85.

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La primera orden que dió Daemon al ver a su hija repleta de sangre y con el rostro pálido sobre su cama fue detener a Daeron.

Y así se hizo, pasó una noche completa en las celdas pendiendo su vida de un hilo mientras Aegon ajeno a que una daga se encontraba bajo su almohada se sentó en el pasillo, en frente de la puerta donde se encontraba Lyanna,cansado de implorar a Daemon que le dejara verla aunque fuera solo un instante.

Ya había experimentado el miedo de perderla una vez, reconocía a la perfección ese temor que se aferraba al alma y le dejaba sin aliento.

Pero esta vez no pensaba perderse y olvidar las penas en la bebida, esta vez estaría sentado frente a esa puerta hasta que ella despertara.

-¿No vas a irte?- preguntó Daemon al abrir la puerta y encontrar a la mañana siguiente a Aegon aún sentado en el suelo.

Sus párpados ya le pesaban y sin embargo era incapaz de conciliar el sueño.

-¿Sigue con vida?- preguntó Aegon casi en un murmuro.

-Si- contestó Daemon- aunque no sabemos si continuará así por mucho tiempo.

Aegon se pasó las manos por los ojos en un intento de secar sus ojos húmedos y se puso de pie con cansancio.

-¿Fue Daeron?-preguntó Aegon.

-No- contestó con sequedad Daemon comenzando a caminar- aunque sospecho que no está del todo fuera de culpa, por eso mandé a que le encerraran.

Aegon se quedó en silencio y siguió a Daemon por el pasillo hasta que llegaron a la sala del trono donde tras cerrar la puerta se giró para mirarle.

-No está Luke ni Arrax- confesó Daemon- ¿Sabes a qué se debe su ausencia?

Aegon se quedó en silencio y se humedeció los labios suspirando con decepción.

-Fue él….-susurró al fin alejándose de la puerta- matamos a Jace y ahora él….

-Pero Daeron te culpó a ti- Daemon caminó hacia el trono y se sentó bajo la atenta mirada de Aegon que aún continuaba en alerta- y esta mañana han encontrado una daga con sangre bajo tu almohada.

Aegon apretó los puños con enfado. ¿Su hermano había sido capaz de tanto?

-¿Vas a matarme?- preguntó Aegon dando un paso hacia él-¿Para eso me has traído aquí?

-No nací ayer, se que todo lo que suelta por la boca tu hermano menor no son más que mentiras que no engañarian a nadie- Daemon cruzó los brazos analizando a Aegon detenidamente-tampoco pienso que después de entregarme la corona por mi hija ahora quieras matarla.

-Claro que no quiero matarla…-susurró.

-Mi hija si vive será la reina de todo Poniente y tú te convertirás en su rey consorte- Daemon se levantó del trono y bajó las escaleras caminando hacia Aegon- pero antes habrá que hacer algunos sacrificios, algunos sacrificios que muestren tu lealtad.

-¿Quieres que mate a Daeron?

Daemon asintió sin apenas pestañear, intentando no perderse la reacción de su aún enemigo.

Pero cuando Aegon negó con la cabeza, Daemon no pudo evitar esbozar una sonrisa.

-Pues entonces eres libre para hacer con él lo que quieras- caminó hacia Aegon y sacó una daga que aún conservaba la sangre de Lyanna- solo recuerda que él no dudó en acusarte delante de todos para quitarte a ti del camino.

Aegon observó la daga detenidamente, sin saber qué hacer con aquel poder que le habían otorgado ni cómo tomarse ese voto de confianza por parte de Daemon.

Pero no tardó mucho en levantar la cabeza cuando Aemond abrió la puerta y les observó con su único ojo lleno de miedo.

-Daeron ha escapado-sentenció.

Aegon observó a su hermano y soltando la daga corrió hacia la salida.

Sabía qué significaba aquello. Sabía a dónde iría Daeron y no le iba a permitir que le arrebatara a su hija.

La chica del antifaz// Jacaerys Velaryon & Aegon Targaryen Where stories live. Discover now