7.

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Una preciosa chica de pelo plateado entró en la cocina mientras yo comía algo perdida en mis pensamientos, y solo me percaté de su presencia cuando apoyó sus manos en la encimera.

-¿Eres nueva?

Levanté la vista y sonreí sin poder evitarlo al ver como ella me dedicaba una sonrisa repleta de inocencia.

Parecía ser más o menos de mi edad, y en vez de llevar la felicidad reflejada en la mirada como cualquier joven de su posición, su mirada solo dejaba leer entre líneas que había algo más que no logré descifrar.

-Soy nueva.

-Pues entonces perfecto- estiró su mano.

Desvíe la vista hacia la mano que me ofrecía y la acepté sin imaginarme qué tiraría de mi provocando que me pusiera de pie.

-Me llamo Helena- se mordió el labio con nerviosismo- y estoy casada, pero necesito distraer a mi esposo para poder…

Se aclaró la garganta y apartó la mirada de mi.

-Simplemente necesito que distraigas a mi esposo.

-¿Distraer?- pregunté cuando ella volvió a tirar de mí sacándome de la cocina- ¿Qué tipo de distracción?

-Seguro que se te ocurre una buena forma- me obligó a subir las escaleras apresuradamente y mientras yo intentaba asimilar todo lo que estaba pasando, ella se encargó de llamar a una de las puertas, y tras empujarme hacia adelante corrió desapareciendo por el pasillo.

Me sequé el sudor de las manos en el vestido rojo a causa de los nervios y cuando la puerta se abrió sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo.

-La don nadie visitando mis aposentos…-Aegon esbozó una amplia sonrisa mientras yo apartaba la mirada de golpe con el corazón acelerado al verle solo con un pantalón.

-Yo solo…

-¿Has venido a que acabemos lo de la última noche?- preguntó.

Me giré de nuevo y le fulminé con la mirada.

-¿Crees que alguien en su sano juicio sería capaz de hacer algo contigo?- pregunté caminando hacia él-¿Acaso te has acostado alguna vez con alguna sin tener que obligarla?

Puse los ojos en blanco con enfado.

-Si hasta tu esposa me envía para ir a…

Le miré arrepintiéndome de inmediato de mis palabras. ¿Y si metía en problemas a Helena?

-Helena puede hacer lo que le plazca- resopló apartándose de la puerta- me es completamente indiferente.

-¿Acaso ni eso te importa?- entré en sus aposentos cruzándome de brazos.

Él me miró con semblante serio mientras escuchaba cómo los guardias cerraron las puertas detrás de mí.

-Dile de mi parte a Helena que no hace falta que me distraiga - metió un dedo en el agua de la bañera sin dejar de mirarme- sé que fornica con Aemond, y que lo más probable es que los hijos que tengamos en común no sean ni míos.

Tragué saliva.

-Eso es muy triste..-susurré manteniendo las distancias con él mientras inconscientemente guiaba mis ojos por todo su pecho- ahora entiendo muchas cosas.

-¿Qué es lo que entiendes?-preguntó molesto

-Violas a chicas y te pasas el día borracho- me encogí de hombros- lo haces porque necesitas sentirte querido y no tan solo como realmente estás.

Aegon dibujó una ligera sonrisa en su rostro.

-Seré el rey algún día- se agitó el pelo de forma bastante seductora-¿Crees que estoy solo?

-Estás rodeado de gente pero te sientes solo- di un paso hacia él -¿O acaso crees que alguien se queda junto a ti por simple afecto?

Me fulminó con la mirada y sin decir nada más se bajó los pantalones.

Con rapidez aparté la mirada.

-Iba a darme un baño..-dijo mientras escuchaba como se metía en la bañera- puedes unirte si lo deseas.

Bufé con enfado y escuchando su risa de fondo salí de sus aposentos dirigiéndome con prisas hacia las escaleras.

¿En qué estaba pensando?

Se tenía bien merecido todo lo que le ocurría. ¿Cómo su esposa no iba a serle infiel? ¿Acaso a alguien le interesaba ese hombre?

Pisé el último escalón y me quedé helada al escuchar la voz de Jace no muy lejos de donde yo me encontraba.

Respiré profundamente y armándome de valor seguí su voz hasta llegar a la enorme puerta que conducía a la sala del trono.

-¿Lo dices en serio?- preguntó él riendo.

Tragué saliva y abrí la puerta viéndole reír divertido junto a una hermosa muchacha de tez oscura y pelo blanquecino.

Los dos se giraron al escuchar el sonido de la puerta y Jace juntó las cejas sin comprender qué hacía yo allí.

Por un momento me sentí ridícula, ridícula por buscar a un hombre que era más que evidente que estaba demasiado ocupado con otras.

Y recordé las palabras de Melisa, ¿Acaso esa chica era Baela? ¿Esa iba a ser su futura esposa?

-¿Lyanna?-preguntó dando un paso hacia adelante.

Pero no dije nada, me di media vuelta y caminé apresuradamente por el pasillo dirigiéndome a la cocina, cocina de la que no debí haber salido.

-Lyanna- la mano de Jace se posó en mi brazo impidiéndome el paso- ¿Qué sucede?

-Debo acudir a mis labores, Jace- me zafé de él algo molesta- siento haberte interrumpido mientras flirteas con…

Y me quedé callada cuando él soltó una sonora carcajada.

-Ella es mi prima- dió un paso hacia mí sin borrar la sonrisa de su rostro- ¿Acaso le desagrada que hable con ella?

Le miré con atención y agaché la cabeza con timidez cuándo ella caminó hacia nosotros.

-¿De que os conocéis?- preguntó Baela sin dejar de mirarme.

-Nos conocimos en la fiesta que organizó mi madre para que yo eligiera esposa- contestó Jace- y ahora la chica con la sonrisa más bonita de la fiesta está disgustada conmigo.

Jace miró a Baela y esbozó una sonrisa mientras yo aún continuaba mirándoles sin comprender nada.

-Debería irme…-susurré algo incómoda.

-Oh, pues yo opino todo lo contrario- Baela se acercó a mí y pasó su mano por mi brazo mientras caminaba- debo conocerte algo más, empezando por saber qué es lo que te llevó a esa fiesta.

Desvíe la vista hacia Jace que nos observaba aún sin moverse del lugar.

-Primo- Baela me soltó para guiar su mirada hacia Jace- ¿No piensas acompañarnos?

Él esbozó una amplia sonrisa y caminó detrás de nosotras hacia la sala del trono.

-¿Cómo puede ser que vaya donde vaya te acabo encontrando, Lyanna?

-Supongo que casualidad- me encogí de hombros- aunque llegar hasta aquí no fue del todo algo que yo deseara.

Jace frunció el ceño y desvió la vista hacia Baela.

-¿Algún problema?- preguntó ella.

-Aegon es el problema…-susurré.

La chica del antifaz// Jacaerys Velaryon & Aegon Targaryen Onde histórias criam vida. Descubra agora