volar o invocar su magia...

Así pasaron horas en los que la joven gritaba el nombre de sus compañeras esperando que alguna apareciese en su rescate, pero con el paso del tiempo se dio cuenta de que eso no pasaría, pues era a causa de una de ellas que se encontraba en esta situación.

Narra Raquel:

Ya había perdido la noción del tiempo mientras esperaba a que alguien acudiese a por mi, había tratado de quitarme el grillete de las alas pero tampoco servía de nada pues estaba atado con magia. Me acurruqué en uno de los bordes del círculo esperando que alguien viniese a por mi o me ayudase pero eso seguía sin pasar, aunque veía en la oscuridad, no identificaba donde estaba pues era una sala vacía, las paredes de piedra eran de un color gris oscuro y la decoración era nula, no había ninguna ventana para saber en qué momento del día me encontraba y lo único que aportaba algo de luz eran las letras escritas en el suelo que conformaban el círculo mágico que me mantenía atrapada.

Aún pasaron varias horas hasta que los mismos arcángeles que me habían traído hasta aquí decidieron volver y arrastrarme fuera del círculo, me llevaron sujeta por más pasillos hasta que una luz brillante azotó mi rostro al entrar en una sala, mis ojos tardaron un poco en acostumbrarse al brillo y tras unos pocos parpadeos pude vislumbrar que me habían llevado a la sala de juicios, la sala donde todo había empezado, pero en este caso no me encontraba en el palco desde el que asistía habitualmente. Estaba abajo, en la mesa de juzgados y ante mi se encontraba toda la jerarquía angelical... Algunos me miraban con rabia, otros con duda, vi a Emily que no entendía que estaba pasando y no paraba de mirar a Sera con cara de confusión. Fue en el momento en el que Sera empezó a pronunciar las primeras palabras cuando supe que estaba en graves problemas.

-Estamos aquí para juzgar a la serafina Raquel por conspirar con demonios y tratar con ellos dando información del Cielo al Infierno- ruidos de sorpresa sonaron por toda la sala y los murmullos fueron en aumento, vi que Adán estaba recostado en su asiento, callado y mirando a Lute, la cual le susurraba algo, Emily me miraba con horror e incredulidad y Sera tenía una mirada vacía, desde la distancia no llegaba a poder leer sus ojos, pero esperaba que al menos sintiese algo de remordimiento.

-¡Eso es mentira!- exclamé enfadada, noté como mi voz se atascó en mi garganta y supe que Sera me había acallado, acababa de peinarme de mi única defensa.

-Tenemos pruebas para considerar que Raquel es culpable de múltiples delitos además de haber informado al Infierno de diversos aspectos del Cielo, lo cual habría propiciado la posible rebelión contra nosotros- continuó, yo intentaba hablar pero nada salía de mi garganta, ni siquiera un mínimo ruido- hemos encontrado un intercomunicador con el Infierno en su cuarto, el cual estaba escondido y que hemos comprobado que permitía hablar con diversos demonios- delante de mi apareció el espejo, expulsando el aura negra que tanto lo caracterizaba- este objeto ya habría sido peligroso de por si, pero poseemos testigos que la vieron en la biblioteca analizando libros de creación y propiedades de los intercomunicadores además de información sobre el Infierno y los demonios- todos elevaron el tono mientras me miraban con odio y noté como las lágrimas se hacían visibles en mis mejillas, Sera me estaba vendiendo, estaba usándome como excusa para que no sospechasen de ella y de sus actos- estos crímenes solo los hemos observado una vez antes, cuando el demonio, anteriormente ángel Luzbel traicionó el lado del bien y pactó con fuerzas oscuras... Por lo que considero que debemos votar si Raquel seguirá su mismo destino.

Todos se miraron entre sí, la primera en levantar la mano fue Sera apoyando su propia moción, los otros palcos continuaban levantando sus manos, todos apoyaban la decisión de forma unánime, pensaban que era un peligro y que quería poner al cielo en riesgo cuando lo único que quería era que cesasen las torturas del infierno, el turno de Adán y Lute llegó y ambos contestaron que sí, finalmente llegó el turno de Emily, la cual también se encontraba llorando, musitó algo inaudible para mi, pero supe por la reacción de Sera que había contestado que sí.

-La decisión está tomada, debido a tu afinidad con el Infierno y las similitudes con el demonio Lucifer, poseerás su mismo destino siendo desterrada del Cielo y yendo al Infierno, donde sufrirás como una pecadora por toda la eternidad- tras estas palabras, Sera me devolvió la voz y vi como un agujero se formaba a mis pies antes de precipitarme por él.

La serafina (Alastor y tu)Where stories live. Discover now