17.

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-¡¿Has tocado a Lyanna, borracho degenerado de mierda?!- Daemon volvió a golpearle dejando que diminutas partículas de sangre volaran en el aire mientras Aegon caía al suelo.

-¡No hemos hecho nada!- dije corriendo hacia ellos con intención de separarles.

-¡Apártate de mi hermano!

La voz de Aemond hizo que Daemon apartara la vista de Aegon y la fijara en él.

Aemond sacó su espada con una ligera sonrisa en el rostro, como si aquella situación le divirtiera.

-No he hecho nada- dije posicionándome en medio de los dos- Daemon, no hemos hecho nada.

Pero él me dejó sin aliento cuando me agarró del brazo y me zarandeó.

-¡Eres ingenua y estúpida!- su mirada me hizo saltar las lágrimas-¡No volverás a acercarte a este idiota!

-¡¿Quién diablos crees que eres para prohibir nada?!- gritó Aegon poniéndose de pie mientras cubría su nariz con su mano.

Daemon sacó su espada y miró a los dos hermanos sin soltarme.

-¡Daemon suéltame!-grité.

-¡Eres mi hija, Lyanna!- espetó volviendo a zarandearme mientras yo me quedaba paralizada, casi entrando en trance.

¿Había dicho hija?

Aemond bajó la espada intentando asimilar la información, momento que aprovechó Daemon para sacarme de los aposentos de Aegon casi a rastras.

Mis ojos no podían separarse de Daemon, y todo se sumió en un silencio mientras él me llevaba por el pasillo dejando atrás a los dos hermanos.

¿Él era mi padre? ¿Aquel hombre que me había regalado un vestido lila? 

-¿Dónde has estado este tiempo?- entramos en lo que parecían sus aposentos y solo entonces me soltó guardándose su espada.

Pero yo no pude contestar, mis ojos se inundaron de lágrimas y rompí en llanto como si aún fuera aquella niña que subió a la barca sin saber que jamás volvería a ver a su padre.

Daemon suspiró y caminando hacia mi me rodeó entre sus brazos besando mi cabeza con delicadeza mientras yo me aferraba a él con timidez.

-Te he buscado mucho tiempo- su voz me hizo cerrar los ojos dejando que las lágrimas mojaran su camisa- si tu madre al menos me hubiera dicho donde….

Se quedó en silencio y me apartó ligeramente mientras yo volvía a abrir los ojos para mirarle.

-¿Dónde está ella? ¿Ha venido contigo?

Negué con la cabeza.

-Murió hace años por unas fiebres-confesé.

La puerta se abrió y Rhaenyra me miró pasando sus manos por su vientre algo hinchado a causa de su evidente embarazo.

-Bienvenida a la familia, querida.

La miré sin poder asimilar todo lo que  estaba pasando.

-Está sola…-susurró Daemon girándose para mirar a Rhaenyra- su madre murió.

-Pues entonces no hay nada que impida que nos acompañe a Rocadragón -Rhaenyra caminó hacia mí y pasó su mano por mi hombro- debes ocupar tu puesto como princesa y dejar atrás este lugar.

Daemon volvió a atraerme hacia él y me abrazó con delicadeza sin dejar de mirar a Rhaenyra.

-Irás con nosotros- pasó su mano por mi pelo- y no volverás a acercarte a esos dos Targaryen ni para saludarles.

-¿Hablas de mis medio hermanos?- preguntó ella.

Daemon asintió mientras ella pasaba su mano por mi rostro para secarme las lágrimas.

-Eso es cielo..-susurró recordándome por un instante a mi madre- no debes acercarte a ellos.

-No lo entiendo..-susurré.

-Te lo explicaremos todo- Daemon me hizo levantar la vista para mirarle y solo fui capaz de aferrarme más a él- pero primero deberás asimilar toda la información.

-Perdí tu vestido- volví a llorar temiendo volver a separarme de él- madre no pudo llevarse todo a Bastión de Tormentas y ..

-¿El vestido lila?

Su pregunta me hizo volver a mirarle entre lágrimas y asentí con el corazón rebosando felicidad.

-Mandaré a que te hagan diez como ese.

La chica del antifaz// Jacaerys Velaryon & Aegon Targaryen حيث تعيش القصص. اكتشف الآن