Capítulo 14. Cueste lo que cueste

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—Luri —Insiste Yara.

—Ya... —digo y vuelvo a pegar a la gran roca que tengo delate de mi.

La piedra se parte, y deja ver el cuarzo que se estaba formando en su interior.

—Wow —suelta Yara—. ¡Qué bello!

Ni bien dijo eso, doy otro golpe a cada uno de los pedazos y estos se hacen polvo.

Los tatuajes de mi cuerpo desaparecen y el cansancio me toma como presa. Respiro profundo, me pongo de rodillas en el suelo y en eso viene Yara a tomarme del cuerpo para que no caiga al suelo.

—Estás muy agotado, Luriel. Vamos a la casa ¿sí?

Intento regular mi respiración, para modular las palabras, sin embargo no logro pronunciar más nada. Permito que me ayude a ponerme de pie y comienzo a caminar en dirección a la casa.

Cuando llegamos estiro la silla y me tiro en ella para acomodarme, descansar el peso muerto de mi cuerpo cansado. Yara se apresura en acercarme un vaso con agua, no puedo evitar empezar a pensar en las comparaciones.

Estoy seguro que si Vega estaba aquí me iba estar mandando a la china ida y vuelta mientras con enojo y preocupación comienza a preparar alguna pasión de restauración.

Bebo del vaso de agua apenas, en lo que Yara va hasta uno de los muebles de la cocina y saca un tarro que tiene una etiqueta. Toma una cuchara, lee la etiqueta, y luego vierte su contenido en otro vaso, susurra algo y me vuelve a traer el vaso con el preparado.

Intento agudizar al máximo la vista para dar con la etiqueta que dice: Luego de entrenar 2 dosis

Por su puesto que lo hizo, Vega dejó preparado absolutamente todo. Se me escapa una sonrisa mientras bebo de la pasión.

—Vega me ha dicho que debes bañarte con agua fría y de inmediato a dormir luego de tu entrenamiento.

—¿Te dejó instrucciones? —no puedo evitar ponerme feliz.

—Sí, no te lo imaginas... hasta qué debo darte de comer. Si no fuera tan mandona la ignoraba, pero sabe dar órdenes.

—Concuerdo. Y me da miedo no cumplir lo que ordena.

—This... —dice Yara riendo.

Ella me acerca en un tupper un caldo de verduras y en un plato un pedazo de chipa guasú, miro ambas cosas y quedo agradecido.

—¿También idea de Vega? —pregunto.

—No, Gustavo, no dudó en traer una fuente de chipa guasu de nuestra última visita a la ciudad.

—Ese perro es un amigo de verdad —digo mientras hundo una cuchara en la chipa, ufff, el queso se estira cuando traigo el pedazo a mi boca. ¡Qué placer más glorioso! —¡Por Eirú y los Dioses del Tapekué! Esto está delicioso.

—Gustavo sabía que te iba a gustar —Yara se sienta a la mesa y se come unos arándanos que puso en un tazón.

—¿Es todo lo que vas a comer? —pregunto levantando una ceja.

—Ah... sí, ya comí algo antes, mientras entrenabas.

—Ok.

Termino de comer y llevo mis platos y cubiertos al lavadero, abro el grifo de takuara, y con la esponja vegetal procedo a lavarlo todo. Cuando Yara trae su tazón se lo arrebato de la mano y también lo lavo.

Sacudo mis manos y cuando me volteo, tengo a Yara a 2 cm de mi rostro. ¡Por Eirú!

—Yara... —digo apartandola—. Voy a ducharme.

—Luriel... yo quiero preguntarte algo.

<<¡Por los dioses! No, no, no>>

—Dime —respondo mientras suspiro

—Sé que aún amas a Iracema.

Levanto la mano, cierro los ojos, y ella guarda silencio de inmediato.

—Saltemos esta parte Yara, dejemos bien claro todo ¿Sí?

La rubia cambia de expresión ya puedo ver su tristeza a flote, pero de todo lo que he hablado con Juanjo en mi noche de catarsis, y más después de los últimos acontecimientos en dónde sólo he pensado en Vega y me aturde que la chica no esté, debo ser honesto. Sin importar más.

—No quiero alargar este tema, no quiero jugar contigo, no quiero mantenerte ilusionada... ¿Ok?

—Luriel, Iracema y tú ya no tienen un futuro juntos ¿Por qué cierras caminos?

—¡No me gustas Yara! No me gustas...

La rubia queda viéndome, no vi la ofensa, pero si el dolor instalándose en su rostro. Y no puedo decirle que quien me gusta ahora es Vega, porque como dice Juanjo, eso va a generar un caos, así que solo soy honesto.

—Lo siento —digo y respiro profundo—. Pero no quiero, por los dioses, hacerte creer que hay esperanzas, por que no es así.  Soy un hombre... libre. Y no quiero un relación.

>>Y no quiero nada contigo, no voy a tener el descaro de pedirte que seamos amigos, para nada. Solo  te voy a suplicar que sepamos trabajar en equipo.

Cuando digo esto, ella se acerca con todo a mi, y como me toma desprevenido no puedo hacer nada al recibir el beso que planta en mis labios.

Quedo con los brazos al aire, hasta que ella se separa y me mira a los ojos.

—Lo decías en serio —suelta mientras sus ojos se cristalizan—. Ni siquiera lo devolviste.

—Yara...

—Shhh —me manda callar—. Gracias —dice con la voz temblorosa —. Por ser sincero. De verdad, gracias. Y no te preocupes, yo le soy leal al cario, al Justiciero a la sangre Gianti, jamás sería capaz de dañar al equipo, créeme.

—Te creo —digo en un susurro.

—Entonces... permiteme —habla y se voltea, voy a ir a mi habitación si no te molesta.

—No... haz lo que debas de hacer.

Cuando le digo esto y ella se dispone a marcharas, suena mi celular y el de ella.

Ambos miramos la Interapp, sabemos que es el tono de esa aplicación.

La sangre me hierve al ver lo que pasa.

OPERACION Exterminador a iniciado chat efímero

Brazodemar

Ojo, ojito que los voy a encontrar, he llegado aquí y aunque con astucia no dejan un solo rastro de mensajes anteriores. Créanme que los voy a pillar.

Luriel Gianti, se que estas aquí... leyéndome, ten por seguro que te voy a arrastrar y me la vas a pagar.

OPERACION exterminador  ha cerrado chat efímero.

Nos hakearon —digo con rabia—. ¡Maldito Franco!

—Tranquilo...—Yara intenta calmarme, lo que busca es alterarnos.

—No, lo que busca es que nos escondemos como sabandijas, como lo haría él... prepara las cosas, y llama a todos que regresen de inmediato, vamos a adelantar el plan, y sabes que...

—Luri, piensa bien lo que quieres hacer —me invita a pensar, pero pensar ya no va con la rabia que tengo.

—No hay nada de pensar... me voy a encargar de una buena vez de liberar a papá y a Orko. Voy a hundir a Asturia! Te juro que voy a hacer que se trate su propia mierda! Cueste lo que cueste.

Los rebeldes [Libro 4]Where stories live. Discover now