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Para detallar los temas importantes, por eso es necesario que Usted y el Alfa Brown se presenten ante el consejo en dos días

—Si, así será Alfa. Nos veremos en dos días —

Exelente, hasta entonces ... —

Cuelgo el teléfono y lo dejo en la mesa.

—Era Daniel ¿Verdad? —pregunta Fabiola frente a mi. Asiento con la cabeza.

—Adam y yo tenemos que ir a tomar cartas en el asunto con Manuel —tomo el vaso con agua frente a mi y lo dejo en la barra —Aún no lo han cazado, solo porque a mí no me dan autorización, de lo contrario hace días estaría en mi sótano —sonrió con malicia.

—Eso es verdad —suelta un suspiro y se gira un poco a la ventana —Oye y ¿Ya se lo dijeron a su manada? —la miro confundida —Oye, toda tu hueles a Adam, un tigre, la manada ya sabe que tu mate es el hombre que mando matar a los cachorros de todo el mundo incluyendo a la hija de Javier. Ahora el rencor hacia el es menos pero en su manada no se si te quieran a ti, mataste a todos los cachorros que tenían  —Regreso a la mesa a sentarme un poco.

—Eso es verdad —junto las manos y las paso por mi cara —Tengo que hacer la presentación oficial de Adam a la manada —suspiro —Después de todo lo que ha pasado no lo recordaba —

Dios, ahora que Adam me ha marcado no podré ocultar que el es mi pareja y ya no tengo planes de hacerlo. Tendré que hacer una presentación rápida.

—Avisa a todos, en 3 días habrá una reunión en la explanada del bosque —me levanto y salgo de la cocina —Carácter obligatorio a todo integrante de la Manada Eclipse —subo la escalera y entro a la habitación, y encuentro a Adam tumbado en la cama con una sudadera mía cubriéndole la cara.

Detengo un poco mi avance y lo observó desde el umbral de la puerta. Desde que me marco se ha vuelto muy posesivo conmigo, algo que mentiría si digo que me desagrada, al contrario, es de las mejores cosas que me han podido pasar.

—Señorita curiosa ¿Es que acaso pretende quedarse ahí mirándome como una pervertida o vendrá a hacerme compañía? —se incorpora un poco callendose la sudadera en el acto.

—Con este clima, ¿Una sudadera?, ¿Encerio? —le pregunto divertida. Cierro la puerta tras de mi, me acerco a él y me siento de mi lado de la cama —¿No pudiste agarrar una blusa o algo así? —Río.

—Esa huele más a ti —me abraza por la cintura —Además, no importa que prenda escoja —entierra su cabeza en mi cuello —Siempre te tendré a ti —aspira con fuerza y yo solo rio.

—Haste para allá —Trato de empujarlo un poco de mi pero su agarre solo se hace más fuerte —Me vas a romper —Bromeó.

—No importa, te arreglo —Suelta una carcajada que me contagia al instante de haberla dicho —Además no tenemos planes para hoy ... Que tal si nos quedamos aquí en la cama y hacemos travesuras —baja el tirante de mi playera y deposita un beso en mi hombro.

—Eso no —Niego con la cabeza —La última vez que hicimos eso se me adelantó el celo 4 meses —

—Eso fue solo hace una semana —Hace un puchero —Ademas no lo ocultes, lo gozaste tanto como yo —lame su marca para provocarme cómo la última vez.

—Bueno ... respecto a eso ... —lo miro con una sonrisa juguetona —El que pedía por más ... eras tú ... —río al ver su cara.

—Yo no tengo la culpa de que mi mujer se mueva tan jodidamente bien en la cama —se pone la mano en el pecho ofendido —Es que ella se mueve como toda una Diosa —se acerca más a mi pero solo roza nuestros labios —¿Qué puedo hacer yo en ese caso? —su mirada se centra en mis labios y ya no se despega de ahí, pareciese que es un niño pequeño mirando un pastel embobado por lanzarse sobre el.

Huyendo Del Destino ©Where stories live. Discover now