79.

701 88 5
                                    

Fue una muerte rápida, Daeron rebanó el cuello de Jace haciéndole perder la vida al instante bajo la atenta mirada de Aegon que miraba a su sobrino con un odio profundo.

Lo primero que hizo Aegon fue arrebatarle la corona de la cabeza antes de dejarle caer al suelo, y Daeron le hizo un gesto con la cabeza en forma de reverencia casi al instante.

Él era el primogénito varón, el hombre que debió ocupar ese trono sin que nadie se pusiera en contra.

¿Era tan difícil de entender?

Cuando la corona se apoyó sobre su cabeza sonrió con malicia señalando el pasillo por el que había desaparecido Aemond.

-¿Crees que estará muerto?- preguntó Daeron comprobando las pulsaciones de Luke que aún yacía en el suelo- Aemond es impulsivo y puede que Daemon le haya matado ya.

-Tendremos que comprobarlo…-susurró Aegon desviando la vista hacia el gran charco que se había formado alrededor de Jace.

Aegon caminó hacia el pasillo y Daeron se encargó de coger en brazos a Luke para sacarle de aquel lugar, pero no dejó que Aegon terminará de caminar, le hizo frenar con una simple pregunta.

-¿Vas a casarte con ella?- preguntó.

Aegon se giró para mirar a su hermano.

-Iba a hacerlo yo antes de que aparecieras tú -terminó de decir.

-¿Crees que es momento para hablar de esto?- Aegon puso los ojos en blanco y salió al pasillo agudizando el oído mientras rezaba por segunda vez en su vida por encontrar con vida a Aemond.

Y cuando escuchó el rugir de los dragones salió al exterior para ver cómo Vaghar alzaba el vuelo soltando por la boca tanto fuego que redujo a cenizas parte del jardín.

-¡¿Tanto miedo me tienes?!- gritó Daemon espada en mano.

Pero cuando vió a Aegon se olvidó por un instante de Aemond.

-¿Ya te has puesto la corona?- preguntó esbozando una sonrisa.

-Y pronto un anillo en el dedo de tu hija- le desafío Aegon.

Esas palabras hicieron que Daemon tensara la mandíbula con enfado.

¿Cómo iba a casarse su hija con aquel usurpador?

-¿Nunca has querido que sea feliz?- Aegon guardó su espada bajo la atenta mirada de Daemon- porque si solo buscas su felicidad te lo pondré fácil.

-¿Qué harás?

Aegon elevó la vista para fijarse en su hermano y volvió a centrar toda su atención en Daemon.

-Te haré entrega de la corona- se la quitó de la cabeza y la lanzó a los pies de Daemon- serás el nuevo rey de Poniente.

Dió un paso hacia adelante con todo su cuerpo en alerta.

-A cambio me quedaré con ella.

Daemon miró a Aegon con atención, sin creerse del todo las palabras que salían por su boca. Podía matarle y acabar con eso sin entregarle a su hija, pero…¿No se merecía aquella muchacha ser feliz al fin de cuentas? ¿Que culpa tenía ella de aquella guerra?

-Me quedaré en Antigua con ella, olvidaré todo el pasado y me centraré solo en mi familia.

Aegon jamás había hablado con tanta sinceridad y le dolía el pecho de solo pensar que Daemon declinase aquella oferta. ¿Debía matarlo entonces?

-¿Por qué mi hija?

-Porque me hace ser mejor persona, me hace querer dejar todo a un lado para solo estar con ella- Aegon miró al suelo avergonzado, sin comprender porque le estaba dando tantos motivos a su enemigo- una vez Lyanna me dijo que los ángeles no habitaban en el infierno, y por eso te entrego mi corona, porque estoy dispuesto a construir un cielo para ella, solo para tu hija.

Daemon esbozó una sonrisa.

-No me creo nada de lo que sueltas por la boca- puso los ojos en blanco- mejor dime, ¿Lo haces por cobardía?¿Temes morir hoy?

-Tienes a Vaghar sobrevolando tu cabeza y esperando solo una orden mía para abrasarte vivo- dijo Aegon con enfado-¿Crees que debería ser yo el que teme morir?

Daemon desvío la vista hacia arriba y miró a Vaghar sin dejar de sonreír, como si el miedo no formara parte de él.

-¿No te has preguntado el motivo de que no haya ningún guardia en el castillo?

Bajó la mirada hacia Aegon y solo entonces escuchó el sonido de un arpón atravesar una de las patas de Vaghar.

Aegon miró asustado hacia arriba y dió un paso hacia atrás viendo cómo su hermano se precipitaba cayendo de Vaghar.

-Ya veo que la felicidad de tu hija jamás te impor…

Pero Aegon no pudo terminar la frase, sintió un fuerte golpe en su cabeza y cayó al suelo inconsciente.

Fue entonces cuando Daemon fijó su mirada en Daeron.

-No le matarás-dijo Daeron apuntándole con su daga- pero le detendrás el tiempo suficiente para que yo me lleve a Lyanna lejos de todos vosotros.

-¿Perdón?- preguntó Daemon con confusión.

-Mi hermano te acaba de ofrecer la corona- se la señaló con enfado- acéptala y perdonale la vida, a cambio yo desapareceré con tu hija por un tiempo, el suficiente para que Aegon deje de buscarla.

Daemon volvió a sonreír.

-Pensé que eras del bando de…

-Me dan igual los bandos si hablamos de ella- se acercó a Daemon sin apenas pestañear- por eso no creo que Aegon sea bueno para ella, no creo que mi hermano pueda darle lo que ella necesita realmente.

Daemon miró a Aegon que continuaba con los ojos cerrados y sin decir nada agarró del cuello a Daeron provocando que este soltara la daga sobresaltado.

-¿Quieres engañar a mi hija?- preguntó con voz ronca- tu hermano es un usurpador pero al menos parecía hablar con un poco más sinceridad.

Dejó caer a Daeron al suelo con el rostro enrojecido y se agachó a su lado posando la punta de su espada sobre el cuello de este.

-Mi hija vendrá a la Fortaleza Roja porque es lo único que me queda, ¿Lo entiendes? Con quién quiera estar ella será su asunto- presionó sobre el cuello de Daeron obligándole a tragar saliva con nerviosismo- no volveré a influir en sus decisiones y dejar así a mi nieta sin padre como tuvo que pasar ella.

-Yo podría ser el…

-Te juro que si vuelves a hablar te rebanaré el cuello porque llevo deseándolo desde que te vi con mi hija…-susurró Daemon interrumpiendole- no me provoques más.

No dijo nada más, Daemon se puso de pie y recogió la corona que le había entregado Aegon mientras caminaba hacia él interior del castillo.

Daeron en cambio respiró aliviado de seguir con vida y dirigió su mirada hacia su hermano que se encontraba inconsciente.

¿Cómo iba dejar ir a Lyanna, la mujer a la que ama y que indudablemente no le pertenecía?

La chica del antifaz// Jacaerys Velaryon & Aegon Targaryen Where stories live. Discover now