Capítulo 17. No es fácil

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Miro el cuarto que acabamos de reservar en el hotel, me acerco a la ventana y puedo ver a la perfección la cordillera del Yvyturuzú, Tres Kandú se destaca y su imponente altura sólo me llena de esa sensación a victoria.

Juanjo se acerca a mi, su rostro de preocupación me lo dice todo, algo no anda bien.

—¿Qué sucede? —pregunto sin rodeos.

—La chica que rescatamos, insiste en que quiere hablar con Vega y con "Nuestro jefe" —Hace las comillas en el aire y yo río hasta que me percato que de verdad me ha designado como "El jefe"

—No... —digo y muevo la cabeza enérgicamente.

—Sí... vas y le hablas.

—Yo no soy "El jefe" Juanjo, si al final hago lo que tú me dices y le agacho la cabeza a Vega.

—Eres la cara de esta revolución...

—Juanjo tiene razón —irrumpe Vega la habitación mientras baja sobre la mesita de luz del cuarto una especie de casco de metal, le hago un gesto intentando entender que es, cuando me acerco a ver—. Es lo que ella estaba protegiendo.

—Contexto... —hablo y respiro profundo.

—Solo asume tu roll de Jefe —Insiste Vega—. Y esto, al parecer es una olla de la época colonial, ella cree que dentro hay oro, por eso la secuestraron.

>>Según cree que las residentas guardaron aquí Joyas. Para ser honesta ni intenté abrir, porque tiene una grafía de purificación, estoy segura que hay algo más que oro aquí.

>>Logró esconderlo, y dice que hay más, de una comunidad de Originarios de su departamento.

>>Me contó que esos hombres pertenecen a un grupo de criminales que se encargan de evitar que lleguen medicamentos, comida o cualquier donación a este pueblo de originários...

>>La escucho afligida, como si ella pensara que desean destruir a estas personas.

Creo estar comprendiendo, la chica fue secuestrada de tan lejos, y casi es ejecutada por proteger una reliquia de pueblos originarios.

—¿Fuiste a buscar esto? —pregunto a Vega.

—Sí, le pedí el favor a Pombero de que me lleve hasta su ciudad. Y me trajera de nuevo.

—¿Por qué la trasladaron tan lejos de casa? —pregunta Juanjo.

—Es la misma pregunta que me hago —digo al fin—. Bien, llévame junto a ella.

—Mientras ustedes van  yo me pondré con mi hermano, Zunú y Cenit a hacer el papeleo y poner cerco de seguridad, alguna que otra protección.

—Ok —decimos Vega y yo.

Salimos de la habitación y caminamos en silencio en el pasillo, aunque quisiera hablarle a Vega, algo me lo impide, quizás es la culpa por haberme besado o Yara, o simplemente que ella me pidió distancia.

Entramos a la sala dónde se encuentra la chica, ella está con Gustavo, temblando, tomando agua de un vaso, al vernos se pone de pie, admira a Vega, luego me mira a mi.

—Habla solo en portugués —me susurra Vega al oído—. Y creo que sabe más de lo que nos dijo a nosotros.

Me acerco, a la chica y ella queda atenta.

—Você tem alguma ideia de por que eles fazem isso? —pregunto haciendo referencia a los cortes de alimentación y medicamentos a los pueblos Originarios.

Los rebeldes [Libro 4]Where stories live. Discover now