65.

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Lloré sentada en el suelo de mis aposentos incapaz de contener todo lo que había estado acumulando en mi interior.

Me estaba rompiendo completamente, sentía el dolor en todo su esplendor y no podía calmarlo de ninguna forma.

Me había ido de los aposentos de Aegon, en silencio, sin hacer ruido, sin mostrarle lo herida que me encontraba con sus crueles palabras. Y lo había asumido. El hombre al que había estado llorando jamás sintió lo mismo por mi o al menos no fue la misma intensidad.

Estaba harta de intentar ser fuerte, harta de intentar no caer cuando en el fondo me sentía pequeña y frágil en aquel mundo que parecía no estar hecho para mí.

Solo deseaba que la tierra se abriera y me succionara sin dejar rastro de mi. ¿Cuánto iba a tener que seguir aguantando?

-Joder…

Daeron abrió la puerta y la cerró quedándose durante un segundo quieto.

-Necesito estar sola-lloré- vete de aquí.

Pero él lejos de escucharme, se acercó sentándose a mi lado y mirándome con preocupación.

-No llores por él,Lyanna…-susurró apoyando su cabeza en la pared y soltando un fuerte soplido- ¿No ves que verte así me duele?

Me giré para mirarle y hundí mi cabeza en su cuello incapaz de pronunciar palabra.

-Shhh…-pasó su mano por mi pelo y besó mi cabeza mientras intentaba calmarme- el amor perseguido no es amor,Lyanna, ahora te costará entenderlo, pero mi hermano no se merece nada de tu parte.

-Me duele amarle-sollocé.

-Lyanna, mírame…-susurró provocando que yo apartara mi rostro y me separará de él lo justo para verle a los ojos.

Su mano acarició mi mejilla deshaciéndose de mis lágrimas sin apartar su mirada de la mía y su aliento chocó contra mi rostro.

-Eres una mujer increíble, ¿Acaso no lo ves?- preguntó deslizando sus dedos hacia mi mentón- no deberías llorar por nadie.

Se quedó en silencio, y para mí sorpresa desvió sus ojos hacia mis labios al mismo tiempo que su dedo los acariciaba, intentando borrar el rastro de mis lágrimas.

-Has hecho que mis demonios se arrodillen ante ti- sonrió apartando su cabeza de la pared quedando aún más cerca de mí- has conseguido que incluso yo esté a tus pies.

Rozó la punta de su nariz con la mía mientras yo le observaba en completo silencio y sin decirme nada más me besó.

Sus manos agarraron mi cabeza y me atrajo hacia él besándome con suavidad, con cariño, con una ternura que jamás había sentido por parte de nadie.

Me senté encima de él remangando mi vestido y le correspondí el beso al mismo tiempo que notaba como su respiración aumentaba considerablemente.

Apartó las manos de mi cabeza y las condujo hacia su pantalón desabrochandolo con desesperación.

-No…-susurré separando mis labios de los suyos- me harás daño, hace solo unas horas que…

-Lo siento-me interrumpió agarrándome por la cintura y apartandome de encima de él para apoyar su cabeza en la pared y cubrir su entrepierna con las manos avergonzado- lo siento..

Se puso de pie esquivando mi mirada y salió de la habitación en completo silencio mientras yo me llevaba las manos a la cabeza.

¿Que habíamos hecho?¿Por qué diablos nos habíamos besado?

Me puse de pie secándome las lágrimas del rostro y caminé hacia la cama confundida.

-Tenemos que hablar- dijo Helena abriendo la puerta tras tocar ligeramente con los nudillos.

La miré, pero aún me encontraba completamente perdida en mis pensamientos.

-Jace está aquí- caminó hacia mí con sus ojos repletos de lágrimas- haz algo al respecto antes de que le maten.

-¿Jace?-pregunté centrandome al fin en sus palabras.

-Lo van a matar- sollozó señalando la puerta- y si lo hacen será solo culpa tuya.

Me apuntó con su dedo.

-¡Deberías estar con tu esposo!- gritó fuera de sí provocando mi asombro- ¡Nadie te obligó a casarte con él!

Intenté analizar con rapidez sus palabras, pero cuando me agarró de los brazos zarandeándome terminé de reaccionar del todo apartándola de mí.

-¡¿Se puede saber qué haces?!-grité.

-Si ese hombre muere…-ella se apartó de mí y pasó una de sus manos por su rostro- dejaré de creer que puede haber esperanza en este mundo.

-¿Perdón?

-Me iban a prometer con él antes de que madre decidiera que era mejor opción Aegon- resopló poniendo los ojos en blanco- si tan solo hubiera dejado que uniera mi vida a la de Jacaerys.

-Pensé….-la miré pestañeando dos veces seguidas- pensé que tú corazón pertenecía a Aemond.

-Y pertenece a él- dijo caminando hacia mi de nuevo- pero Jacaerys no puede morir a manos de mis hermanos, te suplico que lo detengas.

Asentí tragando saliva.

-Hablaré con Daeron y…

-No-me interrumpió- te irás con él para que esto no vuelva a repetirse.

Me aparté de ella con enfado y me dirigí hacia la puerta sin saber muy bien como había descubierto Jace donde me estaba escondiendo.

La chica del antifaz// Jacaerys Velaryon & Aegon Targaryen जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें