39.

1.4K 136 28
                                    

Cuando llegamos a Rocadragón, Aegon ya había dejado de seguirnos y dos enormes dragones nos sobrevolaron cuando Aemond descendió hasta acabar en la playa de Rocadragón.

-Vete ya-dije bajando de Vaghar.

Él me miró durante un segundo y asintiendo  alzó de nuevo el vuelo al mismo tiempo que Vermax y Arrax aterrizaban.

-Puedo explicarlo.

Jace bajó de Vermax y caminó decidido hacia mí, me miró durante un segundo y con fuerza me abofeteó.

-No, Jace- dijo Luke detrás de él caminando hacia nosotros- así no resuelves nada.

-¿Dónde has estado,Lyanna?

Le miré llevándome una mano a la mejilla y desvié la vista hacia Daemon que desde las escaleras que conducían al castillo me miraba cruzado de brazos.

-¡¿Dónde has estado?!- gritó sobresaltadome.

Pero no esperó mi respuesta, se giró enfurecido y caminó hacia las escaleras mientras Luke le seguía en silencio.

Me quedé callada, asimilando el golpe que me había dado mientras Daemon dejaba su postura y caminaba hacia mi.

-Te dije que no te acercaras a ese tipo- dijo cuando llegó a mí- ¿Qué has hecho con él?

Tragué saliva y agaché la cabeza.

-¿Te forzó?- preguntó aclarándose la garganta mientras yo negaba incapaz de mirarle.

-Diremos que si-su voz sonaba más seria de lo habitual y con su dedo posado en mi mentón me obligó a mirarle- te tomarás un té que ordenaré que te preparen y nadie jamás sabrá lo que pasó realmente.

-Quiero estar con él…-me sinceré.

Daemon me acarició la mejilla que segundos antes me había golpeado Jace y suspiró con cansancio.

-Te casarás con Jacaerys.

Le miré con lágrimas en los ojos y negué con la cabeza.

-He vivido mucho más que tú, sé cómo son los hombres y cómo pueden apuñalarte por la espalda…-me dijo con suavidad- Jacaerys es la mejor opción para mi hija.

-¿Y lo que yo quiero?- pregunté.

-Acabarás queriendo a Jacaerys, al fin de cuentas él será el padre de tus hijos.

-No he vuelto para esto- di un paso hacia atrás- siempre he estado sola, siempre me he defendido y cuidado sola.

Dejé que las lágrimas resbalaran inevitablemente por mis ojos.

-No quiero casarme solo por…

-Lo harás- me interrumpió- mi hija será reina y no hay más que discutir.

Se giró y caminó alejándose mientras yo le seguía incapaz de poder contener mi lengua.

-Has llegado demasiado tarde a mi vida, ¿Crees de verdad que acataré tus órdenes?

Daemon me miró desde el rabillo del ojo.

-No me provoques..-susurró él subiendo los escalones.

-No pienso decirle a Jace que Aegon me forzó.

-No se lo digas,Lyanna- frenó sus pasos y se giró para mirarme- eso no impedirá que te cases con él.

Le miré furiosa y le adelante subiendo apresuradamente las escaleras.

Solo entonces mi mirada se dirigió hacia Rhaenyra que me siguió por el pasillo hasta llegar a mis aposentos.

-¿Te has encamado con él?

Me giré con enfado para mirarla, sintiendo mis mejillas arder.

-¡¿Eso es lo único que os importa a todos?!- grité sollozando sin poder aguantarme más- ¡¿Solo os preocupa que haya perdido mi virtud?!

Ella cerró la puerta y caminó hacia mí.

En completo silencio se posicionó delante y me abrazó sorprendiéndome por completo.

-Si lo has hecho no pasa nada…-susurró provocando que yo llorará con más fuerza- no te voy a juzgar por ello.

Me aferré a ella con fuerza y me sentí por un instante en brazos de mi madre.

-Siento que le quiero y que él también siente lo mismo…

-Lo sé…- su tono era tan suave que consiguió que las pulsaciones aceleradas de mi corazón se redujeran considerablemente- pero te puedo asegurar que eso no es amor.

Me aparté ligeramente de ella para mirarla.

-Un hombre que realmente te ama no te hubiera dejado llegar hasta este punto- me apartó un mechón de la cara- menos si está casado.

-Escuchame,Lyanna- me guío hasta la cama y nos sentamos mientras yo centraba mi atención en ella- no te casarás con Jace si no quieres.

Agaché la cabeza aliviada.

-Pero…¿Crees que algún señor importante te aceptaría sin tu pureza?

Ella negó con la cabeza llena de decepción.

-Con Aegon no podrás casarte y me temo que no lo podrás hacer jamás con nadie.

Me sujetó el rostro con sus dos manos para que no me perdiera detalle de sus palabras.

-He visto como te mira Jace-sonrió con tristeza- sé que ahora como hombre estará furioso, pero sé que cuando se le pase volverá a mirarte con los mismos ojos.

-Aegon me dijo que vendría a por mí-confesé.

-Bueno, también puedes esperar y darte cuenta tú sola que Aegon jamás vendrá.

Agaché la cabeza y suspiré.

-Te daremos tu tiempo, querida-agarró mis manos con delicadeza- rezaré a los siete para que al final elijas el camino indicado.


La chica del antifaz// Jacaerys Velaryon & Aegon Targaryen Onde histórias criam vida. Descubra agora