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L  A  U  R  A

Un grito desgarrador sale de su garganta, al sentir como entierro lentamente una pequeña daga de plata en su pierna derecha junto con las otras 5 que están en una línea recta vertical por toda ella iniciando desde el muslo hasta la pantorrilla

—¿Vas a hablar o no? —le pregunto Sarcástica

Su mirada es apagada, no tiene ni las más mínimas intenciones de decir algo

—Eso jamás... perra —me mira con odio y repulsión.

—Sabes que si hablas está tortura acabará

Tomo una silla y me siento a un lado de el. Abro la jaula y saco a la gran rata de esta para ponerla en su torso y después cubrirla con una gran cubeta de hierro.

—Javier ven —le pido, y en unos momentos llega a mi lado —Ponte los guantes —los apunto y el va por ellos —Muy bien —enciendo el soplete y me mira con terror —No aguantará el calor y buscará alguna manera de escapar —pongo el fuego directo con la cubeta.

Javier la sostiene por la parte de arriba y pone presión para evitar que salga por ahí.

Los chillidos de la rata no tardan es escucharse. Los gritos del vampiro frente a mi comienzan a sonar otra vez. Se sacude violentamente a la vez que mira el metal calentándose más y más.

Miro a Javier y levanta un poco la cubeta de un lado, casi al instante chorros y chorros de sangre caen por el hueco.

—Laura quisiera saber si... —volteo a la puerta de la celda y veo como Adam me mira impactado.

Tal escena debe de dar miedo, el piso, la piedra, hasta yo llena de sangre con un soplete en la mano.

—Alfa... Alfa Adam... ¡Por favor... ayudeme! —le pide el Vampiro a Adam.

Abre la boca para hablar sin embargo no salen las palabras, puedo oír latir su corazón frenéticamente. No se porque si a final de cuentas el hace lo mismo, a lo mejor le sorprendió un poco mi manera de hacerlo.

—El no te ayudará... —me levanto de mi lugar.

Tomo a Adam de un brazo y lo llevo a un lado dentro de la celda, para que quede justo en una esquina camino a un lado de lo poco que queda del Vampiro.

—Creme que el más que nadie sabe lo sadica que puedo llegar a ser —miro a Adam —El sabe que no me importa ni siquiera la edad. Si yo tengo que matar, lo voy hacer —lo miro con una sonrisa sadica mientras dejo el soplete en la mesa. El suelta gruñidos de dolor —Habla —le ordenó seca.

—Ta le dije... que jamás... —lastima por ti.

Retiran la cubeta y yo tomo a la rata cubierta de sangre de lo más profundo de su vientre y la dejo en la jaula.

—Sabes algo —me siento en una silla —Es hermosa la vampiresa que venia contigo... — se pone más pálido de lo que ya está —Sabes, es muy notorio que ella es especial para ti... ¿Sabías que es muy notorio que ustedes son pareja...? —me mira con nervios —Javier —lo miro —Tráe a esa tipa, junto con la cadena —asiente y se va

—¡No! —grita el chupa sangre, trata de soltarse, está tratando de que ella lo vea así, en estás condiciones tan deplorables.

—Es inútil —habla Adam, el chupa sangre lo mira —Dile lo que sabes o si no la matará sin remordimiento alguno —lo miro de reojo —Ella no se tienta el corazón para matar ya sea una mujer, una niña o una madre... —se cruza de brazos

En ese momento entra Javier con la vampira, tratando de morderlo para que la suelte, sin embargo se detiene al ver a su Alma Gemela en las condiciones en las que lo tengo

—Alan —susurra horrorizada dejando de pelear.

Javier aprovecha y con la cadena le amarra las manos a un gancho que está a unos metros arriba de ella quedando indefensa

—Susan —dice asustado, sabe lo que voy hacer y aún así no habla. Eso sí es lealtad.

—Javier te puedes retirar —agradezco con la mirada, me da una sonrisa y sale de la celda cerrando la puerta —Valla, Valla, un gusto conocerte ¿Susan? —pregunto

—Maldita, ¿Cómo te atreves a lastimarlo? —escupe está con Odio

—Si hubiera hablado, seguiría igual —me paro frente a ella —Dime lo que sabes, ¿Dime qué pretende hacer Wiliam contra La luna Cross? —

—¿Muy mala no?. Solo porque seas una de los más fuertes de tu Raza no significa que... —no la dejo terminar ya que le cortó el vientre con una navaja de plata, inmediatamente cae un charco de sangre al piso y un pequeño embrión

—¡Qué sorpresa! —digo sorprendida —Estabas embarazada —Alan la mira sorprendido, al parecer el no sabía.

—¡Estúpida! Mi bebe —sus ojos se llenan de lágrimas y derrama algunas gotas carmesí.

—Eso es lo menos que puede hacer —Dice Adam a lo cual Susan lo mira y sus ojos se vuelven rojos y sonríe.

¿Porque?.

—Es increíble —susurra, y me mira. En su rostro se forma una sonrisa mostrando sus colmillos —Qué desgracia para ustedes dos —sus manos dejan de moverse y deja de luchar —Dos Alfas que se odian a muerte...Resulta que son Mates —la expresión sería en mi rostro no cambia aunque por dentro estoy asombrada. Adam la mira sorprendido —Pero Con un lazo roto —hace voz de lastima

—¿Qué? —dice el hombre que tengo atrás de mi

Demonios. Ya lo sabe más gente. Nunca le he dicho a nadie, exepto a Fabiola y a Amon, Adam supongo que tampoco le ha dicho a nadie.

—¡Oh pobre lobita! —Se ríe —Qué feo es el destino contigo. Alguien que no te quiere es tu mate —Si quería lastimarme solo tenía que decir eso. Mis ojos cambian de color Amarillo por lo molesta que estoy. —El jamás estará contigo, y si lo está solo será por sexo y a lo mejor no, ¿Sabes porque?.

—Susan —le pide Alan que detenga.

—Porque incluso yo soy más mujer que tú —dice de forma hipócrita

—Susan —supica

—El te matará y usará tú cadáver para devastar a los lobos. Te va a  conquistar, hará que lo ames, y luego ¿Qué crees que pasará?

—SUSAN BASTA —Grita desesperado

—Te va a traicionar como la Perra que eres —controlada por mis emociones le arrancó la mandíbula inferior con un zarpazo y cae muerta. Su alma por obvias razones comienza a Convulsionar.

Mierda

Lo olvide, si un vampiro pierde a su alma, a su otra mitad, En cuestión de Minutos muere el.

Me acerco y tomo su cara con ambas manos

—Dime lo que Wiliam pretende hacer —lo miro, en su cara hay dolor debe ser horrible la muerte de tu otra mitad

—Una.. emboscada — habla por fin. Lo miro intensamente para que diga más —Llegaran desde Rusia. Mañana al caer el atardecer, los lobos perderán a su luna y su Alfa Supremo morirá —suelta su último aliento y su alma abandona su cuerpo.

Grito de frustración y bajo la cabeza. ¿Porqué mate a esa Zorra?

Adam pone sus manos en mis hombros y me tranquiliza un poco dándome un suave masaje. Me gustaría girarme y abrazarlo, pero a lo mejor Zion controla su cuerpo y por eso me está dando apoyo. Adam no lo haría.

Los lobos tenemos Veinticuatro horas para prepararnos para enfrentarnos a los Vampiros.

Huyendo Del Destino ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora